Algunas cosas que debes saber para vivir en el espacio

Si has soñado alguna vez con ser huésped en una estación espacial, hay varias cosas que debes conocer antes de prepararte para el gran momento. ¿Cómo ser elegido para formar parte de una tripulación? ¿Cómo es un día “normal” en el espacio? Aquí te respondemos algunas interrogantes.

caminata espacial
¿Imaginas hacer una caminata espacial? Sería todo un privilegio estar entre los pocos astronautas que han podido presenciar este momento.

El primer requisito para poder pasar una temporada en la Estación Espacial Internacional (EEI) es que el aspirante pase un riguroso proceso para valorar su salud física. Los exámenes médicos son similares a los que se practican a los pilotos profesionales de aerolíneas, aunque se investigan peculiaridades del organismo que en las condiciones del espacio extraterrestre pudieran representar un riesgo de vida, como por ejemplo la capacidad pulmonar.

Un astronauta, según expertos de la NASA, en primer lugar, debe tener capacidades de comportamiento expedicionario, que le permitirán una exitosa permanencia en la estación. La capacidad de comunicación, es decir, saber escuchar y hablar para resolver conflictos, compartir información y sentimientos, es muy valiosa para enfrentar la vida lejos de la Tierra. Trabajar en equipo, ya sea desde posición de liderazgo o seguimiento, es esencial para el equilibrio en la tripulación.

Saber cooperar y superar las diferencias culturales, ideológicas o de cualquier índole, tienen gran peso para una convivencia armónica.

Por otra parte, prestar atención a la salud física y sicológica, además de mantener la higiene personal y del equipo, son otras de las capacidades que se esperan de los astronautas. Estas características pueden ser factores determinantes en la selección de una tripulación espacial.

La EEI (o ISS por sus siglas en inglés), al estar situada en órbita terrestre a 400 km de altura y a velocidad constante, tiene “gravedad cero” o micro gravedad, por lo que todo en su interior flota. La nave está en caída libre, pero no en dirección a la Tierra, sino en el plano de la trayectoria que sigue alrededor de ella. Imagina lo estresante que puede ser que no hay “arriba” ni “abajo”, y que todo lo que no está fijado a la estructura de la nave con imanes, clips o adhesivos está “levitando” continuamente. Adaptarse a esta sensación en es el primer paso para asegurar la permanencia en el espacio.

Viviendo un día en la EEI

Un día para un huésped de la EEI debe estar regido por un horario basado en la hora media de Greenwich (GMT), ya que cada 90 minutos ocurre un “amanecer” y un “atardecer”, según nuestras percepciones. La realización de rutinas de ejercicios debe seguir al aseo, y dar paso a las labores planificadas para las investigaciones científicas o los mantenimientos a la nave, que en ocasiones se realizan desde el exterior. Caminatas espaciales con diversos fines también son usuales, aunque no frecuentes, y ponen a prueba el funcionamiento como equipo.

También hay lugar para la comunicación a través de los satélites de telecomunicaciones, por lo que consultar su correo electrónico o realizar videollamadas forma parte de la vida diaria para los tripulantes de la EEI.

Durante las comidas los astronautas disfrutan de alimentos muy similares a los que habitualmente consumen, pues desde varios meses antes de la misión eligen el menú, que puede abarcar desde una carne asada a un postre de crema de chocolate. La dieta debe alcanzar las 3 mil calorías diarias e incluir 15% de proteínas, 30% de grasas, 50% de carbohidratos y 5% de líquido, para garantizar una nutrición adecuada.

Los alimentos son elaborados en el Laboratorio del Centro Espacial Johnson, y pueden ser termoestabilizados (calientes), ionizados (esterilizados), deshidratados (sin agua), congelados, naturales (como frutos secos), y bebidas en polvo. Una buena mesa no ha de ser preocupación para los invitados a la EEI.

El ocio también es parte de la cotidianidad, y en una cúpula de la EEI, con grandes ventanales a 360 grados, los astronautas pueden observar tranquilamente su lejana casa y soñar con el regreso.

A la hora del descanso cada astronauta tiene un cubículo, en el que disponen de un saco de dormir al que se sujetan para evitar “flotar” incontroladamente por toda la Estación.

Así transcurren los días en la EEI. Entonces, ¿Qué dices? ¿Te atreverías a vivir en el espacio?