Nueva norma chilena regula el arsénico en el aire y pone foco en zonas mineras
Chile establece por primera vez un límite al arsénico en el aire, un avance para la salud de las comunidades cercanas a fundiciones.

Hay un componente tóxico, un vecino indeseable, que durante décadas ha flotado sin control en el aire de ciudades como Calama, Ventanas o Caletones.
Es el arsénico, un metaloide liberado principalmente por las fundiciones de cobre y que, hasta ahora, carecía de un límite legal específico en Chile.
Ese vacío regulatorio se cierra con la publicación de la primera Norma de Calidad Primaria del Aire para Arsénico, un paso histórico que convierte lo invisible en medible, y lo medible, en regulable.
23 nanogramos, el número que cambia todo
Todo régimen comienza con una línea que no se debe cruzar. En este caso, la línea es extraordinariamente delgada: 23 nanogramos por metro cúbico como promedio anual.
Este estándar pone a Chile a la par de las exigencias de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), que es incluso más estricta que la guía general de la Organización Mundial de la Salud, explican en un comunicado del Ministerio del Medio Ambiente (MMA).
“La regulación permitirá el desarrollo de planes de prevención o descontaminación en los territorios donde se acerque o supere el umbral establecido. Los planes incluirán medidas concretas para reducir el arsénico presente en el aire”. Comentó Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente.
La cifra no es arbitraria; es un umbral de seguridad basado en la ciencia más robusta disponible.
El semáforo de la contaminación
Una norma sin mecanismos de aplicación es letra muerta. ¿Qué pasa cuando una zona se acerca o supera este límite? La regulación activa un “semáforo” ambiental.
Esta declaración es el motor que pone en marcha la maquinaria de la descontaminación.
Exige la elaboración de un Plan de Prevención o Descontaminación Atmosférica, un instrumento concreto que obliga a las fuentes emisoras, principalmente las fundiciones, a implementar tecnologías y medidas para reducir sus emisiones de forma verificable. Ya no será una sugerencia, sino una obligación.
El mapa de la deuda ambiental
La nueva norma no es abstracta; tiene una geografía precisa. Según el Inventario Nacional de Emisiones de Fuentes Puntuales del MMA, las fundiciones de cobre son responsables de la abrumadora mayoría, el 99% de las emisiones de arsénico de origen industrial en el país.
La ministra Rojas destacó que el proceso se desarrolló en sintonía con los principios del Acuerdo de Escazú, incorporando la voz de las comunidades, el sector regulado y expertos.
Esto la convierte en una norma construida con legitimidad social para avanzar hacia la justicia ambiental en territorios históricamente expuestos.
El aire de esas comunidades llevaba la marca de un metaloide sin nombre legal. Hoy, ese veneno invisible tiene un límite, un número que, aunque pequeño, representa un gigantesco paso para equilibrar la balanza entre el desarrollo industrial y el derecho fundamental a respirar sin miedo.
Referencias de la noticia
MMA. (2025). Hito ambiental para Chile: publican la primera norma de calidad del aire para arsénico. Comunicado publicado en la web de la institución.
EPA. Normas sobre el arsénico e información relacionada. Información publicada en la web de la institución.
Registro de Emisiones y Transferencia de contaminantes. (2022). Informe Consolidado de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC). Publicado en la web del MMA.