Cuando el clima calienta los ánimos: el sorprendente vínculo entre el tiempo atmosférico y los tiroteos en Nueva York

Investigadores encontraron que las condiciones meteorológicas, más allá de la temperatura, pueden influir en la violencia armada. En Nueva York, las masas de aire cálidas y secas coinciden con más tiroteos, mientras que las frías y húmedas los reducen.

En Nueva York ocurren cerca de 1.000 tiroteos al año, con mayor frecuencia en verano.

¿Puede el clima afectar el comportamiento humano hasta el punto de influir en la violencia armada? Un estudio reciente publicado en la revista Weather, Climate, and Society y difundido por la American Meteorological Society (AMS) sugiere que sí.

Analizando datos de casi 17 años en Nueva York, los investigadores descubrieron patrones claros que conectan las condiciones atmosféricas con la incidencia de tiroteos.

Una masa de aire se define como un conjunto de condiciones atmosféricas que comparten características relativamente uniformes de temperatura, humedad y presión sobre una región amplia, y que se identifican mediante un sistema de clasificación sinóptica.

En lugar de limitarse a la temperatura o la humedad, el equipo utilizó un enfoque innovador: la clasificación de masas de aire. Este método considera el conjunto de variables meteorológicas que describen una masa de aire (como temperatura, humedad, presión y patrones de circulación) y permite identificar situaciones atmosféricas complejas que no se ven en un único dato.

Los resultados muestran que el ambiente meteorológico puede crear escenarios propicios o menos favorables para que ocurran hechos violentos.

Calor seco y violencia: una peligrosa combinación

El análisis reveló que las masas de aire más cálidas y secas coincidían con un aumento de tiroteos, especialmente en primavera. Aunque la relación entre calor y violencia no es nueva en la literatura científica, este estudio aporta un matiz clave: no es solo el calor, sino el tipo de masa de aire el que parece amplificar o reducir el riesgo.

El calor seco puede aumentar la irritabilidad y el estrés, favoreciendo conflictos.

Este efecto podría tener múltiples explicaciones. El calor seco puede influir en la fisiología y el estado de ánimo, aumentar la irritabilidad o favorecer actividades al aire libre, incrementando el contacto social y, con ello, las posibilidades de conflicto.

Sin embargo, los investigadores advierten que la relación no es automática: el clima no “causa” violencia, pero sí puede actuar como un factor que modula su probabilidad.

El frío húmedo como factor de calma

Por otro lado, las masas de aire frías y húmedas tendieron a coincidir con menos tiroteos, sobre todo en verano. Las jornadas grises, frías y con mayor humedad pueden desincentivar la permanencia en espacios públicos, limitar actividades al aire libre y, en consecuencia, reducir interacciones que puedan derivar en violencia.

El calor no solo afecta el estado de ánimo, sino que también saca a más personas a las calles, aumentando las posibilidades de enfrentamientos. Es por esto que el frío se vuelve un factor de calma.

Curiosamente, estos patrones no fueron uniformes en toda la ciudad. Los cinco distritos (boroughs) mostraron respuestas distintas. En zonas con mayor historial de violencia, como el Bronx y Brooklyn, el impacto del clima sobre la incidencia de tiroteos fue menos marcado.

En cambio, en distritos con menor criminalidad, las variaciones meteorológicas parecían tener más peso relativo. Esto sugiere que el clima puede desempeñar un papel mayor cuando la violencia no está tan profundamente arraigada por otros factores sociales o estructurales.

Lo que el estudio no puede decir (aún)

Como toda investigación, este trabajo tiene limitaciones. La principal es que usó datos de una única estación meteorológica, la de Central Park, para representar toda la ciudad. Esto deja fuera las variaciones microclimáticas causadas por la isla de calor urbana, la cercanía al mar o diferencias topográficas. Además, los datos de tiroteos provienen de registros policiales, que pueden no reflejar la totalidad de los incidentes.

No solo los días calurosos aumentan la violencia; también se registra un repunte significativo durante fines de semana y festivos.

Los autores también señalan que, aunque controlados por factores sociales y estacionales, otras variables (como feriados, eventos masivos o el calendario escolar) podrían influir en los resultados. Aun así, la solidez de los patrones detectados abre la puerta a futuras investigaciones y posibles aplicaciones en políticas públicas.

En conclusión, este estudio aporta evidencia de que el clima, entendido como un conjunto de condiciones atmosféricas y no solo como una temperatura puntual, puede influir en la dinámica de la violencia armada. Más allá de su interés científico, comprender estos vínculos podría ayudar a anticipar escenarios de mayor riesgo y a diseñar estrategias preventivas más efectivas, especialmente en ciudades densamente pobladas y con climas variables como Nueva York.

Referencias

-The Front Page, Blog American Meteorological Society. Violence in the Air: Revealing Connections Between Weather and Shootings in NYC.

- Forbin, P. A., & Kalkstein, A. J. (2025). Exploring the Role of Airmass Type and Weather on Shooting Incidents in New York City. Weather, Climate, and Society.