Naturación urbana: La irrupción de los techos verdes

Incorporar la vegetación a las azoteas de los edificios es una tendencia que crece en las grandes ciudades. Pulmones verdes que pueden mitigar las temperaturas extremas a nivel local dentro y fuera de las construcciones.

Huerta en azotea
La construcción de huertos urbanos en las coberturas y azoteas de edificios se ha convertido en una excelente opción para crear espacios verdes, cada vez más escasos en las ciudades.

La naturación urbana promueve la recuperación de la naturaleza en las ciudades para mitigar los inconvenientes que provoca el desarrollo urbanístico, más allá de los lugares públicos que se construyen habitualmente como las plazas o los parques. Dentro de esta macrotendencia están los techos verdes, una innovación que puedes implementar en tu comunidad de manera sencilla.

Antes de entrar en detalles respecto a la irrupción de los techos verdes, especialmente en Santiago, debemos contextualizar la situación. Las ciudades copan el 2,7% de la superficie del planeta, pero albergan a más de la mitad de la población mundial. En Chile, el 89% de las personas vive en las ciudades que, en su gran mayoría, se ubican entre las regiones de Valparaíso y Biobío.

Ante el crecimiento de las urbes y, por ende, la pérdida de vegetación natural, urge mitigar el impacto que “el cemento” genera más allá de los lugares públicos a los que tenemos derecho los ciudadanos. Una de esas opciones son los techos verdes que no sólo implican un aporte estético, sino que también para el bienestar de quienes habitan los edificios que los implementan.

Además, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) de Chile amplió de 20% a 75% la superficie que se puede destinar en las azoteas de los edificios a vegetación, paneles solares o terrazas.

Manos a la obra

Inés Figueroa es académica del departamento de Producción Vegetal de la facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, ella apunta que en “el último tiempo se han puesto de moda los techos verdes, pero más allá de eso, lo importante es que cumplen un rol ecológico trascendente en las ciudades. Ante tanta construcción han disminuido las áreas verdes a nivel de suelo que cumplen el rol tanto de pulmones verdes como de esparcimiento para las personas”.

En las últimas décadas, las azoteas de los edificios se construyen con una estructura diferente que permite piscinas, quinchos o miradores. Por ende, “estas edificaciones tienen las condiciones para recibir también vegetación en altura además que existe la tecnología para ayudar a esta incorporación”, afirma la experta.

Área de esparcimiento en azotea de un edificio
Diferentes tipos de vegetación pueden ser utilizadas para la creación de espacios verdes en azoteas de edificios. Muchas construcciones ya cuentan con lo necesario para la implementación de techos verdes.

¿Qué podemos hacer para crear nuestros techos verdes? Antes que todo “debemos considerar los sistemas de aislación, soporte, riego, etc. Además, hay que considerar la zona en que se ubican. La idea es tener vegetación del lugar. En Santiago deben ser plantas que requieran poca agua y resistentes al calor como, por ejemplo, las suculentas. Lo otro es que sean especies que no requieran tanto manejo, es decir, de mínima mantención, de un tamaño pequeño y que sean nativas”, enumera Inés Figueroa.

Para ubicarlas se pueden utilizar bandejas o contenedores especiales para las plantas, no necesariamente se tienen que poner en todo el techo del edificio. Cualquier estructura con plantas en el techo absorbe las aguas lluvias y evita el escurrimiento que a veces genera problemas con inundaciones.

“Debemos considerar que las temperaturas han aumentado en las ciudades (islas de calor), y estas áreas verdes pueden contribuir a bajar la sensación térmica a nivel local. De hecho, hay estudios que concluyen que los techos verdes disminuyen la temperatura al interior de los edificios, porque sirven como aislantes”, argumenta la académica.

Dentro de este concepto de naturación urbana también se incluyen los jardines verticales en las paredes de las construcciones. A esto se le conoce como la quinta fachada, porque la vegetación recubre los muros.

También hay sociedades en que los vecinos se unen para hacer huertos urbanos comunitarios y los instalan en los techos o en lugares comunes. Así tienen vegetación, producen hortalizas y además pueden abonar la tierra al reciclar productos orgánicos.