Calor extremo, alto riesgo de incendios y algunas lluvias marcarán el cambio de año en Chile

Chile vivirá una semana de contrastes meteorológicos justo cuando despedimos 2025 y damos la bienvenida a 2026. El protagonismo será compartido entre altas temperaturas extremas en la zona central, nubosidad costera en el litoral y precipitaciones acotadas en la Patagonia.

Desde el lunes 29 de diciembre de 2025 hasta el domingo 04 de enero de 2026, los modelos muestran un escenario dinámico, marcado por la presencia de una dorsal cálida, la vaguada costera y el paso de sistemas frontales débiles, que explican por qué no todos sentirán el verano de la misma forma.

Temperaturas: el calor será el gran protagonista (sobre todo en la zona central)

El cierre de diciembre estará marcado por un episodio de calor intenso en la zona central de Chile, que promete convertirse en uno de los más exigentes del año. Entre las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule y Ñuble, las temperaturas máximas superarán con facilidad los 35 °C en sectores interiores, mientras que algunos sectores podrían rozar o incluso alcanzar entre 38 y 40 °C, especialmente durante el martes 30 y miércoles 31 de diciembre, en plena antesala de las celebraciones de fin de año.

En la Región Metropolitana, el calor no dará tregua. Santiago podría vivir uno de los cierres de año más calurosos de los últimos veranos, con jornadas donde incluso las horas nocturnas ofrecerán poco alivio térmico. El ambiente será más cercano a una prueba de resistencia al calor que a una clásica fiesta bajo el sol, especialmente en sectores urbanos densamente poblados.

En la costa, la historia será distinta. La influencia de la vaguada costera mantendrá nubosidad baja, mayor humedad y temperaturas más moderadas, particularmente entre Atacama y Valparaíso. En estos tramos, incluso la medianoche del 31 de diciembre, podría llegar con cielo cubierto y un ambiente más fresco, generando el clásico contraste entre litoral e interior.

Más al norte, entre Arica y Antofagasta, el calor será más estable y propio del desierto: máximas elevadas en el interior, mientras la costa seguirá bajo el control del océano. En la Patagonia, en tanto, las temperaturas se mantendrán dentro de rangos normales para la época, sin extremos relevantes, aunque con una sensación térmica variable debido al viento, recordando que incluso en verano, el sur siempre guarda su propio carácter.

Lluvias: la Patagonia mira al cielo (y no solo por los fuegos artificiales)

Aunque el verano ya se instaló con fuerza en gran parte del país, las lluvias no desaparecen del todo del mapa. Durante la última semana de diciembre y los primeros días de enero, el sur austral de Chile seguirá atento al cielo, no solo por las celebraciones de Año Nuevo, sino también por el paso de sistemas frontales que mantendrán activa la nubosidad y algunas precipitaciones.

Según el escenario previsto, estas lluvias se concentrarán principalmente entre Magallanes y Los Lagos, con mayor probabilidad en sectores precordilleranos y cordilleranos, donde el relieve favorece la condensación de humedad. No se trata de eventos intensos ni persistentes, sino más bien de precipitaciones intermitentes, de carácter débil a moderado, que aparecerán y desaparecerán a lo largo de la semana.

Aun así, serán suficientes para romper la monotonía estival, refrescar momentáneamente el ambiente y recordar que el verano en el sur rara vez es completamente seco. Las temperaturas acompañarán este escenario, con máximas más acotadas y una sensación térmica algo más fresca en los días con mayor nubosidad.

En el norte del país, el protagonismo lo tomarán las tormentas eléctricas estivales, típicas del período. A partir del miércoles 31, el aumento del calor y la inestabilidad en altura favorecerán la formación de nubes convectivas en sectores de precordillera y cordillera, especialmente en el norte grande. No serán fenómenos generalizados, pero sí lo suficientemente llamativos como para dejar relámpagos, truenos y chubascos puntuales, recordándonos que el verano también sabe hacer ruido.

La zona central, en cambio, seguirá dominada por la estabilidad atmosférica. Aquí, las lluvias brillarán por su ausencia y el protagonismo será del calor y la sequedad, con presencia de nubosidad costera y algunas nubes altas sin precipitaciones asociadas. En este tramo del país, el agua más probable seguirá viniendo… desde la botella, porque hidratarse será clave para enfrentar las altas temperaturas de fin de año.

Por otra parte, el calor extremo, junto a la baja humedad y la persistente sequedad del combustible vegetal, configurará un escenario de riesgo elevado de incendios forestales en amplias zonas del país. Estas condiciones podrían favorecer una rápida propagación del fuego, especialmente durante los días de mayor temperatura y viento, por lo que se recomienda extremar las medidas de prevención.