Estudiantes chilenas desarrollan chicle biodegradable con beneficios para la salud y el medioambiente
Una innovadora goma de mascar desarrollada en la Región de O'Higgins promete revolucionar este dulce ancestral, transformando un hábito contaminante en un acto de bienestar personal y ambiental

Lo que muchas veces termina pegado en la vereda o bajo una mesa inspiró a tres jóvenes de O’Higgins a pensar distinto.
Amparo Larenas, Matilde Urzúa e Isidora Oliva, estudiantes del Colegio Santa Cruz de Unco, crearon Fructuse, un chicle biodegradable que, además de cuidar el planeta, busca entregar calma en tiempos agitados.
La iniciativa, guiada por la profesora Natalia Navarro, acaba de ser presentada en la 54ª Feria Científica Nacional Juvenil del Museo de Historia Natural en Santiago, una vitrina que reúne cada año a las ideas más innovadoras de estudiantes de todo Chile.
La huella pegajosa del chicle tradicional
Pocos lo piensan al masticarlo, pero la goma de mascar convencional es un producto plástico. Su base suele ser un polímero sintético, el mismo tipo de material del que están hechas las bolsas.
Frente a este panorama, las alumnas apostaron por la goma xantana, similar a la maicena, que se obtiene a través de la fermentación de azúcares. Es un polvo que, al mezclarse con agua, forma una gelatina elástica y perfecta para masticar.
En un comunicado publicado en Cooperativa Ciencia, las estudiantes explican que reemplazar la base plástica por este compuesto natural fue el resultado de una meticulosa investigación y de un proceso de prueba y error que las llevó a dominar la textura y consistencia.
Bienestar en cada mordida
Pero el proyecto no se detuvo en lo ambiental. Las jóvenes científicas querían agregar valor. Incorporaron aceites esenciales de lavanda y melisa, plantas cuyas propiedades calmantes son avaladas por numerosos estudios de fitoterapia.
Al masticar Fructuse, la experiencia va más allá del sabor, se activa una sensación de calma y claridad mental.
El dulzor proviene de la panela, un endulzante natural que aporta nutrientes, a diferencia del azúcar refinado.
En tiempos donde los trastornos de ansiedad afectan a un 4,4 % de la población mundial –según datos de la Organización Mundial de la Salud–, la idea de un chicle que pueda aportar calma resulta especialmente atractiva.
Jóvenes científicas que inspiran
Fructuse es también un ejemplo del liderazgo de mujeres jóvenes en la ciencia escolar. En un país donde las carreras STEM aún tienen una fuerte brecha de género, ver a tres estudiantes de enseñanza media diseñar y defender un proyecto sustentable abre puertas y sirve de inspiración.
Amparo, Isidora y Matilde, estudiantes creadoras de Fructuse.
Con su presentación en la reciente Feria Científica Nacional Juvenil, buscan visibilizar su propuesta y, por qué no, inspirar a otras jóvenes a seguir el camino de la innovación sostenible.
De la sala de clases a una feria científica nacional, Fructuse demuestra que incluso un gesto tan rutinario como mascar chicle puede transformarse en una propuesta innovadora.
Lo que antes dejaba manchas en el pavimento ahora se convierte en símbolo de ciencia joven, femenina y comprometida con el planeta.
Referencias de la noticia
- Javiera Maturana. (2025). Estudiantes de Santa Cruz crean chicle biodegradable que relaja y cuida el planeta. Comunicado publicado en Cooperativa Ciencia.
- Universidad de Plymouth. (2025). Chewing gum is plastic pollution, not a litter problem. Nota publicada en la sección de noticias de la web de la Institución.
- OMS. (2025). Trastornos de ansiedad. Información publicada en la web de la Organización.