Por esta razón deberías incluir clavo de olor en tu dieta diaria
Pequeño, aromático y poderoso. El clavo de olor no solo da sabor a tus comidas: también fortalece el cuerpo, mejora la digestión y ayuda a mantener un peso saludable.

Entre los frascos olvidados del especiero suele esconderse un pequeño tesoro: el clavo de olor. Estas diminutas flores secas, de aroma intenso y sabor cálido, han sido usadas durante siglos no solo en la cocina, sino también en la medicina tradicional. Sin embargo, hoy la ciencia confirma lo que muchas culturas ya sabían: este condimento tiene un efecto real en la salud, ayudando a mantener el cuerpo fuerte y equilibrado.
Rico en eugenol, un compuesto con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antibacterianas, el clavo de olor contribuye a mejorar la digestión, reforzar el sistema inmune y regular el azúcar en la sangre. Es un aliado natural que puedes incorporar fácilmente a tu rutina diaria, ya sea en infusiones, comidas o pequeños remedios caseros. Y lo mejor: sus beneficios se sienten desde los primeros días.
Beneficios que tu cuerpo notará
Uno de los principales efectos del clavo de olor está en el sistema digestivo. Favorece la producción de enzimas y reduce los gases, cólicos o digestiones pesadas. Por eso, una infusión o té de clavo después de las comidas ayuda a sentirse más liviano y cómodo. Además, su potente acción antioxidante combate los radicales libres, ayudando a prevenir el envejecimiento celular y reforzando las defensas naturales del cuerpo.

También puede tener un leve efecto termogénico, es decir, ayuda al organismo a quemar energía más eficientemente, lo que lo vuelve interesante para quienes buscan controlar su peso o mantener un metabolismo activo.
Por su contenido de eugenol, el clavo de olor tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias, útiles para aliviar molestias musculares o dentales leves. Incluso, estudios recientes sugieren que su consumo regular podría favorecer la salud hepática y contribuir a equilibrar los niveles de azúcar y colesterol en la sangre.
Cómo incorporarlo a tu vida diaria
Aprovechar sus beneficios no requiere grandes cambios. Una de las formas más sencillas es preparar una infusión de clavo de olor: hierve dos o tres clavitos en una taza de agua durante cinco minutos, deja reposar y endulza con miel. Su sabor es intenso, pero puedes suavizarlo con una ramita de canela, rodajas de limón, o un trozo de jengibre, que además potencia su efecto digestivo.

También puedes añadir uno o dos clavos a tu té, café o batidos. En la cocina, aporta un toque especial a compotas o postres.
La clave está en usarlo con moderación, ya que su aroma es fuerte y basta una pequeña cantidad para notar la diferencia. Otra opción es preparar un aceite casero de clavo de olor: deja reposar 10 clavos en un frasco con aceite de oliva o de coco durante una semana. Este aceite puede usarse para masajes relajantes, aliviar contracturas o aplicar sobre el pecho en caso de resfrío.
Precauciones y uso responsable
Aunque natural, el clavo de olor es muy concentrado y debe usarse con moderación. Su aceite esencial nunca debe aplicarse directamente sobre la piel ni ingerirse sin diluir, ya que puede causar irritación.

En infusión o en preparaciones culinarias, la cantidad recomendada es no más de tres clavos al día. Las personas con enfermedades hepáticas, mujeres embarazadas o quienes usan anticoagulantes deberían consultar con un profesional antes de incorporarlo regularmente. En dosis equilibradas, es un excelente complemento, pero en exceso puede resultar contraproducente.