¿Nuestros dientes evolucionaron de afuera hacia adentro? Un nuevo descubrimiento fósil lo revela todo
Una sorprendente teoría sugiere que los dientes humanos podrían haberse originado como órganos sensoriales en la piel rugosa de antiguos peces. Estos primitivos “pre-dientes” habrían evolucionado con el tiempo hasta formar las estructuras que hoy tenemos en la boca.
La evidencia fósil indica que nuestros dientes podrían tener un origen inesperado: habrían evolucionado a partir de estructuras sensoriales externas presentes en la armadura de peces antiguos. Estos “pre-dientes” podrían haber cumplido funciones táctiles antes de especializarse en la alimentación.
La Dra. Yara Haridy, junto a un equipo de investigadores liderado por Neil Shubin, se sugirió identificar al vertebrado más antiguo del registro fósil. Sin embargo, lo que encontraron fue aún más fascinante: una posible pista sobre cómo comenzaron a formarse los dientes en la evolución.
Dentina
La dentina es un tejido calcificado, tubular y poroso que se ubica bajo la corona dental y dentro del cemento en los dientes de mamíferos. Su estructura compleja está presente también en numerosos vertebrados, cumpliendo funciones esenciales en protección y sensibilidad.
Actúa como una capa amortiguadora al masticar, transmite señales de presión, temperatura o daño mediante túbulos conectados a la pulpa dental, y protege esta zona vital del diente. Su versatilidad la convierte en un componente clave para la salud y funcionalidad de la dentadura.
Un exoesqueleto sensorial
Durante años se pensó que Anatolepis heintzi (A. heintzi) era uno de los vertebrados más antiguos, pero nuevas investigaciones revelan que en realidad sería un artrópodo ancestral, emparentado con insectos y cangrejos, cambiando así su lugar en el árbol evolutivo.
La confusión surgió porque las diminutas estructuras superficiales de A. heintzi se asemejaban a la dentina de los dientes vertebrados. Durante años se creyó que solo los animales con columna vertebral podían presentar este tejido calcificado especializado en protección y sensibilidad.
Este descubrimiento vincula una narrativa evolutiva mucho más profunda y completa con nuestros dientes actuales, que son sensibles y están firmemente anclados en nuestras mandíbulas. Sugiere que, a lo largo de millones de años, nuestros dientes se trasladaron a la boca tras evolucionar inicialmente en el exterior como componente de una capa protectora de piel sensible en los muslos.
El hallazgo también demuestra como requerimientos sensoriales similares causaron que estructuras idénticas evolucionaran en taxones no relacionados, como vertebrados y artrópodos, una sorprendente ilustración de convergencia evolutiva.
La próxima vez que tenga dolor de muelas, tenga en cuenta que es un componente de un mecanismo sensorial arcaico que se originó en la piel de nuestros ancestros acorazados prehistóricos y no en la boca.
Referencia de noticias:
El origen de los dientes de los vertebrados y la evolución de los exoesqueletos sensoriales. Nature. Mayo de 2025. Haridy, Y.; Norris, SCP; Fabbri, M.; Nanglu, K.; Sharma, N., et al.
Definición de dentina en el Diccionario Cambridge
Perfil institucional de la Universidad de Chicago, Neil Shubin