Dónde comprar el mejor pan amasado en Santiago: calentito, crujiente y perfecto para acompañar una cazuela
El pan amasado no necesita sofisticación para ser inolvidable. Su recetas simple y su sabor, noble, honesto y lleno de memoria, nos conecta con la tierra, con nuestras raíces y con la calidez de los afectos.

¿Qué productos evocan tantos recuerdos como el aroma del pan amasado recién salido del horno?. Este tradicional y popular pan, siempre presente en desayunos campesinos, once familiares y encuentros improvisados, es mucho más que un alimento: es una tradición que cruza generaciones.
Aunque su elaboración es simple, su sabor inconfundible lo convierte en uno de los productos más queridos del repertorio gastronómico chileno dada su versatilidad al momento de acompañar diversas preparaciones, especialmente, chilenas.
Uno de los maridajes más chilenos y reconfortantes es con un buen plato de cazuela: la combinación del caldo caliente con el pan recién horneado es simplemente imbatible. También es ideal para acompañar un pebre bien aliñado, con su mezcla de tomate, cebolla, cilantro y ají, que se impregna en la miga con cada bocado.

Otros imperdibles son para acompañar este reconfortante pan es el queso fresco de campo, la mantequilla casera o incluso un trozo de palta con sal de mar. Sea cual sea la elección, el pan amasado siempre encuentra con qué brillar.
Origen del pan amasado
El pan amasado tiene raíces en la cocina rural chilena, donde se preparaba en hornos de barro con ingredientes básicos como harina, manteca y sal.
Durante el periodo colonial, el pan amasado se volvió común entre las familias campesinas por su bajo costo y facilidad de preparación, y hasta hoy sigue siendo una expresión viva de la cultura culinaria tradicional, especialmente en fiestas patrias y ferias costumbristas.
En Santiago: algunos lugares donde encontrarlo
Aunque preparar pan amasado en casa tiene su encanto, Santiago cuenta con excelentes panaderías donde puedes encontrar versiones memorables de este clásico:
Las Rosas Chicas
Esta panadería es reconocida por su variedad y calidad, y su pan amasado no es la excepción.
Elaborado con receta tradicional y horneado a diario, es uno de los favoritos entre quienes buscan sabor casero y textura perfecta. Disponible en sus locales de Vitacura y Avenida Brasil, también llega a la mesa de reconocidos restaurantes santiaguinos.

Ubicación: Av. Brasil 726, Santiago / Luis Pasteur 6577, Vitacura.
Panadería Don Pan
Reconocida como la ganadora de la mejor marraqueta de Santiago en 2024, Panadería Don Pan también destaca por su pan amasado, elaborado con respeto por las recetas de antaño.
Ubicada en La Pintana, esta panadería se ha ganado el cariño de su comunidad gracias a la consistencia y sabor de sus productos. Su pan amasado es una verdadera joya: esponjoso, con un leve toque salado y horneado a punto justo, ideal para acompañar platos caseros o simplemente con mantequilla derretida.
Ubicación: Baldomero Lillo 1523, La Pintana.
Pan Semilla
Referente en panadería artesanal, con énfasis en panes integrales, nutritivos y de fermentación natural.

Ubicación: Hamburgo 1035, Ñuñoa.
La picá del amasado
Esta “picá” ofrece todo tipo de panes, siendo su pan estrella el mismísimo pan amasado, siendo este uno de los preferidos con su clientela, quienes le han dado una valoración de cinco estrellas (de cinco) en Google.
Ubicación: Lago Chungará 9094, La Florida.
Pan express
El equipo de Pan express se reúnen entorno al pan con el desafío de entregar sabor y sentido social. Y es a través de Lomi.cl que pueden pedir su pack de pan amasado de 8 unidades por solo $1.990. Su pan es de elaboración artesanal y local, confeccionado con técnicas de panadería tradicional chilena. Receta familiar.

Y para quienes se trasladan en vehículo pueden ver que en diversas esquinas de la región metropolitana también existen vendedores de pancito amasado hechos en casa, siendo una buena opción en el camino para llevar calor y sabor al hogar.
Un bocado de historia
El pan amasado no necesita sofisticación para ser inolvidable. Su sabor, noble, honesto y lleno de memoria, nos conecta con la tierra, con nuestras raíces y con la calidez de los afectos.
Ya sea hecho en casa o comprado en una buena panadería, sigue siendo un símbolo de lo que más valoramos: lo simple y bien hecho. Así que la próxima vez que busques algo con alma para acompañar tu comida, ya sabes qué pan elegir.