Predicción actualizada sobre La Niña: continuará durante el verano del hemisferio sur a la espera de un nuevo El Niño

Grandes centros climáticos, como el CIIFEN, la NOAA y el ECMWF, coinciden en que La Niña seguirá activa durante el verano del hemisferio sur. Las aguas frías del Pacífico ecuatorial mantendrán su influencia antes de una posible transición a El Niño.

Anomalía de temperatura superficial del mar (°C) entre el 2 y el 8 de noviembre de 2025. Se observan extensas zonas frías en el Pacífico ecuatorial central y oriental, con valores de hasta –2 °C, confirmando la persistencia de La Niña
Anomalía de temperatura superficial del mar (°C) entre el 2 y el 8 de noviembre de 2025. Se observan extensas zonas frías en el Pacífico ecuatorial central y oriental, con valores de hasta –2 °C, confirmando la persistencia de La Niña. Fuente: NOAA / CIIFEN.

El fenómeno de La Niña sigue dominando el Pacífico ecuatorial y todo indica que persistirá durante el verano austral 2025-2026, según el más reciente boletín del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN).

Los modelos climáticos coinciden en que las aguas del Pacífico central y oriental continúan más frías de lo normal y que el acoplamiento entre el océano y la atmósfera se ha fortalecido, consolidando la actual fase fría del fenómeno ENOS (El Niño-Oscilación del Sur).

A pesar de que el escenario típico tras una Niña, es el retorno de condiciones neutras o la eventual aparición de un nuevo El Niño, las proyecciones del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Plazo Medio (ECMWF) y el Modelo Norteamericano Multimodelo (NMME, por sus siglas en inglés) apuntan a que las anomalías negativas de temperatura superficial del mar se mantendrían al menos hasta febrero de 2026.

Condiciones frías y fortalecimiento de los vientos alisios

Durante octubre y comienzos de noviembre, las anomalías frías del Pacífico ecuatorial central se intensificaron, con registros de hasta –2 °C por debajo del promedio.

Según la NOAA, entre agosto y septiembre se desarrollaron dos ondas Kelvin frías, que se propagaron hacia el este, reforzando el enfriamiento tanto en la superficie como bajo los primeros 150 metros del océano.

Evolución de las ondas Kelvin ecuatoriales en el Pacífico durante 2025. Se observan dos ondas frías propagándose desde el Pacífico central hacia el oriental entre agosto y octubre, con anomalías de hasta –2 °C, características del fortalecimiento de La Niña. Fuente: NOAA/CPC.
Evolución de las ondas Kelvin ecuatoriales en el Pacífico hasta noviembre 2025. Se observan dos ondas frías propagándose desde el Pacífico central hacia el oriental, con anomalías de hasta –2 °C, características del fortalecimiento de La Niña. Fuente: NOAA/CPC.

A nivel atmosférico, los vientos del este (alisios) se fortalecieron de manera significativa, mientras que los vientos del oeste lo hicieron en el Pacífico occidental, evidenciando un patrón atmosférico típico de La Niña.

Evolución del Índice de Oscilación del Sur (IOS) de 30 días hasta el 11 de noviembre de 2025. El indicador muestra valores positivos sostenidos sobre +7, confirmando la fase activa de La Niña. Último valor registrado: +13,1. Fuente: CIIFEN / BOM Australia.
Evolución del IOS, de 30 días hasta el 11 de noviembre de 2025. El indicador muestra valores positivos sostenidos sobre +7, confirmando la fase activa de La Niña. Último valor registrado: +13,1. Fuente: CIIFEN.

A su vez, el Índice de Oscilación del Sur (IOS) superó el umbral positivo de +7 puntos, valor característico de este fenómeno. El último registro del 11 de noviembre fue de +13,1, una cifra que confirma la consolidación del evento.

Coincidencia internacional: NOAA, IRI y CIIFEN prevén continuidad de La Niña

El boletín más reciente de la NOAA (noviembre 2025) proyecta una probabilidad superior al 80 % de que La Niña se mantenga activa entre noviembre y enero, y de un 70 % hasta marzo de 2026.

El gráfico muestra una probabilidad superior al 80 % de que La Niña se mantenga activa durante el trimestre noviembre 2025 – enero 2026, disminuyendo gradualmente hacia el otoño de 2026, cuando aumentarían las probabilidades de una fase neutral o El Niño. Fuente: NOAA/CPC.
El gráfico muestra una probabilidad superior al 80 % de que La Niña se mantenga activa durante el trimestre noviembre 2025 – enero 2026, disminuyendo gradualmente hacia el otoño de 2026, cuando aumentarían las probabilidades de una fase neutral o El Niño. Fuente: NOAA/CPC.

Hacia el otoño del próximo año, se prevé una transición hacia condiciones neutras, aunque los modelos no descartan el regreso de El Niño durante el segundo semestre de 2026.

Los modelos dinámicos y estadísticos del IRI muestran la persistencia de anomalías frías cercanas a –1 °C durante el verano austral 2025–2026, seguidas de una tendencia hacia la neutralidad hacia el otoño. Fuente: IRI / CIIFEN.
Los modelos dinámicos y estadísticos del IRI muestran la persistencia de anomalías frías cercanas a –1 °C durante el verano austral 2025–2026, seguidas de una tendencia hacia la neutralidad hacia el otoño. Fuente: IRI / CIIFEN.

El Instituto Internacional de Investigación para Clima y Sociedad (IRI) respalda este escenario. Sus modelos dinámicos y estadísticos, actualizados al 20 de octubre, muestran anomalías negativas de entre –0,5 y –1 °C durante el verano, con un debilitamiento paulatino hacia el otoño.

Efectos esperados en Sudamérica

De acuerdo con el CIIFEN, las consecuencias de La Niña se manifestarán de forma desigual a lo largo del continente. Se prevén precipitaciones bajo lo normal en el sur de Chile, norte de Argentina, parte de Bolivia, Uruguay y noreste de Brasil, mientras que Centroamérica, Colombia y el sureste de Brasil experimentarían lluvias sobre lo normal.

Se prevén lluvias sobre lo normal en Centroamérica, Colombia y el sureste de Brasil, mientras que el noreste de Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Uruguay, el norte de Argentina y el sur de Chile registrarían déficit de precipitaciones. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.
Se prevén lluvias sobre lo normal en Centroamérica, Colombia y el sureste de Brasil, mientras que el noreste de Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia, Uruguay, el norte de Argentina y el sur de Chile registrarían déficit de precipitaciones. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.

Por otro lado, habrá más lluvias de lo habitual en Centroamérica, gran parte de Colombia y el sureste de Brasil. En Chile, el panorama apunta a un verano seco y caluroso, sobre todo en la zona central y sur, con mayor riesgo de incendios forestales y persistencia del déficit hídrico, aunque la Patagonia podría recibir algunos episodios de lluvia asociados al paso de sistemas frontales.

Más calor en el sur del continente

Los modelos ECMWF y NMME anticipan anomalías cálidas del aire de hasta +1,5 °C por sobre el promedio en gran parte del sur y noreste de Sudamérica, incluyendo Chile, Argentina y Brasil, mientras que el noroeste del continente mantendría temperaturas cercanas a lo normal.

Ambos modelos (NMME y ECMWF) proyectan temperaturas hasta 1,5 °C sobre lo normal en gran parte del noreste y sur de Sudamérica, incluyendo Brasil, Argentina y Chile, mientras el noroeste mantendría valores cercanos a lo normal. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.
Ambos modelos (NMME y ECMWF) proyectan temperaturas hasta 1,5 °C sobre lo normal en gran parte del noreste y sur de Sudamérica, incluyendo Brasil, Argentina y Chile, mientras el noroeste mantendría valores cercanos a lo normal. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.

Los modelos del ECMWF proyectan que la temperatura del aire se mantendrá por encima de los valores normales en el sur y centro del continente, con anomalías de hasta +1,5 °C en regiones de Argentina, Brasil y Chile.

Ambos modelos (NMME y ECMWF) prevén anomalías frías en el Pacífico ecuatorial, con valores de hasta –1,5 °C, confirmando la persistencia de La Niña durante el verano austral. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.
Ambos modelos (NMME y ECMWF) prevén anomalías frías en el Pacífico ecuatorial, con valores de hasta –1,5 °C, confirmando la persistencia de La Niña durante el verano austral. Fuente: CIIFEN / NMME / ECMWF.

A nivel oceánico, ambos modelos mantienen anomalías frías de hasta –1,5 °C en el Pacífico ecuatorial, confirmando la persistencia del episodio frío.