Un nuevo recordatorio de la fuerza de la Tierra: el sismo de magnitud 7.5 en el extremo sur de Chile
Un sismo de magnitud 7.5 sacudió el extremo sur de Chile, cerca de Puerto Williams. El evento, causado por el choque de placas tectónicas, activó una alerta preventiva de tsunami y recuerda por qué Chile es un país altamente sísmico.

La mañana del 02 de mayo de 2025, los habitantes de Punta Arenas y zonas aledañas fueron sorprendidos por un sismo de magnitud 7.5, cuyo epicentro se localizó a 218 kilómetros al sur de Puerto Williams, en la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena. El movimiento telúrico, registrado a una profundidad de 10 kilómetros, no causó víctimas ni daños estructurales graves, pero sí activó una alerta de tsunami, lo que obligó a evacuar de forma preventiva el borde costero.
Aunque este evento ocurrió en una zona remota, es un recordatorio más de que Chile es un país sísmico por excelencia. Pero, ¿por qué temblamos tanto? ¿Qué explica estos movimientos de la Tierra que, aunque muchas veces leves, pueden convertirse en eventos devastadores?
¿Qué son las placas tectónicas?
La corteza terrestre, lejos de ser una superficie sólida y continua, está fragmentada en grandes bloques conocidos como placas tectónicas. Estas placas flotan sobre el manto, una capa más profunda y parcialmente fundida, y se mueven lentamente unos centímetros por año.
A pesar de lo lento de este proceso, el roce, colisión o separación de estas placas libera una enorme cantidad de energía que se manifiesta en forma de terremotos.

Chile está ubicado en el borde occidental de la Placa Sudamericana, que choca de frente con la Placa de Nazca, una de las principales responsables de los sismos en nuestro territorio. Sin embargo, el extremo sur del país, especialmente en la región de Magallanes, es influenciado por otras placas menos conocidas, como la Placa Antártica y la Placa Escocesa.
¿Cómo interactúan las placas tectónicas?
Las placas tectónicas pueden interactuar de tres formas principales:
- Convergencia: dos placas se acercan y una se introduce debajo de la otra (subducción).
- Divergencia: las placas se separan, dejando espacio para que el magma ascienda.
- Deslizamiento lateral: las placas se rozan lateralmente entre sí, como en la famosa Falla de San Andrés en California.
En el caso del reciente sismo cerca de Puerto Williams, la interacción se dio por un choque entre la Placa Antártica y la Placa Escocesa, en una zona donde ambas se empujan mutuamente.

Cuando la tensión entre placas supera el punto de resistencia de las rocas, estas se rompen y se libera energía, generando un terremoto. Dependiendo del tipo de esfuerzo, las fallas pueden clasificarse en: fallas normales, fallas inversas y fallas de deslizamiento lateral.
El evento registrado en Magallanes fue producto de una falla inversa, típica de zonas de compresión donde una placa se empuja sobre otra, como es el caso de la interacción entre la Placa Antártica y la Placa Escocesa.
¿Por qué Chile es un país sísmico?
La razón es geológica: Chile se encuentra justo sobre el límite convergente entre la Placa de Nazca y la Placa Sudamericana. Esta colisión constante no solo da origen a la cordillera de los Andes y a numerosos volcanes, sino también a frecuentes sismos. De hecho, Chile ha sido escenario de algunos de los terremotos más poderosos registrados por la humanidad. El más recordado es el terremoto de Valdivia en 1960, que con una magnitud de 9.5 es el más fuerte de la historia.
En este contexto, los chilenos hemos aprendido a convivir con los sismos. Sin embargo, cada evento, grande o pequeño, nos recuerda la importancia de estar preparados y de seguir las recomendaciones de las autoridades.
Convivir con la Tierra en movimiento
La Tierra está viva. Sus movimientos, aunque muchas veces imperceptibles, son parte de una dinámica natural que ha moldeado continentes, creado montañas y formado océanos. En Chile, esa fuerza de la naturaleza se manifiesta con frecuencia. Comprender por qué ocurre nos permite no solo asombrarnos de su poder, sino también tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos como sociedad para estar preparados.
El sismo de Punta Arenas no fue el primero ni será el último. Pero si logramos aprender de cada evento, mejorar nuestros protocolos y fortalecer la cultura sísmica, podremos enfrentar el futuro con mayor resiliencia y seguridad.