Siembra de nubes y lluvia: ¿qué tan eficiente es esta técnica para manipular el tiempo atmosférico?

Expertos de la OMM afirman que es de vital importancia potenciar la siembra de nubes para el incremento de las precipitaciones, como parte de la estrategia global para la seguridad hídrica. ¿Pero, este proceso es tan eficiente y eficaz como deseamos?

siembra de nubes
¿Se podrá combatir la sequía global a través de la siembra de nubes?

No siempre se ha tenido en cuenta el que el aumento de las precipitaciones puede ser un componente clave en las estrategias de sostenibilidad y adaptación al cambio climático. Pero especialistas en el tema, basados en los resultados de programas de siembra de nubes de países como Emiratos Árabes Unidos (EAU), sostienen que no solo reportan beneficios a las condiciones ambientales, sino que además es notable el impacto en la seguridad hídrica en regiones cálidas del planeta.

En respuesta a la escasez de agua –agravada por el crecimiento de la población mundial y el cambio climático– cada vez es mayor el número de países que invierten en tecnologías para la modificación del clima, y en particular para aumentar las precipitaciones.

En la última década hemos sido testigos del desarrollo acelerado de técnicas y procedimientos encaminados a aumentar las cantidades naturales de lluvia mediante la intervención en los procesos microfísicos que tienen lugar en las nubes.

¿Qué opinan los científicos de esta práctica?

El Equipo de Expertos en Modificación del Clima de la Organización Meteorológica Mundial apuntan a la eficiencia y eficacia en los procesos de inducción de precipitaciones, como los pilares de una estrategia viable y efectiva. La siembra de nubes desde aeronaves es más eficaz que otras técnicas como los proyectiles de artillería y generadores terrestres, según los resultados de casi 80 años de experiencia en técnicas para provocar lluvias.

Sin embargo, registros realizados en varios países confirman que tanto los aumentos porcentuales promedio de la cantidad de precipitaciones como la duración de las nubes, difieren entre los casos analizados.

La variabilidad de las propiedades de las nubes (en tiempo y espacio) hacen muy difícil cuantificar con precisión el impacto de la siembra de nubes.

El análisis de los registros de precipitaciones –basados exclusivamente en mediciones de pluviómetros, sin tener en cuenta los cambios de circulaciones climáticas– tampoco proporcionan por sí mismo una información concluyente.

Es por ello que los científicos plantean que un enfoque combinado de los procesos físicos que se producen al interior de las nubes, las características orográficas del terreno y las variables meteorológicas y las estadísticas del comportamiento de las precipitaciones en un lugar determinado, podrían demostrar (o no) la eficacia de estas técnicas.

¿Qué es la siembra de nubes?

El ”bombardeo o siembra de nubes” es una técnica que se aplica para provocar lluvias, que se inventó en 1946 por el químico y meteorólogo estadounidense Vincent Joseph Schaefer. Se aplico por primera vez en Massachusetts, insertando bolitas de hielo seco en las nubes, lo que provocó la caída de nieve.

Con posterioridad se han desarrollados otras técnicas, como la de inyección de yoduro de plata en masas nubosas con una temperatura del agua por debajo de los 0 ⁰C, y de este modo inducir la condensación.

Una siembra exitosa en Medio Oriente

El programa de siembra de nubes UAEREP (UAE Research Program for Rain Enhancement Science) implementado por el Centro Nacional de Meteorología de los Emiratos Árabes Unidos (NCM), es una iniciativa internacional focalizada en las investigaciones para aumentar los niveles de precipitaciones en las regiones áridas y semiáridas.

En un país donde dos tercios de la demanda de agua es cubierta con aguas de origen subterráneo, este programa reviste vital importancia de cara a los desafíos de escasez de agua potable en un futuro no muy distante a nivel planetario.

Cada año se realizan en EAU unos 300 vuelos de siembra de nubes, aplicando nuevos nanomateriales para introducir en las nubes, que han resultado mas eficaces que los convencionales. También se ha impulsado el uso de vehículos aéreos no tripulados para la dispersión de sustancias en las nubes, que están equipados con instrumentos de medición de alta tecnología que tributan a sistemas de inteligencia artificial entrenados con modelos meteorológicos.

La identificación y seguimiento de las nubes tratadas es otra de las posibilidades que se abren con las innovaciones científicas aplicadas por el UAEREP, lo que permitirá mayor precisión al valorar los resultados de las “siembras”.

Referencia y fuentes de la noticia:
Wehbe, Y.; et al.
Rethinking water security in a warming climate: rainfall enhancement as an innovative augmentation technique. Nature (2024).