NASA descubre exoplaneta gigante con la ayuda del telescopio Kepler

Aún después de desactivado por la NASA en 2018, el telescopio Kepler ayudó a la Agencia Espacial estadounidense a encontrar un nuevo exoplaneta, ¡del tamaño de Júpiter!

Telescopio Kepler
Ya desactivado, el telescopio Kepler revela la existencia de un exoplaneta del tamaño de Júpiter.

A pesar de haber sido desactivado por la NASA en 2018, el telescopio Kepler fue fundamental para el descubrimiento de un nuevo exoplaneta gigante, del tamaño de Júpiter. Los científicos de la Agencia Espacial de los Estados Unidos dijeron que esto fue posible luego de analizar los datos, obtenidos por el telescopio, entre abril y julio de 2016.

El nuevo exoplaneta, considerado similar a Júpiter, se encuentra distante unos 17 mil años luz de la Tierra —un año luz equivale a 9,5 trillones de kilómetros—, por lo que es posible observarlo apenas utilizando un telescopio, y no cualquiera, sino uno espacial, como es el caso del telescopio Kepler.

El descubrimiento

El astrónomo de la Universidad de Manchester. Eammon Kerins, dice que el telescopio Kepler fue capaz de captar todos los detalles, sin ser interrumpido por las condiciones del tiempo o por la luz solar, lo que permitió que los científicos determinasen con exactitud la masa del exoplaneta así como la distancia orbital a su sol.

Es básicamente un gemelo idéntico de Júpiter en lo que respecta a masa y posición relativa a su estrella, la que tiene cerca de 60% de la masa de nuestro Sol.

El exoplaneta, recién descubierto por la NASA, tiene un nombre bien singular y complejo, incluso para el mundo científico: K2-20169-BLG-0005Lb.

Telescopio Kepler
El telescopio Kepler descubrió 2.700 planetas.

El telescopio Kepler fue lanzado por la NASA en marzo de 2009, siendo desactivado en noviembre de 2018, con menos de 10 años de vida útil. En este corto tiempo, su importancia para la ciencia es indiscutible: con él fueron descubiertos cerca de 2.700 objetos, confirmados posteriormente como planetas por los científicos.

Una en millones

Por ser un fenómeno considerado raro, y con una posibilidad única de observación de "una en millones", los astrónomos sólo logran ver con claridad objetos brillantes que emiten mucha luz, generalmente estrellas, u objetos grandes que logran bloquear la luz de fondo, como por ejemplo nubes de polvo y gas. Esto representa muy poco, llevando en consideración que estas dos categorías de cuerpos celestes, sumadas, componen una fracción muy pequeña de la masa de una galaxia.

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Albert Einstein desarrolló la Teoría de la Relatividad, y la física por detrás de ella es, de hecho, bastante compleja. De forma resumida, nos dice que los objetos espaciales pueden ser vistos y estudiados de "cerca" cuando la luz de una estrella, atrás de ellos, logra ser ampliada por la gravedad de un objeto masivo más cercano.

Mediante esta teoría, los científicos buscan usar la luz distorsionada de una estrella pata detectar un nuevo exoplaneta, y la posibilidad de que esto ocurra es de una en decenas, o incluso centenas, de millones, dado que es necesario un alineamiento casi perfecto entre el sistema planetario, con la estrella al fondo, dice Kerins.

Para que fuese posible este descubrimiento, el telescopio Kepler observó por tres meses las centenas de millones de estrellas que están en dirección al centro de nuestra galaxia. La posibilidad era mínima, única, pero para felicidad de los estudiosos y de la NASA, el raro fenómeno quedó registrado, incluso hasta dos años después de que el telescopio se jubilase.