¡Triunfo ciudadano! Gobierno da marcha atrás y no se talarán las 96 araucarias milenarias en La Araucanía
El Ministerio de Obras Públicas anunció que no se realizará la tala de 96 araucarias en La Araucanía. La decisión, celebrada por comunidades mapuche y organizaciones ambientales, responde a la fuerte oposición frente a este grave impacto ecológico y cultural.
Luego de semanas de presión social, el Seremi del Ministerio de Obras Públicas (MOP) en La Araucanía anunció que no se concretará la tala de 96 araucarias. Se retomará un trazado anterior que respeta estos árboles monumentales, dando un giro a la polémica por las obras viales.
La decisión fue celebrada como una victoria ciudadana por comunidades mapuche, organizaciones ambientales y defensores del bosque nativo. El cambio de postura del MOP responde al rechazo generado por el riesgo ecológico y cultural que implicaba la tala en una de las zonas más biodiversas del país.
El conflicto que encendió la protesta
El origen del conflicto se remonta a las resoluciones N° 594 y 595 de Conaf, que autorizaban la tala de 57 árboles en el tramo Melipeuco–Icalma (Ruta S‑61) y otros 39 en el tramo Icalma–Liucura (Ruta R‑95). El objetivo era dar paso a proyectos de mejoramiento vial impulsados por el MOP.
𝗗𝗲𝗰𝗹𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗣𝘂́𝗯𝗹𝗶𝗰𝗮 | La Corporación Nacional Forestal #CONAF se refiere a la autorización al #MOP de obras de mejoramiento de dos caminos en la región de La Araucanía, iniciativas que involucran la corta de 96 individuos de la especie 𝘈𝘳𝘢𝘶𝘤𝘢𝘳𝘪𝘢 pic.twitter.com/KIV6jIHuM7
— CONAF - Corporación Nacional Forestal (@conaf_minagri) August 2, 2025
Desde Conaf se argumentó que las obras eran de interés público, enfocadas en mejorar la conectividad de zonas rurales y fronterizas, y que se cumpliría la Ley 20.283 sobre recuperación del bosque nativo, implementando medidas compensatorias como la reforestación de 19,07 hectáreas con más de 5.000 nuevas araucarias.
La respuesta del territorio
El anuncio generó una fuerte ola de rechazo. Más de 20 comunidades Pehuenche de Lonquimay calificaron la tala como un “atentado espiritual”, denunciando la ausencia de una consulta indígena vinculante y la falta de diálogo real. Además, advirtieron que más de 1.700 araucarias podrían verse afectadas indirectamente por las obras.
Organizaciones como Austerra Society y diversos movimientos ambientales se sumaron a las protestas. Acusaron una contradicción entre la tala y la protección de una especie en peligro de extinción, protegida por ley desde 1976, y cuestionaron la justificación basada en conectividad vial cuando existían alternativas técnicas para rediseñar el trazado.
Un giro inesperado: el bosque gana
Tras múltiples reuniones en terreno, el Seremi Patricio Poza confirmó públicamente que no se procederá con la tala. En su lugar, se retomará el trazado original que no impacta a los ejemplares protegidos. El anuncio fue celebrado como un triunfo por comunidades indígenas, ambientalistas y ciudadanía organizada.
Vamos vamos vamosssss
— ️Defendamos Patagonia️ (@DefendamsChiloe) August 3, 2025
TREMENDO LOGRO DE LA GENTE
De las comunidades
De las organizaciones que defendemos la vida
En reciente reunión en la Araucanía el Seremi del MOP Patricio Poza aclaró que NO HABRÁ TALA DE LAS 96 Araucarias
Estableció que retomarán proyecto de trazado pic.twitter.com/6DrbBYTUmi
En redes sociales, el ambiente fue de celebración. “¡Tremendo logro de la gente! De las comunidades. De las organizaciones que defendemos la vida”, publicaron desde plataformas como Defendamos Patagonia.
Araucaria: símbolo de vida
La Araucaria araucana, también conocida como pehuén, es uno de los árboles más emblemáticos de Chile. De crecimiento lento, puede tardar hasta 40 años en alcanzar madurez reproductiva. Su valor es tanto ecológico como cultural: forma parte del paisaje ancestral mapuche y sus piñones son base alimentaria tradicional.
Este episodio marca un precedente importante en la defensa del bosque nativo y los derechos territoriales. También pone de manifiesto que, cuando hay presión social y coordinación comunitaria, los proyectos pueden modificarse para proteger lo que no tiene reemplazo.