¿De qué manera el aumento global de temperatura puede favorecer más terremotos y erupciones volcánicas?

Julio de 2023 fue un preocupante ejemplo de cómo los fenómenos extremos se están acelerando en debido al calentamiento global. Pero, ¿cuáles son los impactos indirectos del cambio climático debajo de nuestros pies?

Erupción volcánica en la península de Reykjanes
Erupción volcánica en la península de Reykjanes en Islandia en mayo de 2021. Thorir Ingvarsson/Shutterstock

El clima de la Tierra está cambiando rápidamente. Julio de 2023 fue un claro y preocupante ejemplo de cómo los fenómenos extremos se multiplican y diversifican por el planeta, con históricas olas de calor simultaneas en distintos continentes, enormes incendios forestales, y regiones con precipitaciones nunca vistas en más de un siglo.

Pero las investigaciones sugieren que nuestro clima cambiante no solo puede influir en los peligros en la superficie de la Tierra.

En un artículo publicado en The Conversation, Matthew Blackett, profesor de Geografía Física y Peligros Naturales en la Universidad de Coventry (Inglaterra), analizó cómo el cambio climático, y específicamente el aumento de las tasas de lluvia y el derretimiento de los glaciares, también podría exacerbar los peligros debajo de la superficie de la Tierra, como los terremotos y las erupciones volcánicas.

¿Cuál es el nexo entre la precipitación y la actividad sísmica?

El sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reveló en 2021 que la precipitación promedio aumentó en muchas regiones del mundo desde 1950.

Curiosamente, los geólogos han identificado durante mucho tiempo una relación entre las tasas de lluvia y la actividad sísmica, afirma Blackett.

Por ejemplo en el Himalaya, las investigaciones revelan que el 48% de los terremotos ocurren durante los meses más secos previos al monzón (marzo, abril y mayo), mientras que solo el 16% ocurre en la temporada del monzón.

Monzón lluvias
Lluvias monzónicas que provocaron grandes inundaciones en Filipinas, el 23 de julio de 2021.

Durante la temporada de monzones de verano, el peso de hasta 4 metros de lluvia comprime la corteza tanto vertical como horizontalmente, estabilizándola.

Cuando esta agua desaparece en invierno, el "rebote" efectivo desestabiliza la región y aumenta el número de terremotos que se producen.

Los modelos climáticos proyectan que la intensidad de las lluvias monzónicas en el sur de Asia aumentará en el futuro como resultado del cambio climático. Esto podría mejorar el rebote invernal y causar más eventos sísmicos.

¿El derretimiento de glaciares podría conducir a más terremotos?

Pero el impacto del peso del agua sobre la corteza terrestre va más allá de la simple precipitación; se extiende también a los glaciares.

Cuando la última edad de hielo llegó a su fin hace aproximadamente 10.000 años, el derretimiento de grandes masas de hielo provocó que partes de la corteza terrestre se elevaran. Este proceso, llamado rebote isostático, se evidencia en las playas elevadas de Escocia, algunas de las cuales se encuentran hasta 45 metros sobre el nivel actual del mar.

Escocia
La playa de Loch Eriboll registra elevación del territorio en Escocia.

La evidencia de Escandinavia sugiere que tal levantamiento, junto con la desestabilización de las placas tectónicas de la región, desencadenó numerosos terremotos hace entre 11.000 y 7.000 años.

La preocupación es que el derretimiento continuo del hielo glacial hoy podría tener efectos similares en otros lugares.

¿Y qué ocurre con la actividad volcánica?

La investigación también ha encontrado una correlación entre los cambios de carga glacial en la corteza terrestre y la aparición de actividad volcánica, según relata Blackett en su columna de opinión.

Hace aproximadamente 5.500-4.500 años, el clima de la Tierra se enfrió brevemente y los glaciares comenzaron a expandirse en Islandia. El análisis de los depósitos de ceniza volcánica repartidos por toda Europa sugiere que la actividad volcánica en Islandia se redujo notablemente durante este período. Hubo un aumento posterior en la actividad volcánica después del final de este período frío, aunque con un retraso de varios cientos de años.

Erupción del volcán fagradalsfjall
Erupción del volcán fagradalsfjall.

Este fenómeno puede explicarse por el peso de los glaciares que comprimen tanto la corteza terrestre como el manto subyacente. Esto mantuvo el material que forma el manto bajo una presión más alta, lo que impidió que se derritiera y formara el magma necesario para las erupciones volcánicas.

Sin embargo, la desglaciación y la pérdida de peso asociada en la superficie de la Tierra permitieron que ocurriera un proceso llamado derretimiento por descompresión, donde una presión más baja facilita el derretimiento en el manto. Tal fusión resultó en la formación del magma líquido que alimentó la actividad volcánica subsiguiente en Islandia.

Por lo tanto, es factible que el retroceso de los glaciares en curso debido al calentamiento global pueda aumentar la actividad volcánica en el futuro.

Los impactos indirectos del cambio climático debajo de nuestros pies

Blackett concluye que los impactos de un clima cambiante son cada vez más evidentes, y los fenómenos meteorológicos inusuales se han convertido en la norma y no en la excepción.

No obstante, los impactos indirectos del cambio climático en el suelo, debajo de nuestros pies, no son ampliamente conocidos ni discutidos. Esto debiera cambiar, en la búsqueda de minimizar los efectos del clima cambiante que ya está en marcha.