Leer por placer está en peligro: ¿nos estamos olvidando de los libros?
Mientras las pantallas ganan terreno en todo el mundo, un nuevo estudio revela una tendencia preocupante: la lectura por placer está cayendo en picada, especialmente en Estados Unidos y Europa. ¿Estamos dejando de leer justo cuando más lo necesitamos?

Investigadores de la Universidad de Florida y el University College London alertan sobre una caída sostenida en los niveles de lectura recreativa en Estados Unidos.
En una sociedad cada vez más digital, donde la inmediatez manda, sentarse a leer por placer parece haberse convertido en un lujo… o una rareza. Lo alarmante es que esta tendencia se arrastra desde hace décadas y se ha intensificado con la llegada de las redes sociales y el consumo de video en formatos cortos.
En Europa la situación no es mucho mejor. La Oficina de Estadísticas de la Unión Europea reveló que el 44 % de la población no leyó ningún libro durante el último año, con cifras especialmente bajas en países del sur y del este del continente. Sin embargo, hay excepciones destacables: Finlandia, Suecia e Irlanda se mantienen como naciones lectoras, con más del 70 % de sus ciudadanos leyendo al menos un libro al año.
¿Qué está pasando con la lectura?
La caída no solo tiene que ver con la tecnología, aunque es un factor determinante. El ritmo de vida actual, las largas jornadas laborales y el cansancio mental hacen que muchas personas opten por consumir contenidos más breves y menos exigentes cognitivamente. Los algoritmos ofrecen entretenimiento rápido y constante, mientras que los libros requieren pausa, silencio y atención.
Leer se ha vuelto un acto casi contracultural. Pero lo cierto es que estamos perdiendo más que un hábito: estamos perdiendo una herramienta vital para el desarrollo personal y colectivo.
El informe de los investigadores británicos y estadounidenses enfatiza que leer por placer está directamente relacionado con mayor empatía, mejores habilidades cognitivas, desarrollo del pensamiento crítico y mayor bienestar emocional.
Leer es cuidar la mente (y el alma)
Numerosos estudios respaldan los beneficios profundos que trae la lectura frecuente, incluso desde edades tempranas. Leer no solo mejora el vocabulario y la ortografía, sino que también fortalece la memoria a largo plazo, la imaginación, la capacidad de concentración y el razonamiento.
Desde el punto de vista de la salud, la lectura activa zonas del cerebro relacionadas con la empatía y la toma de decisiones, y puede ser incluso una forma de protección frente a enfermedades neurodegenerativas.

Investigaciones de la Universidad de Yale y de la Asociación Americana de Psicología han mostrado que leer libros regularmente puede retrasar la aparición de Alzheimer y otras formas de demencia.
Además, la lectura también ayuda a reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño y fortalecer la salud mental, especialmente en contextos de ansiedad o aislamiento social.
¿Y en Chile? Un espejo incómodo
En Chile, el panorama lector también deja mucho que desear. Según datos de la encuesta Bicentenario UC y del Ministerio de las Culturas, más del 55 % de los chilenos no leyó ni un solo libro en el último año. Aunque existen iniciativas como el Plan Nacional de la Lectura, el acceso desigual, la falta de tiempo y el escaso fomento lector siguen siendo obstáculos difíciles de sortear. En un país donde se lucha por mejorar la comprensión lectora desde la infancia, esta realidad debiera ser vista como una alerta urgente.
La Encuesta Nacional de Comportamiento Lector señala que leemos 5,5 libros al año en Chile. Pero si consideramos también a quienes no leen, el promedio baja a 3,02 libros por persona.
— DESUC (@desuc_uc) September 3, 2025
Los datos siempre requieren contexto. pic.twitter.com/1HvHsfg1Hh
Leer no es solo una actividad cultural: es una herramienta de equidad, democracia y bienestar colectivo. Numerosas investigaciones han demostrado que la lectura frecuente estimula el pensamiento crítico, la empatía y la salud mental.
En otras palabras, leer fortalece tanto el cerebro como el alma. Por eso, dejar de leer por placer no es solo perder un hábito, sino renunciar a una de las formas más accesibles de desarrollo personal y social.
Frente a esta crisis silenciosa, muchas bibliotecas, clubes de lectura y comunidades digitales han comenzado a mover las aguas. Desde intercambios de libros hasta lecturas colectivas en plazas o cafés, el mensaje es claro: la lectura necesita de nosotros tanto como nosotros de ella.

Y no se trata de leer grandes clásicos por obligación. Leer por gusto es elegir lo que te hace vibrar: una novela, un cómic, una crónica científica o incluso un artículo sobre meteorología o astronomía.
En Meteored lo sabemos bien: leer sobre el clima, la ciencia y el planeta que habitamos también es una forma de entendernos mejor. Por eso te invitamos a reconectar con la lectura, aunque sea una página al día, aunque sean solo diez minutos. Porque en este mundo saturado de pantallas y distracciones, leer sigue siendo una forma silenciosa —pero poderosa— de resistir, imaginar y, sobre todo, ser más libres.