Resuelven el misterio de por qué aparecen polígonos en los salares

No importa en qué lugar del mundo estés, si visitas un salar notarás que el suelo posee un patrón de hexágonos delimitados por crestas más elevadas. Durante años, la causa de estas figuras fue un misterio. Hasta ahora.

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Todos los salares del mundo poseen en su superficie un patrón hexagonal con crestas en sus bordes.

La naturaleza es tan maravillosa como enigmática. Si alguna vez visitaste extensas playas saladas, como las de Salinas Grandes en Jujuy en Argentina o el gran salar de Uyuni en Bolivia, habrás notado las figuras geométricas que cubren la superficie blanca. Mientras algunas personas aprovechan el momento para realizar decenas de fotografías, las más curiosas buscan una explicación para un paisaje tan espectacular.

Los investigadores querían entender por qué las salinas —o salares—, sin importar en qué parte del mundo o de qué composición química eran, siempre formaban patrones hexagonales similares con un tamaño que variaba entre 1 y 2 metros de ancho.

Las causas ahora parecen estar más claras, según un nuevo estudio publicado en Physical Review X. Los investigadores realizaron una serie de experimentos en salares y en simulaciones computacionales para entender dos cosas: cuál es el proceso que crea esas formas similares a las de un panal en el suelo y por qué se producen esas pequeñas elevaciones en sus bordes.

Decidieron no quedarse en la superficie del asunto, y acertaron

La respuesta parece estar en la circulación del agua debajo de la superficie. "Los flujos de fluidos y la convección subterránea son los únicos capaces de explicar por qué se forman los patrones", comenta la física Jana Lasser, de la Universidad Tecnológica de Graz en Austria.

Las salinas se encuentran típicamente en áreas con poca lluvia y altas tasas de evaporación, como desiertos. Estas áreas se caracterizan por un ciclo de inundación y evaporación, que deja una capa de minerales en la superficie que puede adquirir varios metros de espesor y formar una superficie dura y costrosa. Pero debajo, se encuentra un suelo con mucha agua y minerales, como un inmenso lago de salmuera.

Al llover, el agua que se acumula sobre el suelo se vuelve muy salada y densa —más pesada—, y descansa sobre una superficie que está sobre otro líquido no tan denso. Esto genera una circulación de agua a través de esa dura capa, entre el agua que se hunde en las profundidades y la que sale para ser evaporada. En la evaporación, solo el agua cambia de fase, la sal que contiene se queda en la superficie contribuyendo a volver aún más denso el líquido sobre la superficie y potenciando el intercambio de agua subterránea.

“Esta capa es más densa que la que está debajo, y el agua salada se hunde alrededor del agua “más dulce” y menos densa que sube para reemplazarla. El agua se evapora y deja un residuo de sal, que se disuelve nuevamente en la capa superior de agua. El ciclo se repite para formar lo que los científicos llaman un rollo de convección de forma similar a una dona”, explican los investigadores.

Normalmente, un rollo de convección adoptaría una forma de dona circular. Sin embargo, debido a que hay tantos de ellos empaquetados muy juntos en un salar, los rollos se aprietan entre sí para formar hexágonos, dijeron los investigadores.

¿Y por qué aparecen esas crestas en los bordes?

Porque allí es donde el agua superficial, que es mucho más denso y salado, se hunde. La evaporación es igual en todo el salar, pero el líquido que está sobre esa zona es el que más contenido de sal tiene, así que al evaporarse, deja la mayor cantidad de minerales acumulados. Por lo tanto, luego de unos días, aparecen unas crestas de sal que sobresalen.