Trapananda: el primer remolcador 100 % eléctrico de Latinoamérica ya opera en Chile y marca un hito ambiental

Ya navega por aguas chilenas el Trapananda, el primer remolcador totalmente eléctrico de Latinoamérica. Esta innovadora embarcación marca un hito para la industria marítima, reduciendo emisiones y avanzando hacia un transporte portuario más limpio y sostenible en el sur del mundo.

Trapananda.
Trapananda surca los fiordos chilenos como el primer remolcador 100 % eléctrico de Latinoamérica, impulsando una logística portuaria más limpia. Créditos: SAAM Towage.

En medio del imponente paisaje del fiordo Aysén, una innovadora embarcación ha comenzado a escribir una nueva historia para la industria portuaria chilena y latinoamericana. Se trata del Trapananda, el primer remolcador 100 % eléctrico perteneciente a la empresa SAAM Towage que ya está operando en el Puerto de Chacabuco, Región de Aysén, y que este mes realizó su primera maniobra asistiendo a la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).

El remolcador Trapananda recibe su nombre en homenaje a una antigua denominación del territorio que hoy conocemos como Región de Aysén, en el sur de Chile.

Con tecnología de punta y un enfoque en la sostenibilidad, el Trapananda representa un importante avance hacia la descarbonización del transporte marítimo, uno de los sectores más difíciles de electrificar.

Este hito ha sido posible gracias a la alianza entre SAAM Towage y ENAP, que apostaron por una innovación que reduce de forma significativa las emisiones contaminantes y la huella acústica en los entornos naturales del sur de Chile.

Cero emisiones en un ecosistema frágil

El Trapananda destaca no solo por su alta capacidad operativa, sino también por su aporte al medio ambiente. Diseñado por la firma canadiense Robert Allan Ltd. y construido en el astillero Sanmar en Turquía, este remolcador es completamente eléctrico, lo que significa cero emisiones locales de gases de efecto invernadero durante su funcionamiento. Su vida útil proyectada es de diez años, en los que contribuirá activamente a reducir la huella de carbono en operaciones portuarias.

Gracias a esta tecnología, se evita el uso de combustibles fósiles, logrando un ahorro estimado de 1200 a 1300 toneladas de CO₂ al año en comparación con remolcadores convencionales.

Equipado con dos motores eléctricos de 2100 kW, cada uno, que mueven su sistema azimutal, alimentados por dos bancos baterías de iones de litio de 3 616 kWh. Trapananda supera las 70 toneladas de tiro a punto fijo y alcanza hasta 12,5 nudos de velocidad máxima.

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La nave llegó a Chile a bordo del BBC Olympus, buque especializado en carga pesada, tras completar con éxito sus pruebas de mar. Créditos: Portal Portuario.

Más allá de la reducción de emisiones, el Trapananda también minimiza otros impactos ambientales. Su operación silenciosa es especialmente valiosa en zonas como Aysén, donde coexisten comunidades costeras y una biodiversidad marina excepcional.

El bajo nivel de ruido contribuye a disminuir el estrés en especies sensibles como delfines y aves, promoviendo una convivencia armónica entre la actividad portuaria y el ecosistema.

Este remolcador representa un avance significativo hacia una logística marítima más sustentable. En un contexto global que exige repensar los modelos de transporte, el Trapananda encarna la posibilidad de un desarrollo tecnológico que respete y proteja el entorno natural sin sacrificar eficiencia ni seguridad.

Un viaje largo hacia un nuevo paradigma

Antes de llegar a las costas chilenas, el Trapananda emprendió una travesía de más de 12.000 kilómetros desde Turquía hasta el sur de Chile, en un proceso que involucró logística especializada para el traslado de sus componentes eléctricos y un riguroso entrenamiento para las tripulaciones locales.

La operación de este remolcador forma parte de un plan mayor de innovación dentro de SAAM Towage, que ha propuesto avanzar en la electrificación de su flota como parte de sus compromisos climáticos.

En ese contexto, el puerto de Chacabuco, en la Región de Aysén, fue elegido estratégicamente como punto de partida: es un terminal con baja demanda de potencia continua, ideal para implementar este tipo de tecnología y evaluar su rendimiento en condiciones reales.

ENAP, por su parte, ha visto en esta alianza una oportunidad para modernizar sus operaciones con un enfoque sostenible. Según declaraciones de la empresa, esta colaboración "permite reducir nuestra huella de carbono en procesos logísticos, sumándonos al desafío global de reducir emisiones en la industria energética".

Tecnología al servicio del cambio

El Trapananda está equipado con sistemas avanzados de monitoreo energético, propulsión eléctrica y control remoto, lo que no solo permite una operación más eficiente, sino que también anticipa el futuro de la automatización portuaria.

Su capacidad de respuesta inmediata, maniobrabilidad y autonomía lo hacen apto para enfrentar las duras condiciones meteorológicas del sur de Chile sin comprometer el desempeño.

La apuesta por remolcadores eléctricos no es solo un experimento local, sino una señal clara de hacia dónde se dirige el transporte marítimo en los próximos años. El caso del Trapananda podría convertirse en modelo para otros puertos del país, e incluso de la región, que buscan disminuir su impacto ambiental sin sacrificar competitividad.

El Trapananda demuestra que la electrificación de la flota de remolque chilena es un modelo viable para un transporte marítimo más limpio y competitivo.

Este primer paso en la electrificación de la flota de remolque chilena demuestra que el cambio es posible, y que incluso en industrias históricamente intensivas en carbono, la innovación tecnológica puede abrir rutas más limpias y responsables con el planeta.

Referencias de la noticia

-Saam Towage Alianza SAAM y Enap: Primer remolcador eléctrico de Latinoamérica emprendió su viaje hacia Chile.

-ENAP. Alianza SAAM y Enap: Primer remolcador eléctrico de Latinoamérica.