Fiebre del hidrógeno verde pone en riesgo la energía disponible en África

Se han firmado acuerdos que no cuentan con las garantías suficientes para los países en desarrollo. Pero si hablamos de hidrógeno verde, ¿cuáles serían los inconvenientes y riesgos que acatarían las poblaciones locales?

Hidrógeno verde Namibia
Namibia planea desplegar su capacidad de energía solar para la producción de hidrógeno verde. Fuente: Climate Home News.

La proyección que tiene la Unión Europea (UE) con el hidrógeno verde, ha desencadenado una carrera entre los países en desarrollo, principalmente en el continente africano. Todo, para convertirse en los primeros proveedores del sector, arriesgando las necesidades energéticas de sus poblaciones.

En este sentido, la UE considera que el hidrógeno generado con energía renovable, más conocido como hidrógeno verde, es un camino rentable para reducir las emisiones, especialmente, en industrias que son difíciles de descarbonizar, como por ejemplo, el transporte terrestre pesado y la aviación.

Algunos analistas en el tema, señalaron al portal Climate Home News que "si bien la industria europea está en su infancia, las esperanzas de lograr objetivos a corto plazo se basan en gran medida en la producción en el extranjero". Agregan que "los países, especialmente los ubicados en el norte de África y la región al sur del Desierto del Sahara, se han sentido atraídos por la oportunidad del sector para inversiones y nuevos empleos".

El entusiasmo por el hidrógeno verde tiene sus riesgos

Los expertos advierten que los incentivos integrados en las regulaciones de la UE conducirían a un incremento masivo de las exportaciones de hidrógeno verde. Esta situación consumiría la mayor parte de la electricidad renovable en los países en desarrollo, a expensas de las poblaciones locales.

Dicha condición sería un grave inconveniente en países como Namibia, socio clave de hidrógeno de la UE, donde solo el 56% de sus habitantes tiene acceso a la electricidad.

Villa Himba en Namibia
El presidente de Namibia, Hage Geingob, ve el hidrógeno verde como un motor de crecimiento, que hará del país una economía industrializada mediante la creación de nuevos empleos.

Marta Lovisolo, analista de hidrógeno en Bellona, menciona que "el hidrógeno verde es algo que Europa quiere desesperadamente y los países en desarrollo podrían producirlo en masa para un mercado lucrativo". También señala "al igual que sucedió con los combustibles fósiles, los países parecen dispuestos a jugárselo todo para transformarse en exportadores sin que se les den las garantías necesarias".

Acuerdos relevantes entre la UE y países en desarrollo

La Comisión Europea, siguiendo el ejemplo de Berlín, firmó un memorando de entendimiento con Namibia sobre hidrógeno renovable. Este acuerdo se ha replicado en, al menos, otros 3 países en desarrollo. Su objetivo es facilitar la producción y exportación de hidrógeno renovable, mientras que Namibia ofrece la posibilidad de lograr sus propios objetivos de seguridad energética y descarbonización.

Por su parte, el Banco Europeo de Inversiones, se comprometió a entregar un préstamo de hasta 500 millones de euros (unos 437 mil millones de pesos chilenos) a Namibia para respaldar las inversiones en hidrógeno y energía renovable.

Marta Lovisolo señala que "los acuerdos están llenos de palabras bonitas, pero no tienen garantías legales para evitar que los intereses europeos sean lo primero". Sin lugar a dudas, lograr el compromiso correcto es la piedra angular para que todos los países involucrados vean los beneficios de sus inversiones, especialmente, reflejados en el bienestar de las personas que conforman su sociedad.