Telescopio en Chile rastrea el origen del agua presente en el Sistema Solar

El origen del agua en la Tierra sería incluso más antiguo que el de nuestro Sol. Al parecer, su huella química se encuentra alrededor de la estrella V883 Orionis. ¿En qué se basa un reciente estudio astronómico para afirmar esta teoría?

Representación estrella V883 Orionis
En el disco de formación planetaria que rodea a la estrella V883 Orionis, se ha encontrado respuesta a uno de los mayores secretos del Sistema Solar: el origen del agua. Crédito: ESO/L. Calçada

Con el empleo del telescopio ALMA, emplazado en el norte de Chile, se ha podido encontrar el "eslabón perdido" de la presencia de agua en la Tierra. Por primera vez, se detectó agua en forma de gas en el disco de formación planetaria que rodea a la estrella V883 Orionis. Los datos fueron recopilados por un equipo de astrónomos liderado por John J. Tobin del Observatorio Nacional de Radioastronomía (EE.UU.) y publicados el pasado miércoles 08 de marzo en la revista científica Nature.

Mientras estudiaban la composición del agua presente en este disco protoplanetario, localizado a 1.300 años luz de la Tierra, los científicos encontraron que había una gran proporción de vapor de agua. Si comparamos esta cantidad de agua con la de nuestro planeta, equivale al menos a 1.200 veces el agua contenida en todos los océanos de la Tierra, explica el Observatorio Europeo Austral (ESO) en un comunicado.

Esto sugiere que el agua de nuestro Sistema Solar estaba presente durante la creación del propio Sol, por lo que sus orígenes son más antiguos de lo que pensábamos. Ahora se puede confirmar que "el agua de los sistemas planetarios se formó hace miles de millones de años, antes que el Sol, en el espacio interestelar, y ha sido heredada, tanto por los cometas como por la Tierra, con cambios relativamente escasos", comenta Tobin.

El agua presente en nuestro planeta podría existir incluso desde antes que el Sol.

Un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno: esta es la composición simple del agua. Sin embargo, el estudio se centró en su versión más pesada, donde uno de los átomos de hidrógeno se reemplaza con deuterio, un isótopo de hidrógeno. Al ser de características distintas, su proporción se puede usar para rastrear cuándo y dónde se formó el agua, explica el ESO. Por ejemplo, se sabe que el agua presente en la Tierra podría provenir de los cometas del Sistema Solar, puesto que sus proporciones son similares.

¿Cómo se detectó el agua?

En investigaciones anteriores, se había descubierto que la estrella V883 Orionis tiene una temperatura inusualmente alta. Su impactante aumento en el brillo habría calentado la parte interna del disco. Debido a que la mayor parte del agua presente en los discos de formación planetaria está congelada, generalmente es difícil de observar. Afortunadamente, las altas temperaturas alrededor de la estrella han desplazado por grandes distancias la "línea de nieve", lo que hace posible que el agua ya no esté en forma de hielo, sino de gas.

ESO argumenta que el agua en forma de gas se puede detectar gracias a la radiación emitida por las moléculas a medida que giran y vibran, pero cuando está congelada es más complicado, ya que el movimiento de sus moléculas está restringido.

"Las moléculas de agua en V883 Orionis y en nuestro Sistema Solar tienen una proporción similar de deuterio e hidrógeno", asegura Tobin. A lo que agrega: "la composición del agua del disco es muy similar a la de los cometas de nuestro propio Sistema Solar". Finalmente, se ha podido encontrar el vínculo entre las estrellas jóvenes y los cometas.

¿Cómo se forman los planetas?

Quizás surge la duda de cómo se forma una estrella o un planeta. Cuando una nube de gas y polvo colapsa, nace una estrella y a su alrededor se forma un disco. Al transcurrir millones de años, el material que gira en torno se agrupa para "dar a luz" cometas, asteroides y, finalmente, planetas.

Representación evolución nube de polvo
En la representación artística, podemos observar cómo se forman las estrellas con su disco y, con el tiempo, un sistema planetario. Crédito: ESO/L. Calçada

En efecto, el polvo que queda girando en torno a la estrella es fundamental: contiene elementos como carbono y hierro que ayudan a formar los sistemas planetarios, detalla la NASA. Lejos de la estrella, donde el agua puede alcanzar el estado sólido, se adhiere el polvo a las partículas de hielo que se van acumulando en núcleos planetarios gigantes. Así se cree que se han formado los planetas. ¿Cierto que es fascinante?