¿Cómo afecta el clima espacial a las aves?

Las aves dependen en gran medida del campo magnético de la Tierra cuando viajan o migran. Te contamos si las las erupciones solares u otros fenómenos de tiempo espacial alteran su capacidad para lograrlo.

Oropéndola de Baltimore
Un oropéndola de Baltimore, una de las muchas especies de aves que migran de noche, guiadas por el campo magnético de la Tierra.

Avergonzando la capacidad de localización de los humanos, las aves son bien conocidas por su extraordinaria capacidad para navegar por la superficie de la Tierra aprovechando el campo magnético del planeta.

Al hacerlo, las especies migratorias pueden completar con éxito vuelos gigantescos por todo el mundo, llegando a los destinos elegidos con una precisión casi milimétrica.

El viaje más largo, guiándose con el campo magnético, lo realiza el diminuto charrán ártico, que recorre 71.000 kilómetros (44.000 millas) en un viaje de ida y vuelta en zigzag desde sus zonas de reproducción en el Ártico hasta la extensión helada de la Antártica.

Pero cuando el campo magnético del planeta se altera, debido a erupciones solares y otros estallidos energéticos, ¿se inhiben estas habilidades de navegación de las aves, que son líderes en el mundo?

GPS biológico estropeado

Para investigar esta cuestión, un equipo de científicos utilizó conjuntos de datos masivos de redes de estaciones de radar meteorológico Doppler estadounidenses y magnetómetros terrestres para evaluar si existía un vínculo entre las perturbaciones geomagnéticas y las alteraciones de la migración nocturna de las aves.

Como se detalla en sus hallazgos, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, observaron una reducción del 9 al 17 % en el número de aves migratorias durante los eventos climáticos espaciales. Esto ocurrió tanto en primavera como en otoño.

Torre de radar Doppler en Norman, Oklahoma.
Torre de radar Doppler en Norman, Oklahoma. Crédito de la imagen: James Murnan/NOAA.

"Nuestros hallazgos resaltan cómo las decisiones de los animales dependen de las condiciones ambientales, incluidas aquellas que nosotros, como humanos, no podemos percibir, como las perturbaciones geomagnéticas, y que estos comportamientos influyen en los patrones de movimiento de los animales a nivel de población", dijo Eric Gulson-Castillo, autor principal de el estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Michigan.

Lo que el viento se llevó

El estudio utilizó un conjunto de datos de 23 años de migración de aves a lo largo de las Grandes Llanuras de Estados Unidos, seleccionando esta región relativamente plana porque minimizaba cualquier influencia potencial de barreras montañosas o grandes lagos. La comunidad de aves migratorias nocturnas de esta región incluye un conjunto diverso de familias, como zorzales, currucas, playeros, chorlitos y aves acuáticas.

Se utilizaron escaneos de radar NEXRAD para detectar grupos de cientos a miles de aves migratorias, y luego los datos de cada estación de radar se compararon con un índice de perturbación geomagnética que representaba el cambio máximo por hora con respecto a las condiciones magnéticas de fondo.

Además de sus principales hallazgos, los investigadores también determinaron que las aves migratorias parecen dejarse llevar por el viento con mayor frecuencia durante las perturbaciones geomagnéticas, en lugar de luchar contra él.

El llamado "vuelo de esfuerzo" contra el viento disminuyó un 25% bajo cielos nublados durante fuertes tormentas solares en otoño, lo que sugiere nuevamente que una combinación de señales celestes oscurecidas y perturbaciones magnéticas dificultan la navegación aviar.