Los trópicos lluviosos podrían enfrentar sequías sin precedentes con la desaceleración de la corriente atlántica
Los trópicos lluviosos podrían enfrentar sequías extremas debido al debilitamiento de la principal corriente del Atlántico, un fenómeno impulsado por el cambio climático que ya está modificando el flujo global de las aguas oceánicas y amenazando el equilibrio climático del planeta.

El agua del océano se mueve alrededor del planeta debido a una serie de corrientes. Gracias a ellas, se regula el clima global, se transportan nutrientes que sustentan la vida marina y se facilita el intercambio de gases como el oxígeno y el dióxido de carbono entre el océano y la atmósfera.
La Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC), por ejemplo, es el principal sistema de corrientes de ese océano. Modera las temperaturas en Europa y América del Norte, influyendo en los patrones de precipitación, el ciclo del carbono y la salud de los ecosistemas marinos a ambos lados del Atlántico. En la corriente que garantiza que el cinturón de lluvias tropicales, una estrecha franja de fuertes precipitaciones cerca del ecuador, permanezca al norte de este.
Rainy Tropics Could Face Unprecedented Droughts as an Atlantic Current Slows @CUBoulderNews https://t.co/WjrB6dkVfa
— UCDavis News Service (@UCDavisNews) July 30, 2025
Pero todo ello, ahora es vulnerable debido al cambio climático. Según un nuevo estudio publicado en Nature, incluso una desaceleración modesta de la AMOC podría secar las selvas tropicales, amenazar los ecosistemas vulnerables y alterar los medios de vida en los trópicos.
Proyecciones mirando el pasado
El equipo de investigadores exploró cómo una futura desaceleración de estas corrientes oceánicas podría influir en los patrones de precipitaciones globales. Para ello, revisaron los registros climáticos de hace unos 17.000 años, cuando la AMOC se desaceleró significativamente por última vez debido a causas naturales.

La evidencia de precipitación preservada en formaciones cavernosas y en sedimentos lacustres y oceánicos, ayudó a conocer cómo los patrones de lluvia respondieron a la desaceleración durante ese período.
Basándose en esos datos, el equipo proyectó que si la AMOC se debilita y enfría el Atlántico norte debido al cambio climático, el descenso de temperatura se extendería hacia el Atlántico tropical y el Caribe. Esto, sumado al aumento de las temperaturas globales, provocaría la reducción significativa de las lluvias en Centroamérica, la Amazonia y África Occidental.
“Estas son malas noticias, porque tenemos ecosistemas tan importantes en la Amazonía”, dijo DiNezio. La selva amazónica contiene casi dos años de emisiones globales de carbono, lo que la convierte en un importante sumidero de carbono en la Tierra. “La sequía en esta región podría liberar grandes cantidades de carbono a la atmósfera, creando un círculo vicioso que podría agravar el cambio climático”, agregó.
Cambios en toda la región tropical
“Nos sorprendieron los drásticos cambios climáticos registrados en varios registros paleoclimáticos de zonas tropicales durante este período”, señaló Chijun Sun, investigador de la Universidad de California Davis y coautor del estudio. “Sin embargo, aún no se entendía bien cómo una desaceleración de la AMOC —un cambio originado en el Atlántico Norte— podría desencadenar respuestas climáticas tan globales”, aseguró.

Si bien DiNezio afirmó que es improbable que la AMOC se detenga por completo, incluso una pequeña reducción en su intensidad podría provocar cambios en toda la región tropical, aumentando el riesgo de alcanzar un punto crítico. Sin embargo, la velocidad y el grado de desaceleración dependerán del grado de cambio climático futuro.
“Aún tenemos tiempo, pero necesitamos descarbonizar rápidamente la economía y hacer que las tecnologías verdes estén ampliamente disponibles para todos en el mundo. La mejor manera de salir de un hoyo es dejar de cavar”, subrayó DiNezio.
Referencias de la noticia
- Artículo en Nature. Tropical response to ocean circulation slowdown raises future drought risk.
- Nota de prensa Universidad de Colorado. Rainy tropics could face unprecedented droughts as an atlantic current slows.