Por primera vez perforan la corteza terrestre y logran llegar al manto: ¿qué encontraron?

La hazaña sin precedentes se realizó sobre el lecho marino, en la “Ciudad Perdida” sobre el macizo de la Atlántida. Extrajeron muestras cilíndricas de 1 km de largo con una temperatura de 200 °C.

Corteza manto terrestre JOIDES
Los investigadores a bordo del JOIDES Resolution cortaron los núcleos de roca por la mitad. Lesley Anderson/U.S. Antarctic Program & IODP JRSO.

Por primera vez en la historia, los científicos han logrado extraer rocas del manto terrestre después de perforar la corteza terrestre. El manto, situado entre el núcleo y la corteza, ha sido impenetrable incluso con los instrumentos más avanzados y sólo conocemos la composición de sus minerales a través de las rocas que son expulsadas por algunos procesos geológicos, como las erupciones volcánicas.

Esta hazaña sin precedentes marca un hito en la exploración del interior del planeta y promete revelar valiosos conocimientos sobre su estructura y composición.

La “Ciudad Perdida”, una ventana directa al manto terrestre

En la corteza de los continentes, el manto terrestre suele comenzar a una profundidad de 33 km. Sin embargo, en la corteza de los océanos se puede encontrar a una distancia mucho más cercana, en algunas zonas incluso a menos de 7 km bajo el lecho marino.

Si excavar bajo la corteza oceánica ya es una ventaja en sí misma, los científicos a bordo de la embarcación científica Joides, del Programa Internacional de Descubrimiento de los Océanos (IODP), se ubicaron en un lugar aún más privilegiado: el macizo de la Atlántida. En esa montaña submarina, ubicada muy cerca de la dorsal del Atlántico Medio, se encuentra el campo hidrotermal conocido como la “Ciudad Perdida”, un área donde las rocas del manto son empujadas continuamente hacia la superficie.

Corteza manto terrestre JOIDES
De izquierda a derecha, Rebecca Kuehn, de la Universidad de Halle, Barbara John, de la Universidad de Wyoming, y Andrew Parsons, de la Universidad de Plymouth, discuten las propiedades estructurales de las muestras. Lesley Anderson/Programa Antártico de EE.UU. y JRSO del IODP.

Por eso, al ser una especie de ventana directa al manto terrestre, los expertos no necesitaron excavar en el fondo del mar para encontrar rocas que provienen de esa zona: las encontraron simplemente poco más de 1 km de profundidad.

El barco Joides está equipado con una serie de tubos de perforación que se ensamblan progresivamente para ganar profundidad, mientras una broca giratoria en la parte superior realiza la perforación. Siguiendo un principio similar al de las grúas de construcción, el equipo se adentra cada vez más en las profundidades oceánicas.

Muestras cilíndricas a 200 °C de temperatura

De la excavación, los geólogos del IODP lograron extraer trozos de un material oscuro en forma de tubos o cápsulas. Estas muestras cilíndricas, que presentaban una temperatura superior a los 200 °C, tenían una extensión de un kilómetro de largo, y poseían un color entre gris y verde.

En el análisis preliminar, a bordo del barco, los científicos creen que se trata de ejemplares rocosos compuestos principalmente por peridotita (el tipo de roca más común en el manto superior).

Estos también contenían asbesto, por lo que su manipulación debió realizarse bajo ciertos protocolos de seguridad, por su vinculación a la formación de tipos de cáncer.

Buscaban averiguar en qué condiciones surgió la vida

Aunque aún se requieren investigaciones adicionales, los científicos se encuentran conmovidos por el potencial descubrimiento de rocas que provienen directamente del manto de la Tierra. Se están llevando a cabo análisis detallados en tierra firme para determinar la verdadera naturaleza y origen de estas muestras, considerando la posibilidad de alteraciones debido al agua de mar. Al mismo tiempo, el equipo se está preparando para tomar muestras de rocas más profundas y explorar su compleja composición.

Los especialistas, no buscaban inicialmente extraer rocas del manto en la expedición, sino solo averiguar en qué condiciones surgió la vida hace millones de años. Ahora, aseguran que el profundo túnel perforado (denominado U1601C) servirá para numerosos investigaciones de diferentes disciplinas científicas en el futuro.