Ni Hiroshima ni Nagasaki: la presencia de nubes cambió la historia de una ciudad en agosto de 1945

Hiroshima y Nagasaki se hicieron famosas por ser el objetivo de las dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en agosto de 1945, hace exactamente ochenta años. Sin embargo, en realidad, el objetivo era diferente. La elección de estas ciudades estuvo influenciada por el tiempo atmosférico.

Hiroshima
La devastación causada por la bomba atómica en Hiroshima el 6 de agosto de 1945: en la imagen se muestra una de las pocas estructuras que quedaron en pie.

Este agosto de 2025, el mundo recordó los bombardeos atómicos de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, ocurridos el 6 y el 9 de agosto de 1945, hace exactamente 80 años, por Estados Unidos. Este bombardeo sin precedentes causó más de 200.000 muertes inmediatas y enormes consecuencias para miles más debido a la lluvia radiactiva.

A menudo se cree que las ciudades de Hiroshima y Nagasaki siempre fueron los objetivos predestinados del primer bombardeo atómico de la historia, llevado a cabo por Estados Unidos. En realidad, esta decisión fue mucho más compleja y se vio influenciada en el último momento por factores decisivos, incluyendo un elemento natural: el tiempo atmosférico.

Como Paolo Giordano también relata en su reciente libro “Tasmania”, las condiciones atmosféricas y la presencia de nubes desempeñaron un papel crucial para determinar dónde y cuándo se lanzaron las bombas atómicas en agosto de 1945.

Lista de posibles objetivos en un Japón devastado

En pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había preparado una lista de ciudades japonesas que serían atacadas con armas nucleares, recién disponible tras años de desarrollo durante el Proyecto Manhattan. Los criterios de selección incluían importancia estratégica, ciudades industriales que aún no habían sido bombardeadas intensamente y, sobre todo, condiciones meteorológicas favorables.

Esto se debía a que el bombardeo debía ser lo más efectivo posible, con una visión clara para los pilotos que lanzaban las bombas.

El factor meteorológico: un detalle decisivo

La meteorología nunca ha sido un factor secundario en la guerra, pero a menudo ha influido en su resultado. En los casos de Hiroshima y Nagasaki, la presencia o ausencia de nubosidad fue decisiva.

El bombardeo atómico requería un cielo lo suficientemente despejado para garantizar un lanzamiento preciso y el máximo efecto destructivo.

El 6 de agosto de 1945, el bombardero B-29 Enola Gay tenía previsto atacar la ciudad de Hiroshima. Otro objetivo inicialmente previsto para el bombardeo atómico era Kokura, pero debido a la densa nubosidad que cubría la ciudad, se eligió la zona de Hiroshima como objetivo.

explosión nuclear
La bomba atómica ha sido lanzada sólo dos veces en la historia sobre objetivos civiles: el 6 y el 9 de agosto de 1945, sobre dos ciudades japonesas, por Estados Unidos.

En el segundo bombardeo, el 9 de agosto, la ciudad de Kokura tuvo aún más suerte: Nagasaki no era el objetivo principal. El objetivo original había sido Kokura, pero la nubosidad y el humo de los incendios provocados por bombardeos convencionales previos en una zona cercana dificultaron la visibilidad.

En los años siguientes, la expresión «la suerte de Kokura» se convirtió en una expresión japonesa para describir la buena fortuna de escapar de un destino terrible.

Los pilotos del avión que transportaba la bomba atómica sobrevolaron la ciudad tres veces, pero debido a la nubosidad, decidieron cambiar de objetivo y eligieron una ciudad con mejores condiciones meteorológicas. Kokura se encontró así desprevenida con una bomba atómica sobre sus cabezas, pero gracias a las nubes, se salvó.

Fuentes oficiales y estudios científicos confirman la importancia de las condiciones meteorológicas

Documentos históricos oficiales, como informes militares estadounidenses, confirman que la selección del objetivo dependía en gran medida de las condiciones meteorológicas del momento. La evaluación fue realizada en tiempo real por meteorólogos militares, encargados de monitorear la nubosidad y la visibilidad.

La efectividad del arma también se relacionó con el hecho de que la explosión se produjo en el cielo, a varios metros sobre el suelo, para maximizar el radio de destrucción mediante la onda expansiva y la radiación térmica.

Una reflexión sobre el azar y la imprevisibilidad de la historia

El hecho de que Hiroshima y Nagasaki no fueran objetivos "fijos", sino que se convirtieran en objetivos debido a variables atmosféricas, arroja luz sobre las circunstancias que configuran la historia. Los acontecimientos históricos suelen imaginarse como lineales y cuidadosamente planificados, pero en realidad son el resultado de una multitud de elementos interconectados, incluyendo aquellos que escapan al control humano, como el tiempo atmosférico.

El tiempo atmosférico ha influido en innumerables acontecimientos históricos y grandes batallas militares a lo largo de los siglos.

Un crimen de guerra con cientos de miles de víctimas civiles

El uso de bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki es objeto de un intenso debate histórico y jurídico. Después de décadas en las que los países occidentales justificaron el bombardeo atómico por razones históricas, como "esencial" para detener la guerra, un número creciente de historiadores (incluidos los occidentales), expertos y organizaciones ahora lo consideran un crimen de guerra debido a la enorme cantidad de víctimas civiles y la destrucción indiscriminada.

Santuario
Santuario Itsukushima en Hiroshima.

Las dos explosiones causaron cientos de miles de muertos y heridos, devastaron ciudades enteras y dejaron un legado contaminado por la radiación.

En el aniversario número 80, el recuerdo de aquel terrible suceso sirvió para enviar un mensaje —probablemente inaudito— a un mundo que se apresura hacia un rápido rearme. Un rearme militar que, lamentablemente, también incluye una nueva carrera por la bomba atómica.