Ciencia con aroma a campo: el estudio chileno que busca convertir plantas en insecticidas naturales
Investigadores de la UdeC exploran fórmulas basadas en esencias de plantas locales, una alternativa sostenible que aprovecha desechos agrícolas.

En los establos, una mosca nunca llega sola. Primero se posa sobre el lomo de una vaca, luego en el bebedero, y termina en el alimento del ganado.
Mientras los insecticidas químicos comienzan a perder fuerza ante la resistencia de estas pequeñas sobrevivientes, un grupo de investigadores chilenos decidió mirar hacia un terreno más aromático.
En los aceites esenciales de plantas tan familiares como el limón o la menta, hallaron una posibilidad inesperada: frenar a la mosca con la fuerza de la naturaleza.
Pequeñas, pero implacables
Cuando una mosca entra en la granja, trae problemas que van más allá de la incomodidad. La mosca común (Musca domestica L.) puede poner cientos o hasta más de mil huevos durante su vida, lo que conspira contra la tranquilidad y la higiene de instalaciones pecuarias.
Y para complicar más la escena, los insecticidas sintéticos usados tradicionalmente enfrentan cada vez más resistencia por parte de la plaga, lo que obliga a buscar caminos diferentes.
Aceites vegetales al rescate
Frente a este desafío, la ciencia mira hacia soluciones que la naturaleza ha perfeccionado por milenios.
En el laboratorio, el equipo de la UdeC probó seis aceites esenciales conocidos por su aroma pero poco estudiados como biocidas: limón, canela, menta, eucalipto, hinojo y salvia.
Todas las esencias alcanzaron niveles de eficacia superiores al 80 %, un valor muy cercano al de los insecticidas sintéticos. Las larvas reaccionaron más a la menta, el hinojo y la canela; los adultos, al limón. En pruebas de fumigación, la canela y el eucalipto fueron las estrellas del ensayo.
De los residuos al campo: una vuelta circular
La verdadera innovación de este proyecto trasciende el laboratorio y se conecta con un concepto transformador: la economía circular. Los compuestos activos pueden obtenerse de residuos que hoy terminan en vertederos o se queman.
El limoneno surge de las cáscaras descartadas por la industria citrícola. El eucaliptol proviene de ramas y hojas de podas forestales. Hasta los cultivos de menta, hinojo y salvia representan una oportunidad para agricultores que buscan alternativas productivas.
No se trata de reemplazar completamente los insecticidas sintéticos, agrega Silva, sino de rotarlos inteligentemente. Esta estrategia reduce el riesgo de resistencias y minimiza los residuos peligrosos.
El camino hacia un producto comercial todavía requiere superar varias etapas: estandarización de la materia prima, desarrollo de formulaciones estables y validación en condiciones reales, pero la dirección está marcada.
El molesto zumbido en los establos podría encontrar su antídoto en aromas que nos son familiares. Lo que hoy es cáscara de limón descartada o ramas de poda, mañana podría convertirse en la protección natural para nuestros animales.
La ciencia chilena trabaja para que la próxima vez que una mosca intente molestar al ganado, se encuentre con una barrera perfumada que la naturaleza diseñó y los científicos supieron interpretar.
Referencias de la noticia
Jeannette Valenzuela. (2025). Estudios con moscas realizados en la UdeC muestran potencial de insecticidas en base a aceites esenciales. Comunicado publicado en Noticias UdeC.