Ola de calor en los Balcanes: Turquía alcanza récord de 50,5 ºC

El clima en Silopi, al sureste de Turquía, es cálido y ventoso en verano. Las temperaturas suelen ser extremas, por lo que superar los 40 °C no es inusual en esta zona. Pero lo que ocurrió el pasado viernes 25 de julio entró directamente en la historia meteorológica del país: el termómetro marcó 50,5 °C a las 14:56 horas, rompiendo el récord anterior (49,5 °C).

La ola de calor no se quedó solo en Silopi. Otras cinco estaciones meteorológicas en Turquía registraron 49 °C o más, y en 132 estaciones se batieron récords de temperatura para un mes de julio.

Se trata de un valor excepcional incluso para climas áridos y muestra cómo las olas de calor actuales superan con creces las referencias históricas.

Cuando el calor extremo lo cambia todo

Cuando la temperatura supera los 50 °C, nada funciona igual. El cuerpo humano entra en estrés térmico, lo que aumenta el riesgo de golpe de calor e incluso de fallos multiorgánicos. Lo mismo ocurre con los animales.

El calor extremo también impacta a las infraestructuras: las vías férreas pueden deformarse, las subestaciones eléctricas sobrecargarse, y los cortes de luz dejan sin capacidad de climatización a miles de personas en los momentos más críticos.

Con temperaturas tan elevadas, la amenaza de incendios forestales se dispara. En lo que va de verano, Turquía ha sufrido más de 3.000 incendios y la actual ola de calor volvió incontrolables las llamas en varias regiones.

El problema también golpea a países vecinos. Grecia y Bulgaria enfrentan incendios devastadores. En Bulgaria se han declarado zonas de desastre en provincias cercanas a Turquía, Grecia y Serbia. En la isla griega de Eubea, las llamas arrasaron bosques y mataron a miles de animales de granja.

Advertencia de un futuro más extremo

Las llamadas "cúpulas de calor", como las que han afectado a Europa este verano y como la que ahora se mantiene en el sur, son fenómenos que se están haciendo cada vez más comunes. Este efecto deja el calor atrapado en el suelo e impide que se disipe incluso por las noches, con lo que se producen noches tropicales (más de 20 °C) y ecuatoriales (más de 25 °C).

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este tipo de eventos es una clara señal de que el mundo aún no está preparado para enfrentar un fenómeno que será cada vez más frecuente e intenso debido al cambio climático. Que no basta con saber que el calor es peligroso, sino que hace falta actuar con rapidez y con base en la ciencia.

“El calor mata, aunque lo hace en silencio”, dijo Joy Shumake-Guillemot, coordinadora de la Oficina Conjunta de Clima y Salud de la OMS y la OMM. Esto, porque a menudo las cifras oficiales no reflejan la verdadera magnitud del problema, porque muchas muertes por calor no se registran como tales.

Lo ocurrido en Silopi no es solo un récord meteorológico: es una señal de advertencia. Las olas de calor, amplificadas por el cambio climático, ya están modificando la vida diaria, la economía y los ecosistemas. Y si no se actúa con rapidez, estos episodios dejarán de ser excepcionales para convertirse en la nueva normalidad.

Referencias de la nota

- Ministerio del Medioambiente Turquía. Tüm zamanlarin en yüksek sicaklik rekoru kirildi.