El misterio de las playas chilenas: ¿por qué te congelas los pies en el mar incluso con mucho calor?

Aunque el sol queme y el termómetro marque altas temperaturas, el mar en Chile suele estar sorprendentemente frío. No es casualidad: corrientes oceánicas, vientos costeros y procesos naturales explican este contraste que se repite cada verano.

Aunque el día sea caluroso, el mar chileno suele mantenerse frío por la influencia de la Corriente de Humboldt y la surgencia costera, generando el clásico contraste entre altas temperaturas del aire y agua helada en la orilla.
Aunque el día sea caluroso, el mar chileno suele mantenerse frío por la influencia de la Corriente de Humboldt y la surgencia costera, generando el clásico contraste entre altas temperaturas del aire y agua helada en la orilla.

Hace calor, el sol pega fuerte, la arena quema y decides meterte al mar para refrescarte. Pero apenas tus pies tocan el agua… frío extremo. Tan helada que sales preguntándote cómo es posible que el océano esté tan frío en pleno verano. Tranquilo: no eres exagerado. En Chile, esto tiene una explicación científica muy clara.

Mientras en la superficie el termómetro marca sobre 25 °C, el mar puede estar a solo 12 o 13 °C. Y no es casualidad. Es parte de una combinación de procesos oceánicos que hacen de nuestras costas unas de las más frías del mundo a esta latitud.

La gran responsable: la Corriente de Humboldt

El primer actor de esta historia es la Corriente de Humboldt, también llamada Corriente del Perú. Se trata de una enorme masa de agua fría que fluye desde la Antártica hacia el norte, bordeando toda la costa de Chile y Perú.

La Corriente de Humboldt trae aguas frías desde el sur y explica por qué el mar chileno es tan productivo… y tan helado incluso en pleno verano.

Esta corriente transporta aguas frías y ricas en nutrientes, lo que explica por qué nuestros mares son tan productivos en pesca, pero también por qué el agua rara vez se vuelve “agradable” para el baño, incluso en días de calor extremo.

A diferencia de otras playas del mundo, donde llegan corrientes cálidas desde los trópicos, en Chile ocurre exactamente lo contrario: el frío viene directo desde el sur.

El truco final: la surgencia costera

Pero hay algo más que intensifica la sensación de frío, sobre todo en verano: la surgencia costera. Aunque suene complejo, el proceso es bastante simple. Durante los meses cálidos, el anticiclón del Pacífico refuerza los vientos del sur y suroeste a lo largo de la costa.

Esquema de la surgencia costera en Chile.
Esquema de la surgencia costera en Chile, proceso mediante el cual vientos dominantes desplazan el agua superficial y permiten el ascenso de aguas frías y ricas en nutrientes, clave para la biodiversidad marina y la productividad pesquera. Créditos: Proyecto UPWELL – Núcleo Milenio.

Estos vientos empujan el agua superficial mar adentro. ¿Y qué pasa entonces? El océano compensa ese vacío haciendo subir agua profunda, mucho más fría, desde el fondo hacia la superficie. Es decir, justo cuando más calor hace, el mar se enfría aún más. Un verdadero balde de agua fría… literalmente.

¿Cuán fría está el agua en verano?

Aunque la temperatura del mar varía según la zona y las condiciones meteorológicas del día, durante el verano las aguas frente a las costas chilenas suelen mantenerse frías. Esto genera un fuerte contraste con el calor del aire, especialmente en las jornadas más calurosas.

  • Norte (Arica a Antofagasta): 16 a 18 °C
  • Zona central (Valparaíso, Viña del Mar): 12 a 15 °C
  • Zona sur (Biobío a Los Lagos): 10 a 13 °C

Cuando la surgencia costera se intensifica, estas temperaturas pueden descender aún más, provocando una sensación de frío muy marcada. Así, incluso con el termómetro superando los 25 °C en tierra, el mar sigue siendo sorprendentemente helado.

Mucho calor arriba, mucho frío abajo

Este marcado contraste entre aire muy cálido y mar frío no solo se nota al momento de bañarse. También influye directamente en el clima costero, favoreciendo la aparición de nubosidad baja, neblinas matinales y la conocida camanchaca, especialmente durante las primeras horas del día.

Por eso, en muchas ciudades costeras de Chile, es normal pasar del sol al abrigo en cuestión de minutos, y del calor intenso al frío extremo apenas se mete un pie en el agua.

Aunque para el veraneo pueda parecer incómodo, este fenómeno es en realidad una gran ventaja ecológica. La combinación de la Corriente de Humboldt y la surgencia costera mantiene aguas frías y ricas en nutrientes, dando origen a uno de los ecosistemas marinos más productivos del planeta.

Así que la próxima vez que el mar te “congele” los pies, recuerda que no es mala suerte ni exageración: es ciencia pura… y una señal clara de que estás frente a uno de los océanos más extraordinarios del mundo.