¿Podría el agua salada contener pistas sobre la vida en Marte? Descúbrelo aquí

Un estudio reciente está reavivando las esperanzas de que el Planeta Rojo aún pueda albergar, o alguna vez haya albergado, los ingredientes para la vida.

Paisaje de Marte

Utilizando datos meteorológicos del módulo de aterrizaje Viking 2 de la NASA, que aterrizó en Marte hace casi 50 años , investigadores de la Universidad de Arkansas han encontrado evidencia convincente de que el agua salada o salmueras pueden formarse periódicamente en la superficie marciana, lo que podría ser información clave tanto para la ciencia planetaria como para la búsqueda en curso de vida más allá de la Tierra.

Agua salada en la superficie marciana

Durante una investigación en el Centro de Ciencias Espaciales y Planetarias de la Universidad, se analizaron datos históricos de heladas y se combinaron con modelos informáticos modernos para simular las condiciones ambientales en el hemisferio norte de Marte.

El objetivo era determinar si las heladas estacionales podían derretirse lo suficiente como para formar salmueras, un descubrimiento importante, ya que el agua líquida se considera esencial para la vida.

Según el estudio, existe de hecho una breve ventana de tiempo, de aproximadamente un mes, a finales del invierno y principios de la primavera, cuando las condiciones en las latitudes superiores de Marte permiten la breve existencia de salmueras superficiales.

En esa época, las temperaturas rondaban los -40 °C, lo suficientemente bajas como para congelar la mayoría de las sustancias, pero, sorprendentemente, aún propicias para la formación de agua extremadamente salada.

Estas diminutas manchas de salmuera pueden no durar mucho, pero son suficientes para albergar fases líquidas fugaces que podrían afectar la composición química del suelo, los procesos de erosión e incluso proporcionar microhábitats.

El módulo de aterrizaje Viking 2, que realizó su descenso a Utopia Planitia en 1976, sigue siendo la única misión que ha observado y estudiado directamente la escarcha en la superficie marciana.

La región, comparable en latitud al norte de Oregón y que abarca casi el ancho del territorio continental de Estados Unidos, está cubierta por lo que los científicos llaman el Manto Dependiente de Latitud (LDM), una mezcla de polvo y hielo de agua depositada a lo largo del tiempo durante períodos en que la inclinación del eje de Marte era mucho más pronunciada que en la actualidad.

A diferencia de la Tierra, Marte carece de una luna grande que estabilice su inclinación, lo que significa que su eje puede oscilar drásticamente con el tiempo. Estos cambios, que ocurren a lo largo de cientos de miles de años, influyen significativamente en el clima y el ciclo del agua del planeta.

Cuando la inclinación axial alcanza ángulos extremos, los casquetes polares liberan cantidades masivas de agua y dióxido de carbono, que se depositan en zonas de latitudes medias y altas, como Utopia Planitia. Este proceso cíclico contribuye a la acumulación de escarcha y también puede impulsar la formación de salmuera.

Aunque este estudio en particular no aborda directamente los ciclos de oblicuidad, la implicación es clara: comprender cómo y cuándo se forman las salmueras hoy en día podría ayudar a los científicos a interpretar mejor la historia climática de Marte y si alguna vez existió agua líquida en cantidades suficientes para sustentar la vida microbiana, datos clave tanto para la ciencia planetaria como para la búsqueda en curso de vida más allá de la Tierra.