Cera de abejas y fibras vegetales: el dúo natural que busca reemplazar envases plásticos

Un grupo de investigación en España creó un material biodegradable que conserva frutas, panes y frutos secos con eficacia similar al polietileno, pero sin dejar huella durante siglos.

Rodajas de pera en bioplastico
Las pruebas realizadas con rodajas de pera demostraron que este material mantiene la frescura y el color de la fruta tan bien como el plástico convencional.

Los envases de alimentos están en todas partes. Protegen, conservan y facilitan el transporte.

El problema es que la mayoría se fabrica con plásticos derivados del petróleo, que pueden tardar siglos en degradarse.

Frente a esa huella persistente, un equipo del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ (UMA-CSIC) en España, propone una alternativa inspirada en la naturaleza: un bioplástico elaborado con celulosa —la fibra vegetal más abundante— y cera de abejas.

Cómo se fabrica un plástico que no es plástico

Para crear este bioplástico es necesario seguir una receta precisa. Tal como explica el estudio publicado en la revista Food Hydrocolloids, la celulosa aporta rigidez, el glicerol actúa como un suavizante que da flexibilidad, y la cera de abejas sella la superficie.

El proceso, llamado drop-casting, consiste en disolver los componentes, verter la mezcla sobre placas de vidrio y dejar que el solvente se evapore hasta formar una película sólida.

La clave está en la proporción. Con un 5% de cera se obtiene un equilibrio ideal, suficiente para reducir la humedad y bloquear parte de la radiación ultravioleta, pero sin perder transparencia ni flexibilidad.

Con más cera, la barrera mejora, aunque el material se vuelve más opaco y quebradizo”, detalla la publicación.

Pera a salvo: el “examen” que todo envase debe pasar

Un envase no se gana el título de protector solo por verse bien, debe demostrarlo frente a un alimento real.

Para probar su eficacia, usaron rodajas de pera, las cubrieron con el bioplástico de celulosa y cera y las refrigeraron dos semanas.

Los resultados mostraron que el bioplástico conservó mejor el peso, el color y las propiedades antioxidantes que las que quedaron sin cubrir, con un rendimiento casi igual al del polietileno común.

Pero conservar no es suficiente. Un material que toca los alimentos debe ser seguro. Por eso se realizaron pruebas de migración, que consisten en verificar si alguna sustancia del envase se transfiere al alimento en cantidades que puedan suponer un riesgo para la salud.

Con un 5% de cera de abejas, el bioplástico quedó muy por debajo del límite máximo permitido por la Regulación (UE) Nº 10/2011 de la Comisión Europea, que establece un tope de 10 miligramos por decímetro cuadrado de superficie para este tipo de materiales.

En otras palabras, es tan seguro como los envases plásticos que ya usamos a diario, pero con la ventaja de que se degrada rápidamente en el ambiente.

Una solución contra la contaminación

El último test fue el más revelador: su comportamiento en agua de mar. Estas láminas se descompusieron en menos de 30 días, incluyendo las que tenían más porcentaje de cera en su composición.

“Esto no ocurre con los derivados del petróleo, que resistirían centenares de años sin degradar y fragmentándose”.

Susana Guzman, líder de la investigación.

La investigación también mostró que el bioplástico es capaz de retener bacterias como E. coli y Bacillus cereus, lo que reduce la probabilidad de que estos patógenos lleguen al alimento.

Aunque todavía no existe un método industrial para fabricarlo masivamente, el estudio demuestra que la naturaleza puede ofrecer soluciones de alta tecnología sin depender del petróleo.

De la colmena a la despensa, las abejas han demostrado que la cera puede ser mucho más que un material de construcción para su hogar.

En manos humanas, y junto con las fibras vegetales, se convierte en un escudo contra la humedad, la oxidación y el desperdicio… que, tras cumplir su función, vuelve al medio sin dejar rastro.

Referencia de la noticia

- Guzman S., et al. (2025). Plasticized cellulose bioplastics with beeswax for the fabrication of multifunctional, biodegradable active food packaging. Food Hydrocolloids.

- Fundación DesQbre. (2025). Desarrollan un bioplástico con celulosa y cera de abejas para elaborar envases alimentarios degradables. Publicado en la web de la Institución.