¿Cómo podría una simple colisión de satélites hacernos perder el acceso al espacio?
El número de satélites en la órbita baja de la Tierra se está volviendo demasiado grande, tanto que una sola colisión entre estos objetos podría desencadenar una reacción en cadena incontrolable.

La órbita baja de la Tierra está cada vez más saturada de megaconstelaciones de satélites, que se han multiplicado exponencialmente en los últimos años. Esta situación genera nuevos riesgos que deben abordarse antes de que sea demasiado tarde.
Miles de satélites en órbita
Hoy en día, son fácilmente visibles a simple vista desde la superficie terrestre debido a su gran número. De hecho, la órbita baja de nuestro planeta alberga actualmente aproximadamente 15.000 satélites, más de 8.000 de los cuales conforman la megaconstelación Starlink de Elon Musk.
NEWS : SpaceX is on track to surpass 10,000 satellites in orbit by February 2026
— Latest in space (@latestinspace) December 16, 2025
Each is about the size of a car pic.twitter.com/XtvigB5XAn
Más allá de esta ya impresionante cifra, es el aumento exponencial de estos satélites en los últimos años lo que preocupa especialmente a los científicos. De hecho, un estudio reciente destacó que el número de satélites en órbita terrestre baja ha aumentado de aproximadamente 2.000 en 2019 a 10.000 en 2024 y ahora a 15.000 en 2025.
Sin embargo, los investigadores están dando la voz de alarma. De hecho, si el número de satélites en órbita terrestre baja continúa aumentando, las colisiones serán inevitables en un futuro no muy lejano. Hace apenas unos días, un despliegue de satélites chinos se acercó a tan solo 200 metros de un satélite Starlink, sin coordinación entre los operadores involucrados, lo que podría haber tenido graves consecuencias.
Riesgo de una reacción en cadena
Los encuentros cercanos, definidos como el paso de un satélite a menos de 1 km de otro, son los más problemáticos actualmente, ya que requieren una mayor vigilancia por parte de los operadores y correcciones de trayectoria más o menos frecuentes. En el caso de Starlink, por ejemplo, que representa el 80 % de las trayectorias en órbita baja terrestre actual, se produce un encuentro cercano solo cada 11 minutos.
Cuanto más concurrida esté la órbita, más frecuentes serán los encuentros cercanos y, por lo tanto, más frecuentes serán las correcciones de trayectoria. Sin embargo, ¿qué ocurriría si uno de los satélites fallara, por ejemplo, tras una gran erupción solar?
Estas posibles colisiones podrían tener graves consecuencias para la órbita baja terrestre. De hecho, una sola colisión basta para desencadenar una reacción en cadena: la colisión inicial genera una gran cantidad de escombros, que rápidamente provocarían nuevas colisiones, y así sucesivamente.

Este círculo vicioso, conocido como el síndrome de Kessler, podría llegar a amenazar nuestra capacidad de acceder al espacio, ya que la órbita baja de la Tierra se vuelve demasiado peligrosa para intentar atravesarla con una nave espacial. Además, estas numerosas colisiones podrían provocar la caída de una cantidad significativa de escombros a la Tierra, lo que supone un riesgo real no solo para la aviación, sino también para la población terrestre.
Por lo tanto, es crucial encontrar soluciones para prevenir este tipo de evento potencialmente catastrófico. La sobreexplotación de la órbita baja por megaconstelaciones de satélites nos hace cada vez más dependientes de eventos incontrolables como la meteorología espacial o un simple incidente técnico.
Referencias de la noticia
- 2,8 jours avant la collision qui pourrait saturer l'orbite basse de débris et bloquer l'accès à l'espace, Les Numériques (16/12/2025), Brice Haziza.
- Sarah Thiele, Skye R. Heiland, Aaron C. Boley, Samantha M. Lawler. An Orbital House of Cards: Frequent Megaconstellation Close Conjunctions. Earth and Planetary Astrophysics (enviada, 10/12/2025).