Agenda 2030: ¿cómo podemos integrar la Meteorología en los ODS?

Los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) se han propuesto como una hoja de ruta para Latinoamérica, pero ¿cómo la meteorología hace parte de ellos? En este artículo te lo comentamos.

Niñas lavando sus manos
Ante el escenario que estamos viviendo en América Latina, la educación es imprescindible para el desarrollo sostenible.

En el año 2015, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030. En ella se integran los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados para los 193 Estados Miembros. Sin embargo, el enfoque está en presentar una hoja de ruta a seguir para el desarrollo de América Latina y el Caribe.

Desde nuestra área profesional nos preguntamos ¿cómo se integrar la meteorología en la Agenda 2030? Esto lleva a plantearnos, de una manera más profunda, el rol de la atmósfera en la Tierra. Dentro de los 3 primeros ODS, orientados a garantizar mejores condiciones de vida y bienestar de las personas - poner fin al hambre y a la pobreza - la meteorología se incorpora como un pilar para la alimentación. De aquí, la importancia de los pronósticos meteorológicos que, sin lugar a dudas, condicionan el progreso de la agricultura, la ganadería y cualquier área productiva asociada a la seguridad alimentaria.

La educación para el desarrollo sostenible (4° ODS), o educación ambiental, es la piedra angular para adaptarnos al cambio climático. Y desde la Meteorología, sabemos la cantidad de informes que han sido elaborados de la mano de los mejores científicos, para quienes toman las decisiones dentro de los acuerdos mundiales. Por otra parte, si bien la equidad de género (5° ODS) no está directamente relacionada con la meteorología, sí se hace incapié en la sostenibilidad y desarrollo que ello conlleva. La desigualdad en todos sus niveles nos ha llevado al planeta que habitamos hoy.

En los ODS 6 y 7, se hace mención a la disponibilidad de agua y energía. Desde la Meteorología, se ha aportado con estudios sobre la megasequía en Chile y su incidencia en los incendios forestales. Además, la disponibilidad de agua también condiciona la seguridad alimentaria, generándose una cadena que hace imperativo plantear la Agenda 2030 con una visión interdisciplinaria y transversal. La inversión en temas energéticos debería proyectarse a largo plazo, pensando en las necesidades de las generaciones futuras que, al fin y al cabo, nos encamina hacia el desarrollo sostenible.

En una economía sostenible (8° ODS), la meteorología es una herramienta eficiente debido a las pérdidas que se han generado por los eventos extremos. Cuando hablamos de ciudades y construcciones resilientes (9° y 11° ODS), cabe preguntarnos en Chile ¿qué hemos aprendido de los aluviones, las marejadas, las trombas marinas y el tornado ocurrido en Los Ángeles? De ahí, se plantea la necesidad de políticas que protejan la seguridad de la sociedad.

La meteorología es evidente en el 13° ODS: Acción por el Clima, objetivo que busca medidas urgentes de adaptación ante el cambio climático, algo que va de la mano con la educación ambiental. Si nos vamos hacia los ODS 14° y 15°, refiriéndonos al cuidado de la biodiversidad oceánica y terrestre, la meteorología está dentro de este sistema que interacciona constantemente y que nos ha sorprendido en los últimos años. Finalmente, la Agenda 2030 nos orienta hacia el camino que debemos seguir como países latinoamericanos y, como ciudadanos, estamos integrados en el desarrollo sostenible presente y futuro de nuestra sociedad.