Último fin de semana de agosto estará marcado por lluvias intermitentes y cielos cubiertos en la zona central de Chile

La zona central del país se prepara para un fin de semana marcado por precipitaciones intermitentes y abundante nubosidad. Las lluvias se concentrarán principalmente en la cordillera, aunque también alcanzarán sectores costeros y valles interiores.
Durante los próximos días, las condiciones meteorológicas en la zona central de Chile estarán dominadas por la llegada de una baja presión en altura que, tras segregarse del flujo principal en altura, avanzará hacia el centro-norte del país. Este fenómeno favorecerá el desarrollo de nubosidad y precipitaciones en diversas localidades, especialmente durante el fin de semana.
La combinación de cielos cubiertos, temperaturas más bajas y episodios de lluvia moderada plantea un escenario típico de transición entre el invierno y la primavera, en el que la variabilidad atmosférica se hace notar con fuerza.
Panorama sinóptico general
En la actualidad, la atmósfera sobre la zona central se encuentra influenciada por una dorsal en altura, lo que ha favorecido cierta estabilidad y cielos mayormente despejados a inicios de la semana.
Sin embargo, esta situación cambiará rápidamente. Para el jueves (28), los modelos de predicción muestran la formación de una baja segregada que se desplazará hacia el centro-norte del país.
Este sistema en altura tendrá la capacidad de arrastrar humedad y generar precipitaciones débiles en sectores de la zona central, con mayor intensidad en sectores cordilleranos.

El escenario se intensificará entre viernes (29) y domingo (31), cuando la interacción entre la baja en altura y el aire frío en superficie favorezca el desarrollo de nubosidad más compacta y chubascos intermitentes en varias ciudades.
Aunque no se esperan precipitaciones de gran magnitud en la costa, los valles interiores y precordillera sí podrían registrar acumulados más relevantes, especialmente en ciudades como Los Andes y Rancagua.
Pronóstico por región
En la costa de Valparaíso se esperan mañanas con niebla y máximas cercanas a 15 °C. El viernes caerán lluvias débiles, que aumentarán el sábado hasta 2 mm. El domingo predominarán los cielos cubiertos.
En el interior, Los Andes tendrá un escenario más inestable: tras un jueves despejado con 21 °C, el fin de semana traerá lluvias entre 3 y 7 mm, con máximas que bajarán a 11 °C.
En la región de O’Higgins, Pichilemu mantendrá cielos parciales hasta el sábado y se nublará el domingo, con temperaturas entre 11 y 14 °C. En el valle interior, Rancagua pasará de un jueves (28) estable a un fin de semana lluvioso, con acumulados de hasta 4 mm y máximas que descenderán a 11 °C.

En el Maule, las precipitaciones serán más frecuentes. Curicó registrará lluvias débiles viernes y sábado, intensificándose el domingo (31) con más de 3 mm. En Talca, la niebla marcará las mañanas, y el domingo se esperan chubascos de 3 mm con cielos cubiertos y 17 °C de máxima.
En Ñuble, Chillán tendrá nieblas matinales jueves (28) y viernes (29), con mínimas cercanas a 4 °C. El sábado (30) habrá chubascos aislados, mientras que el domingo se abrirán los cielos con temperaturas que llegarán a 17 °C.

En el Biobío, Concepción vivirá nieblas matinales el jueves (28) y viernes (29), día en que se esperan lluvias débiles (0.6 mm). El fin de semana estará dominado por nubosidad, sin precipitaciones significativas y con temperaturas moderadas de 6 a 15 °C.
Aunque las precipitaciones previstas no son intensas, sí representan un cambio respecto de las condiciones estables de inicios de la semana. Para las actividades al aire libre, se recomienda precaución desde la tarde del viernes (29) hasta el domingo (31), cuando la probabilidad de lluvia será mayor.
La cordillera de Los Andes podría recibir acumulados algo más significativos, lo que favorece la mantención de nieve en sectores altos, un aspecto positivo para quienes practican deportes de invierno en la recta final de la temporada.
En tanto, en zonas costeras como Valparaíso y Pichilemu, la principal característica será la nubosidad persistente, que reducirá las temperaturas diurnas y mantendrá la sensación térmica baja.