Invasión de ratones: Australia lucha contra plaga que huye del frío

Luego de varios años de sequía en el suroeste de Australia, las condiciones de los últimos meses fueron perfectas para el aparecimiento de los roedores. Hay mucha comida, humedad y pocos depredadores. Los granjeros luchan diariamente contra la plaga llevándolos a un gran cansancio físico y mental.

ratos na austrália
La población de ratones está fuera de control en Australia. La plaga ya causó grandes devastaciones en los granos cosechados en las haciendas.

Una plaga de ratones está devastando partes del sureste de Australia. Además de causar prejuicios en las cosechas de las haciendas, también están comiendo los cables de energía eléctrica y teléfono, causando incendios en casas e interrumpiendo las comunicaciones. Los dueños de las haciendas dicen que están realizando peticiones al gobierno hace meses y que un paquete de US$ 50 millones, para combatir el problema de los ratones, fue anunciado a comienzos de mayo.

Especialistas y habitantes consideran a esta como la peor plaga que ya enfrentaron en muchos años en aquella región, luego de una larga sequía que ya había afectado a la economía local. Pero fue justamente porque la sequía terminó, con una rápida recuperación de las plantaciones, que los ratones se comenzaron a reproducir en masa.

Norman Moeris, productor agrícola en la ciudad de Gilgandra, dijo que su granero de heno fue destruído por los ratones, dejando un prejuicio equivalente a más de 30 millones de pesos chilenos.

Los ratones pueden generar una nidada de entre 6 y 10 crías en pocas semanas. En toda la temporada de reproducción, una única hembra puede dar a luz hasta 500 roedores. Ahora, con la población de la plaga fuera de control, los ratones están saliendo de las haciendas e invadiendo viviendas urbanas tratando de huir de la llegada del invierno.

Los especialistas alertan que la plaga de ratones puede llegar a Sídney dentro de algunas semanas, con las heladas de invierno forzándolos a ir a regiones más cálidas. Se esperaba que las lluvias y las temperaturas más amenas disminuyesen significativamente sus números, antes de la siembra de invierno, sin embargo, los fenómenos tuvieron poco impacto.

Las consecuencias

Además de comerse las plantaciones, los ratones muerden a las personas en sus camas, entran en las cañerías y roen los electrodomésticos. A pocos kilómetros de Sídney, en la hacienda de la familia Fragar, los ratones han llegado a comer parte de las patas de las gallinas en sus gallineros. En la hacienda de los Fragars, los ratones salen cuando el día amanece, deslizándose como una cascada por las lonas que cubren el heno, y desapareciendo en hoyos y en el pasto. Para cada ratón que es visto, existen un sinnúmero de otros debajo de las lonas.

Los ratones hicieron sumar tareas desagradables a la rutina de las personas. Los vendedores colocan trampas y ahogan los ratones que capturan. Los habitantes queman los ratones muertos en "crematorios" en los patios. Los almacenes limpian la harina que cae al suelo de los paquetes mordidos. Los funcionarios de los hospitales colocan difusores de aroma en las salas de espera, en una tentativa frustrada de enmascarar el olor de los cadáveres en descomposición de los roedores.

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Una familia en Nueva Gales del Sur, quedó sin donde vivir luego que los ratones infestaran su casa y comieran parte de los cables eléctricos, causando un incendio en el local la semana pasada. Según el sitio web australiano news.com.au, Rebekah Ward, madre de tres hijos, estaba fuera del inmueble cuando recibió la llamada de una amiga avisando del fuego, volviendo rápidamente a la propiedad que ya era consumida por las llamas.

Hasta el momento, no hay previsión de cuándo las autoridades conseguirán contener el aumento de la población de roedores.