Cuidados de la flor de Pascua, la planta de la Navidad: cuánta luz necesita y cada cuánto se riega
La flor de Pascua vuelve cada diciembre como símbolo navideño, pero conservarla saludable exige más que admirarla. Su color depende de la luz, el riego y la temperatura. Aquí te contamos cómo cuidarla durante el año para verla florecer nuevamente.
Cuando aparece diciembre en la ventana, las flores de Pascua empiezan a poblar casas, oficinas y tiendas. Su rojo intenso —que en realidad no son flores, sino brácteas— se convierte en el símbolo vegetal de la Navidad. Pero mantenerla viva más allá de las fiestas es todo un desafío.
La poinsettia (flor de Pascua) no es solo decoración; es una planta muy sensible a la luz, la temperatura y la humedad del ambiente. Por eso, conocer sus cuidados básicos es relevante para que llegue radiante a enero, sobreviva al verano y vuelva a florecer para la próxima Navidad con la misma intensidad.
Cuánta luz necesita y cuando se riega la flor de Pascua
La flor de Pascua es amante de la luminosidad, pero no del sol directo. En Chile, donde el verano golpea fuerte, lo ideal es ubicarla cerca de una ventana iluminada, pero protegida de los rayos solares que podrían quemar sus brácteas. La luz indirecta es su mejor aliada para mantener el color.
Durante el período navideño, cuando la planta llega recién comprada, necesita el máximo de luz natural posible sin corrientes de aire. Dejarla cerca de puertas que se abren constantemente o en balcones ventosos es una receta segura para ver cómo sus hojas se caen antes de tiempo.
El error más común con la flor de Pascua es el exceso de riego. A diferencia de otras plantas ornamentales, esta poinsettia prefiere la tierra ligeramente húmeda, nunca encharcada. En días cálidos, uno o dos riegos a la semana son más que suficientes para mantenerla equilibrada.
Regar demasiado puede provocar pudrición de raíces y caída prematura de hojas. La recomendación es simple: introducir un dedo en el sustrato y regar solo cuando la superficie esté seca. Un truco útil es retirar el agua sobrante del plato, evitando acumulaciones que podrían dañar la planta silenciosamente.
Temperaturas ideales para una poinsettia sana y cuidados para mantenerla todo el año
La flor de Pascua se siente cómoda entre 16 y 21 °C. En Chile central y norte, donde el calor aumenta con fuerza en verano, conviene mantenerla dentro del hogar durante las horas más calurosas del día. El aire acondicionado directo también la estresa, por lo que el mejor lugar es un espacio templado y estable.

En invierno, cuando entra en fase de reposo, requiere un ambiente luminoso pero fresco. Esta etapa es clave para que vuelva a florecer el año siguiente, así que conservarla cerca de una ventana con buena luz, pero sin corrientes frías, es fundamental para su recuperación.
Después de Navidad, llega el momento decisivo: ¿se salvará la flor de Pascua? En enero y febrero, sus hojas rojas suelen caer. No es señal de muerte, sino de transición. La planta entra en reposo y requiere menos agua, mucha luz y una poda que deje tallos de unos 10 centímetros.
En otoño, comienza el truco más importante para volver a obtener brácteas rojas. Desde finales de septiembre, la poinsettia debe pasar entre 12 y 14 horas diarias en oscuridad total. Este manejo imita las noches largas que necesita para activar su coloración estacional, un proceso muy sensible a cualquier entrada de luz.
En verano, aunque no necesita luz intensa, sí requiere buena luminosidad sin exposición directa. Reducir ligeramente los riegos y evitar ambientes secos es clave para que no pierda vigor. A partir de primavera, un trasplante a una maceta más grande o al jardín ayuda a fortalecer raíces.
Con cuidados constantes, luz adecuada y riegos medidos, la flor de Pascua puede acompañar varios ciclos navideños. No es solo un adorno estacional: es un pequeño termómetro botánico que responde al clima, a la luz y al cariño que reciba durante el año.