Tejer reduce el estrés y activa el cerebro: la ciencia respalda este hábito milenario
El tejido y otras manualidades están de regreso. Pero esta vez, no como pasatiempos pasajeros, sino como prácticas con valor terapéutico y neurológico. La ciencia confirma que estos hábitos reducen el estrés, potencian la memoria y ayudan a mantener un cerebro saludable.

Mucho más que una moda vintage o un pasatiempo de abuelas. Tejer se ha convertido en una herramienta poderosa para calmar la mente, fortalecer el cerebro y desconectarse —por ejemplo— del mundo digital. Y no lo decimos nosotros: lo dice la neurociencia.
En plena era de hiperconectividad, cuando las notificaciones no nos dan tregua, cada vez más jóvenes se rinden ante el encanto de lo hecho a mano. En vez de scrollear sin parar, optan por lanas, agujas y paciencia. Y lo mejor: sus cerebros se lo agradecen. Tejer está de vuelta y llegó con más beneficios que likes en TikTok.
Una generación que reeWiFi… y enamorada del hilado
Cada vez más jóvenes se suman con entusiasmo a talleres de tejido y costura, y esta tendencia no es casual: refleja una necesidad creciente de reconectar con lo tangible, lo sensorial y lo compartido. ¿Y qué mejor que hacerlo entre hilos, colores y risas?
Los talleres presenciales, los círculos de tejido y hasta los clubes virtuales se han convertido en verdaderos refugios para bajar las revoluciones, reencontrarse con uno mismo y compartir con otros, mientras se crea algo bello, útil y hecho a mano.

¿Sabías que tejer activa ambos hemisferios cerebrales a la vez? Emily Sharp, terapeuta del NY Art Therapy, explica que al combinar coordinación, creatividad y repetición, el tejido se convierte en un verdadero masaje cerebral. Y no es chiste: se ha comparado con terapias como el EMDR, utilizadas para reducir el estrés.
Además, esta práctica estimula neurotransmisores clave como la dopamina y la serotonina (sí, los responsables de la felicidad). Según el neurólogo Álvaro Pascual-Leone, de Harvard, tejer activa la dopamina de forma sostenida, ayudando a mejorar la concentración y a retrasar el deterioro cognitivo.
¿Más ciencia? Un estudio de Frontiers in Behavioral Neuroscience (2024) demostró que las manualidades estimulan la red de recompensa del cerebro de forma más saludable que los videojuegos o las redes sociales. O sea, menos dopamina loca y más equilibrio mental.
Beneficios neurocientíficos que van más allá del estrés y la creatividad
No importa la edad: tejer es bueno para todos. En personas mayores, ayuda a mantener la plasticidad cerebral y a compensar la pérdida natural de neuronas. Lo importante, según Pascual-Leone, es mantener el cerebro activo y enfrentarlo a nuevos desafíos. ¿Nunca tejiste? ¡Perfecto! Tu cerebro va a estar encantado con el reto.
Además, tejer no es una actividad solitaria. Los círculos de tejido fomentan la interacción, el sentido de pertenencia y la autoestima. Y lo más importante: quienes lo practican suelen sentirse más felices y satisfechos con su vida.

La ciencia lo confirma: tejer regula el sistema nervioso, estimula la concentración, mejora el ánimo y previene el deterioro cognitivo. Es barato, accesible y se puede hacer en cualquier parte. ¿Moda pasajera? Para nada. Es una inversión en tu bienestar.
Así que ya lo sabes: si estás buscando una forma real de desconectarte, encontrar calma, reconectar con tu cuerpo y mente… quizás la respuesta no esté en una app. Quizás, solo quizás, está en una madeja de lana y un par de agujas o un crochet.
Referencia de la noticia
-INFOBAE. El arte de tejer: más allá de una tendencia, una vía potencial para la salud cerebral.