Una fábrica microscópica en acción: Chile modifica microalgas para producir compuestos valiosos sin extraer del mar
Un grupo de investigación de la UdeC logró que una microalga sintetice carragenina lambda, abriendo nuevas vías para producir este ingrediente clave de forma continua y sostenible.

Mientras la industria global busca alternativas sostenibles a recursos escasos, un grupo de investigación en Chile está transformando una microalga en una verdadera fábrica celular.
El proyecto Porphygel, liderado por la Universidad de Concepción (UdeC), propone una forma más eficiente, escalable y ecológica de producir carragenina lambda, un aditivo esencial para alimentos, cosméticos y fármacos.
Con el uso de herramientas de ingeniería metabólica, el equipo ha logrado que una especie de microalga llamada Porphyridium cruentum —que naturalmente no produce carrageninas— sintetice este compuesto de alta demanda industrial, sin necesidad de extraerlo de algas marinas en riesgo.
Cuando las algas del mar ya no son suficientes
La carragenina —ese nombre raro que aparece en etiquetas de yogures, cremas o medicamentos— proviene habitualmente de algas marinas como la luga roja. Pero este recurso, aunque natural, no es infinito.
Fue ahí donde el equipo liderado por Jessy Pavón, académica de la Facultad de Farmacia de la UdeC, vio una oportunidad. En lugar de extraer la carragenina del mar, decidieron fabricarla… dentro de una microalga cultivada en condiciones controladas.
Eligieron a Porphyridium cruentum, una especie conocida por producir compuestos con aplicaciones en salud, cosmética y alimentación. Su genoma está bien caracterizado, crece rápido y, lo más interesante, libera los compuestos al medio sin necesidad de destruirla. Ideal para una producción continua.
Mucho más que un espesante: ¿para qué sirve la carragenina?
Aunque suene a nombre de fantasía, la carragenina es bien real… y está más cerca de lo que crees.
Se trata de un polisacárido —una cadena larga de azúcares— que se extrae de ciertas algas rojas y que cumple funciones clave en alimentos, cosméticos y medicamentos.
Según explica un artículo de GinoBiotech, esto la hace ideal para productos lácteos, cremas, champús, jarabes y aliños.
En palabras simples, ayuda a que las cosas no se separen, mantengan su forma y sean más agradables al tacto o al paladar.
Biofábricas sin redes ni mareas
Lo interesante del modelo desarrollado por el equipo UdeC es que la microalga modificada no necesita ser cosechada, como se hace habitualmente con la luga roja (Gigartina skottsbergii) y la luga negra (Sarcothalia crispata).
Tal como explican en un comunicado oficial, no es necesario extraer nada de la microalga Porphyridium cruentum, ya que está simplemente la libera al agua en la que vive.
Jessy Pavón Pérez, líder del proyecto
Así, el océano sigue allí, intacto, mientras en un rincón del sur de Chile, una microalga “aprende un nuevo oficio”.
Y en su interior, una fábrica diminuta trabaja sin pausa para abastecer la demanda de diferentes industrias que buscan obtener más ingredientes naturales, pero con menor huella ambiental.
Referencias de la noticia
- Jeannette Valenzuela Mella. (2025). Proyecto UdeC apuesta por microalgas para producir compuesto de interés de alimentos, cosméticos y fármacos. Publicado en la seccion de noticias de la Institución.
- GinoBiotech. (2023). ¿Qué es la carragenina? Una guía completa para entenderlo mejor. Publicado en la web de la empresa.
- Cynthia Ramos Frómeta, Liliana María Gómez Luna. (2024). Cultivo y aplicaciones de Porphyridium cruentum: principales tendencias y proyecciones Culture and applications of Porphyridium cruentum: main trends and projections. Revista Colombiana de Biotecnología.