Las abejas no dejan de sorprendernos: estudio muestra que tendrían la capacidad de detectar rostros humanos

A través de una rutina de entrenamiento, estos insectos pueden aprender a reconocer patrones faciales, dejando atrás la idea de que este tipo de habilidad era exclusiva de los mamíferos.

Abejas y apicultor
La evidencia ha demostrado que las abejas pueden aprender a reconocer rostros humanos en fotos y recordarlos durante al menos dos días.

Las abejas, esas incansables recolectoras de néctar, nos sorprenden una vez más con una habilidad insospechada: el reconocimiento de rostros humanos.

Este fascinante descubrimiento, publicado en The Journal of Experimental Biology, –un estudio del 2005 y otro el 2010–, desafía nuestras concepciones sobre la cognición animal y plantea nuevas preguntas sobre cómo percibimos el mundo que nos rodea.

El estudio liderado por investigadores de la Universidad Monash de Australia, reveló que al entrenar a un grupo de abejas de miel para distinguir entre patrones que se asemejan a rostros humanos, estas desarrollaron la capacidad para procesar información visual compleja.

Un increíble desafío: entrenando a las abejas

El estudio, liderado por el investigador principal Adrian G. Dyer de la Universidad Monash, surgió a partir del trabajo realizado en 2005, donde se demostró que las abejas podían asociar imágenes con deliciosos "bocados" de azúcar.

“Tradicionalmente, muchos investigadores creían que el reconocimiento facial requería un cerebro grande y, posiblemente, un área especializada de ese órgano dedicada a procesar la información de las caras. El hallazgo de las abejas pone en duda esta teoría”.

Adrian G. Dyer, profesor de fisiología y líder de la investigación.

Martin Giurfa, neurobióloga de la universidad de Toulouse, Francia, se intrigó por esta investigación y se unió a Dyer para explorar qué estrategias utilizaban las abejas para discriminar unos rostros de otros. La neurocientífica Aurore Avarguès-Weber, también colaboradora en el estudio, entrenó a las abejas.

¿Cuál fue la estrategia? Por un lado, se puso una gota de líquido azucarado en unas fotos, y una gota de líquido con sabor amargo en otras fotos.

Las abejas aprendieron a distinguir la cara correcta de la incorrecta con más del 80 por ciento de precisión, incluso cuando las caras eran similares y sin importar dónde se colocaban las fotos.

Los humanos somos flores extrañas

Los resultados de la investigación muestran que las abejas no reconocen específicamente a las personas, sino que nos ven como "flores extrañas". Sin embargo, son capaces de aprender a distinguir características que se organizan para parecerse a rostros.

Este hallazgo sugiere que, incluso con sus cerebros diminutos, los insectos pueden realizar análisis de imágenes.

Dyer lo describe con asombro. "Cuando hice este descubrimiento, me sorprendió tanto que llamé a un colega y le dije que viniera rápido porque 'nadie lo va a creer; ¡y trae una cámara!'".

Estos hallazgos aportan información sobre una cuestión estudiada durante mucho tiempo y que algunos científicos consideraban resuelta: cómo reconocen las caras los propios seres humanos.

Los resultados de estos estudios también apuntan a que estos antecedentes pueden ayudar a mejorar softwares de reconocimiento facial, desarrollados mediante el estudio del cerebro de los insectos.

Fuentes y referencia de la noticia:

- Dyer, A., Neumeyer, C. y Chittka, L.. Honeybee (Apis mellifera) vision can discriminate between and recognise images of human faces. Journal of experimental biology. (2005).
- A. Avarguès-Weber, G. Portelli, et all. Configural processing enables discrimination and categorization of face-like stimuli in honeybees. Journal of experimental biology. (2010).