"2026 podría ser un año récord de calentamiento a escala global": un pulso de viento lejano provocaría un gran cambio
Un pulso de vientos en el Pacífico ecuatorial podría ser el comienzo de una sucesión de eventos que termine con un año récord en 2026. Descubre aquí de qué se trata.

"El aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo". Frases como esta se han utilizado muchas veces para referirse al efecto mariposa. Que toda acción tiene un reflejo en alguna parte. En meteorología y clima sabemos que se puede aplicar muy bien. Las teleconexiones son justamente eso.
Entonces, ¿es posible que un cambio en los vientos en una zona remota de los trópicos altere el panorama del clima global en los próximos meses?
Un pulso de vientos del oeste
Para intentar responder a esta pregunta, primero debemos situarnos en el océano Pacífico ecuatorial. Donde actualmente se da un evento de La Niña que no tuvo nada de especial y que, según los modelos de pronóstico, está a punto de terminar.
Pero, a pesar de que no tuviese nada de especial, la atmósfera ha respondido al enfriamiento del mar provocado por La Niña, cambiando en algunos aspectos. Por ejemplo, los vientos alisios han estado más intensos de lo normal. Los alisios son los vientos del este, en niveles bajos, que predominan en el trópico.

Un pulso de vientos del oeste, o westerly wind burst (WWB), podría revertir –o ser el comienzo del fin– el evento de La Niña. Cuando ocurre un WWB en el Pacífico occidental, los alisios se ralentizan o incluso revierten, y se propagan ondas oceánicas de hundimiento; ambos fenómenos favorecen el calentamiento del mar superficial.
Desde hace varias semanas que los modelos de pronóstico venían anticipando un posible WWB a comienzos de diciembre. Y se cumplió. Los primeros días de diciembre, favorecido por las fuertes tormentas en la zona del Continente Marítimo, se observó un pulso intenso de viento del oeste.

Es la primera vez en varios meses que en el Pacífico ecuatorial occidental se produce un WWB. Y era esperable porque dominaban las condiciones tipo La Niña. Por eso, este WWB es importante, ya que puede ser el comienzo de una sucesión de eventos que terminen con un evento El Niño a comienzos del próximo año. Habrá que seguir monitoreando de cerca.
Posibles impactos globales
Como si fuese poco la generación de un evento de El Niño, este pulso de viento del oeste podría significar un impacto aún mayor en el clima de 2026. Y es que el año 2025 va camino a ser el segundo o el tercer año más cálido en el registro a escala global, según la Organización Meteorológica Mundial. Y esto, a pesar de ser un año de La Niña.
En general, los años de La Niña son más fríos a escala global y los de El Niño, más cálidos. Entonces, si 2025 igual se situará entre los más cálidos del registro, eso es una manifestación de la fuerte tendencia al calentamiento global. Esta tendencia muy seguramente continuará durante 2026, lo que, sumado al eventual evento de El Niño del próximo año, podría provocar que 2026 sea un año récord de calentamiento a escala global.
Could El Niño return next year?
— Ben Noll (@BenNollWeather) December 10, 2025
A December westerly wind burst is an early sign that important changes are afoot in the equatorial Pacific.
It could spawn an oceanic Kelvin wave that pushes warm water eastward, setting the stage for El Niño in 2026. pic.twitter.com/dPH75ynRpk
Y todo esto, gracias a un pequeño pulso de viento en un lugar recóndito del Pacífico ecuatorial occidental.