Descubre el "orienteering", un deporte que convierte perderse en una nueva forma de viajar
Esta disciplina combina actividad física y mental mientras se exploran entornos naturales, ideal para viajeros que buscan experiencias auténticas y sustentables
No hay GPS, ni senderos señalizados, ni rutas marcadas en Google Maps. Solo un mapa, una brújula y tu capacidad de interpretar el terreno.
En el orienteering (u orientación deportiva), cada decisión cuenta. Cada ladera escalada, cada bosque que cruzas, cada rasguño en las piernas. Aquí, perderse —aunque brevemente— es parte del juego.
Este deporte, con raíces militares para corazones aventureros, es algo así como una búsqueda del tesoro y se ha transformado en una alternativa atractiva de turismo activo en “formato analógico”.
Del ejército a los senderos
La orientación nació a fines del siglo XIX en Escandinavia, como método de entrenamiento para militares que debían desplazarse por terrenos desconocidos. Pero rápidamente se expandió como deporte civil, especialmente en países nórdicos como Suecia y Noruega, donde aún hoy goza de gran popularidad.
En Chile, esta disciplina ha comenzado a tomar forma gracias al impulso de clubes locales y de la Federación Chilena de Orientación, que organiza eventos inclusivos y fomenta la práctica en entornos naturales, urbanos y escolares.
Cuando perderse tiene sentido
A diferencia de las maratones o el trail running, en el orienteering no gana necesariamente quien corre más rápido, sino quien mejor lee el mapa.
Según explica la Federación Chilena de Orientación en su sitio web, este deporte al aire libre entrena la mente y el cuerpo, y se puede practicar en cualquier lugar, desde bosques y campos hasta áreas urbanas, parques y patios de escuelas.
Además, existen múltiples modalidades: desde la tradicional carrera a pie hasta versiones en bicicleta, esquí o la llamada Trail-O, adaptada para personas con movilidad reducida.
Turismo activo y crisis ambiental: una brújula distinta
Mientras el turismo masivo deja huella, algunos eligen perderse para encontrarse. Sin guías ni rutas predefinidas, el orienteering propone otra forma de viajar.
Según un estudio publicado en Nature Climate Change, el turismo genera cerca del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, siendo el transporte y el alojamiento los principales responsables.
Además, el turismo masivo ha contribuido al deterioro de áreas protegidas, sobrecarga de servicios y pérdida de biodiversidad en zonas frágiles.
En este contexto, y tal como explica un estudio publicado en los Cuadernos de Turismo (1998), la orientación aparece como una alternativa más consciente y sostenible.
Al desarrollarse en pequeños grupos, sin necesidad de infraestructura pesada, sin dejar residuos ni alterar el paisaje, promueve una relación respetuosa con la naturaleza.
Mientras el turismo masivo borra los paisajes tras sus pasos, el orienteering sugiere lo contrario: avanzar con conciencia, leer el terreno, decidir sin atajos.
Más que un deporte, es una forma de volver a lo esencial. A veces, perderse a propósito es la mejor manera de recordar hacia dónde queremos ir.
Fuentes y referencias de la noticia
- Federación Chilena de Orientación. ¿Qué es el orientering? Publicado en su sitio web.
- Ruth Soriano. (1988). El deporte de la orientación como nuevo producto turístico. Cuadernos de Turismo.
- Federación Española de Orientación. Asamblea General IOF, países afiliados. (2016). Publicado en la web de la institución.
- Lenzen M. et all. The carbon footprint of global tourism. (2018). Nature Climate Change.