ASTHROS: otra forma de mirar las estrellas

La nueva misión de la agencia espacial norteamericana busca observar el cielo desde una perspectiva diferente, utilizando nada menos que un gran globo lleno con helio. Los preparativos para su lanzamiento envuelven grandes desafíos.

Globo estratosférico y ASTHROS
Un gigantesco globo sería el encargado de cargar al telescopio y sus equipos. Créditos: Laboratorio de imágenes conceptuales, Centro Espacial y de Vuelo de la NASA, Goddard/Michael Lentz.

La agencia aeroespacial estadounidense NASA tiene planeado lanzar un nuevo telescopio espacial para poder observar el firmamento, y de esta vez, se quedará más cerca de nuestro planeta Tierra.

La misión ASTHROS (cuya sigla en inglés se traduce como Telescopio Astrofísico Estratosférico para Observaciones de Alta Resolución en Longitud de Onda Submilimétricas) planea llevar un telescopio hasta 40 mil kilómetros de altitud. De esta forma, será posible captar las ondas de radiación infrarroja lejana que llegan desde el espacio, sin interferencia de la atmósfera. Estas ondas de tienen una longitud tal que las hace invisible al ojo humano.

Un globo estratosférico

Si. El telescopio, así como también los equipos de generación de energía y de refrigeración necesarios para su funcionamiento, serán llevados a la estratósfera por un gran globo lleno con helio.

Para conseguir elevarlo a tal altitud, se deberá utilizar un globo de 150 m de ancho (aproximadamente del tamaño de un estadio de fútbol) el que permanecerá en la estratósfera por entre 3 a 4 semanas.

El lanzamiento está presupuestado para ser realizado a finales de 2023, desde la base antártica McMurdo. Durante el tiempo de vuelo, se espera que el globo de 2 a 3 vueltas alrededor del Polo Sur. Una vez terminada la misión, el telescopio será soltado y llevado seguro a tierra, por un paracaídas, en la misma plataforma que lo sostendrá. Así, el equipo podrá ser utilizado en nuevas misiones.

¿Qué es lo que hace diferente esta misión?

Uno de los objetivos de la misión ASTHROS es observar regiones en la Vía Láctea donde existe potencial para la formación de estrellas. También, se pretende observar una región de alta concentración de polvo cósmico que rodea una estrella joven para así tratar de entender mejor los procesos que llevan a la formación de planetas.

Además, el desarrollo de equipos ultra livianos fue necesario para hacer posible la misión. El telescopio (cuya antena tiene 2,5 m de diámetro) consta de espejos, lentes y detectores que han sido optimizados para observar la radiación infrarroja lejana. Por otro lado, en la misión se utilizará un método innovador para mantener los equipos refrigerados, basado en criorefrigeración, permitiendo una temperatura de funcionamiento cercana a los -263 ºC, muy próxima del cero absoluto. También, el sistema consta de paneles solares para alimentarlo de energía, lo que le dará una mayor autonomía.

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Actualmente, la misión se encuentra en fase de inicio de pruebas del conjunto de equipos. Para el desarrollo de las diferentes partes del equipo, se agruparon instituciones tanto públicas como privadas de los Estados Unidos y Europa.