Si volviera a producirse un superbrote de tornados en Estados Unidos, ¿qué consecuencias tendría hoy?

Cincuenta años después del gran acontecimiento que cambió la vida de miles de estadounidenses, ¿están preparadas las comunidades para una situación similar?

Tornados
Los efectos destructivos de los tornados infligen heridas a las comunidades que pueden tardar años en cicatrizar.

Entre el 3 y el 4 de abril de 1974, Estados Unidos vivió uno de los mayores desastres naturales jamás registrados: un superbrote fue responsable de la aparición simultánea de decenas de tornados, que dejaron un rastro de destrucción, 335 víctimas mortales y más de 1.000 heridos. En el espacio de 24 horas, se produjeron 148 tornados que arrasaron 13 estados de América del Norte, llegando incluso a la provincia canadiense de Ontario.

En 2011, también en el mes de abril, pero en la recta final, se registró un nuevo brote, con más de 400 tornados en el espacio de cuatro días.

De los cientos de tornados, más de 30 fueron confirmados como F4 y F5 en la escala Fujita. Esta secuencia supuso el segundo mayor brote de tornados jamás registrado en el espacio de 24 horas, e incluso fue el brote más violento, ya que afectó a más de 12.000 viviendas y provocó daños por millones de dólares.

Todos los tornados registrados afectaron una superficie de aproximadamente 2.300 km2, extendiéndose por más de 4.000 km de territorio. En esta zona estuvieron activos 15 tornados simultáneamente. Según algunos expertos, este tipo de sucesos sólo se produjeron en tres situaciones: en 1974, en Norteamérica; en 1981, en el Reino Unido y en 2011, nuevamente en América del Norte.

Escala Fujita:
es la escala que mide la intensidad de los tornados y lleva el nombre del científico Dr. Ted Fujita de la Universidad de Chicago. Los tornados se miden por la cantidad de daño que causan, no por su tamaño físico.

Los estados que registraron más víctimas mortales fueron Alabama ( 77), Kentucky (71), Indiana (47) y Tennessee (45). El valor de las pérdidas ascendió a 843 millones de dólares en 1974, lo que actualmente ascendería a algo así como 5,3 mil millones de dólares.

Pasado, presente y futuro

En 2011, también en el mes de abril, pero en la recta final, se registró un nuevo brote, con más de 400 tornados en el espacio de cuatro días. Curiosamente, provocó prácticamente el mismo número de víctimas mortales (342) que el evento de 1974. Este hecho nos lleva a creer que aún queda mucho por hacer en materia de gestión de riesgos y sensibilización de la población más vulnerable.

Si en 1974 la irrupción de tornados afectó a más de 12.000 viviendas, en 2024 podría afectar a más de 30.000, lo que supone un aumento de más del 150 % de los edificios expuestos a un riesgo muy real. En términos poblacionales, también habrá un aumento significativo de personas expuestas, que se han asentado en la región, tras el aumento del número total de población que se ha producido a nivel mundial.

Si bien estos eventos continúan siendo destructivos, siguen generando pérdidas y afectando la vida de millones de personas, mucho se ha avanzado en el área de formación ciudadana, y en la formación de personas que analizan datos meteorológicos. El principal objetivo es dotar a los meteorólogos de herramientas que les permitan preparar previsiones y avisos, así como difundir información meteorológica crucial al público.

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Informar a la población lo más rápido posible, contar con instituciones que monitoreen el tiempo en forma más ágil, flexible y móvil es el objetivo de las autoridades norteamericanas, con miras a garantizar la seguridad pública en las comunidades.