DMC adelanta un verano 2026 más cálido y seco: aumentan las señales de un escenario crítico

El pronóstico estacional de la DMC proyecta un verano 2026 más cálido y seco en gran parte del país. El aumento de temperaturas, la escasez de lluvias y la persistencia de La Niña refuerzan un escenario crítico para la vegetación y los incendios forestales.

El verano meteorológico parte con temperaturas sobre lo normal y señales de La Niña débil, configurando un escenario de mayor sequedad y riesgo de incendios en gran parte de Chile.
El verano meteorológico parte con temperaturas sobre lo normal y señales de La Niña débil, configurando un escenario de mayor sequedad y riesgo de incendios en gran parte de Chile.

El verano meteorológico ya está en marcha y los modelos comienzan a perfilar un escenario claro: Chile enfrentará una temporada marcada por temperaturas más altas, mayor estrés en la vegetación y un riesgo elevado de propagación de incendios forestales, mientras que, las señales del Pacífico ecuatorial confirman un patrón La Niña débil,

Este pronóstico se refuerza con el informe estacional de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), que proyecta temperaturas máximas y mínimas sobre lo normal en gran parte del país. A esto se suma un panorama de precipitaciones escasas, típico de los veranos bajo condiciones de La Niña, con excepción del altiplano.

Un verano más cálido: máximas sobre lo normal en casi todo Chile

Los mapas del pronóstico estacional para diciembre, enero y febrero de 2025-2026 (DEF) indican que la temperatura máxima se mantendría sobre lo normal en gran parte del país. Este escenario cálido abarcaría desde la zona norte hasta sectores de la Patagonia, reafirmando una tendencia veraniega más intensa de lo habitual.

Pronóstico estacional de temperatura máxima para el trimestre diciembre–enero–febrero 2025.
Pronóstico estacional de temperatura máxima para el trimestre diciembre–enero–febrero 2025 (DEF 2025). Fuente: DMC – Sección Climatología.

La única excepción relevante aparece en las franjas costeras del norte y centro, donde la fuerte influencia del mar actuaría como moderadora térmica. En esos sectores, las máximas se mantendrían dentro o incluso bajo los rangos típicos, ofreciendo un alivio frente al calor predominante en el resto de Chile.

Asimismo, la temperatura mínima se mantendría por encima de lo normal en casi todas las regiones del país, lo que se traduciría en noches más cálidas y una menor capacidad de recuperación térmica para la vegetación. Este comportamiento nocturno refuerza la sensación de calor continuo durante la temporada.

Pronóstico estacional de temperatura mínima.
Pronóstico estacional de temperatura mínima para el trimestre diciembre–enero–febrero 2025 (DEF 2025). El mapa indica temperaturas mínimas sobre lo normal en gran parte de Chile, lo que sugiere noches más cálidas de lo habitual durante el verano meteorológico. Fuente: DMC – Sección Climatología.

Este patrón crea un escenario donde la humedad del suelo disminuye con mayor rapidez, facilitando un ambiente más seco, característico de los veranos influenciados por condiciones La Niña. La falta de enfriamiento adecuado durante la noche incrementa el estrés hídrico y favorece condiciones propicias para incendios forestales.

Menos lluvia, más sequedad: el verano seguirá dominado por el déficit hídrico

El pronóstico estacional de la DMC proyecta que gran parte del país —desde Arica hasta Valparaíso— permanecerá bajo condiciones de “estación seca”. Entre la Región Metropolitana y el Maule, las precipitaciones se ubicarían en rangos normales a bajo lo normal, reforzando la tendencia a un verano con menor aporte hídrico.

Pronóstico estacional de precipitaciones para el trimestre DEF.
Pronóstico estacional de precipitaciones para el trimestre diciembre–enero–febrero 2025 (DEF 2025) en Chile. Fuente: DMC – Sección Climatología.

En contraste, sectores cordilleranos del altiplano y del sur podrían registrar montos normales a sobre lo normal, impulsados por la actividad convectiva propia del verano, que suele favorecer chubascos y tormentas en altura.

Incendios forestales: un riesgo creciente alimentado por La Niña y el calor

El informe estacional de la DMC confirma que los vientos alisios se encuentran intensificados y que la atmósfera muestra señales típicas de La Niña. Este patrón, históricamente, favorece veranos más secos, calurosos y persistentes en Chile central.

Estas condiciones hacen que la vegetación se mantenga más seca y estresada, perdiendo humedad rápidamente. Con menos capacidad de recuperación frente al calor, el paisaje se vuelve más vulnerable, especialmente en zonas interiores donde el aumento térmico se acentúa durante la temporada estival.

La Niña también incrementa la continuidad del combustible fino, como pastizales y matorrales secos. Este tipo de material arde con facilidad, permitiendo que un foco pequeño se propague rápidamente. A esto se suman episodios más frecuentes de viento local, que pueden avivar el fuego.

Pronóstico probabilístico de El Niño–Oscilación del Sur.
Pronóstico probabilístico de El Niño–Oscilación del Sur (ENSO) del IRI (Columbia), que muestra la evolución de La Niña, condiciones neutrales y El Niño durante los próximos trimestres. El escenario neutral gana fuerza hacia otoño, mientras La Niña pierde protagonismo progresivamente. Fuente: DMC.

Según la DMC, existe una probabilidad cercana al 53 % de que La Niña persista durante el verano. Esto refuerza un escenario de alto riesgo de incendios, marcado por la combinación de calor, sequedad, baja humedad y condiciones atmosféricas propicias para la propagación rápida del fuego.

¿Cómo prevenir la propagación de incendios en un verano crítico?

El panorama para el verano 2025–2026 no deja espacio para la improvisación. Con La Niña instalada, temperaturas por encima de lo habitual y lluvias escasas, la vegetación estará más estresada y el riesgo de incendios aumentará en buena parte del país, especialmente en la zona centro y centro-sur.

Por lo mismo, la prevención es clave. La primera medida es mantener despejado el entorno de viviendas y predios: retirar pasto seco, ramas, hojas, leña acumulada o materiales inflamables. Crear zonas de protección de 10 a 30 metros alrededor de las casas puede marcar una diferencia enorme durante un evento crítico.

También es fundamental evitar el uso de fuego al aire libre. Fogatas, brasas expuestas o quemas agrícolas pueden desencadenar incendios en cuestión de minutos bajo condiciones cálidas y secas. Incluso actividades cotidianas como asados o trabajos en patios deben hacerse con máxima precaución.

En días de viento, es recomendable suspender labores que generen chispas, como soldaduras, uso de radiales o maquinaria agrícola. Este tipo de herramientas es responsable de numerosos focos que se inician de forma accidental y se propagan rápidamente en terrenos secos.

Reportar de inmediato cualquier columna de humo es esencial. Las primeras alertas permiten actuar antes de que un foco pequeño se descontrole. La detección temprana es una de las herramientas más efectivas contra incendios de rápida propagación.

Proteger la vegetación nativa también es clave. Bosques y matorrales autóctonos funcionan como cortafuegos naturales, regulan la humedad del suelo y reducen la velocidad de propagación del fuego. Evitar su remoción y fomentar su cuidado aporta resiliencia al territorio.

Finalmente, es vital mantenerse informado. Las condiciones meteorológicas cambian diariamente, por lo que seguir las actualizaciones de Meteored, DMC, CONAF y SENAPRED permite anticipar episodios de alto riesgo. Temperaturas extremas, viento intenso y baja humedad pueden incrementar el peligro en pocas horas.

Referencia de la noticia

DMC. Pronóstico estacional noviembre, diciembre y enero.