Una niebla tóxica ha convertido a esta ciudad europea en la más contaminada del mundo

El aire contaminado no solo perjudica el sistema respiratorio de las personas. A continuación te presentamos tres evidencias científicas que respaldan la relación entre la mala calidad del aire y los trastornos sicológicos como depresión y ansiedad.

Sarajevo, Bosnia, 19 diciembre 2023
Imagen del 19 de diciembre 2023, uno de los días más contaminados en Sarajevo. Créditos: National Geographic.

Una niebla verdaderamente tóxica, originada por la contaminación del aire, estuvo presente gran parte del mes de diciembre 2023 cubriendo el cielo de la capital de Bosnia, Sarajevo. Como consecuencia de esta situación, y considerando la lista que elaboran los profesionales de la empresa suiza IQair, Sarajevo se instaló por dos días consecutivos en el primer lugar dentro de las ciudades con peor calidad del aire.

¿Y qué tan alta fue la cifra observada? De acuerdo al registro del Índice de Calidad del Aire (ICA) en su peor jornada Sarajevo marcó una cifra de 301. Algo extremadamente malo, ya que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que todo ICA igual o superior a 100 se asocia a un aire poco saludable. En la otra vereda, si el ICA marca una cifra igual o inferior a 50 quiere decir que el aire es seguro para ser respirado.

Evidencia de la influencia de la contaminación del aire sobre los trastornos sicológicos de las personas

Un estudio publicado en National Library of Medicine destaca que existe evidencia emergente de asociaciones entre la mala calidad del aire, tanto en interiores como en exteriores, y una mala salud mental en general. Asimismo se han analizados casos de trastornos mentales específicos. Sumado a ello las condiciones preexistentes a largo plazo parecen deteriorarse, lo que requiere mayor atención médica.

Las partículas, incluidos los bioaerosoles, forman parte de una exposición compleja influenciada por la geografía, la privación, las condiciones socioeconómicas y las vulnerabilidades biológicas e individuales, señala el estudio.

Además las brechas de conocimiento críticas deben abordarse en los diseños de intervenciones para la mitigación y la prevención. La evidencia de períodos críticos para la exposición entre niños y adolescentes resalta la necesidad de datos transversales como base de acciones y políticas preventivas tempranas. De acuerdo al estudio la base de evidencia puede informar y motivar los esfuerzos interdisciplinarios de investigadores, profesionales, responsables políticos, industria, grupos comunitarios y activistas para tomar medidas informadas.

Mujer con depresión sentada en la cama habitación oscura
Como todo en esta vida, la depresión también tiene más de una solución, solo hay que pedir ayuda.

Otro estudio publicado en Science Direct indica que la contaminación del aire aumenta el riesgo de internalizar la psicopatología, incluida la ansiedad y los trastornos depresivos. Por ende el vínculo entre la contaminación del aire y la mala salud mental puede relacionarse con cambios neuroestructurales y neurofuncionales. Sin embargo lo que destaca el estudio es que se necesita un enfoque integral de desarrollo para examinar "ventanas" de susceptibilidad a la exposición y rastrear la aparición de la psicopatología después de la exposición a la contaminación del aire.

Una mala salud mental perjudica el desarrollo profesional, la relación con las personas que nos rodean, la toma de decisiones y las proyecciones en la vida.

En un tercer estudio publicado en Nature Sustainability encontraron que la contaminación del aire socava causalmente la salud mental de las personas y que este impacto se fortalece a medida que aumenta la duración de la exposición a este tipo de ambiente. Los análisis revelaron que los hombres, las personas de mediana edad y las personas casadas son más vulnerables al impacto de la contaminación del aire sobre la salud mental.

Referencias de la noticia:

Bhui K, Newbury JB, Latham RM, Ucci M, Nasir ZA, Turner B, O'Leary C, Fisher HL, Marczylo E, Douglas P, Stansfeld S, Jackson SK, Tyrrel S, Rzhetsky A, Kinnersley R, Kumar P, Duchaine C, Coulon F. Air quality and mental health: evidence, challenges and future directions. BJPsych Open. (2023).

Clara G. Zundel, Patrick Ryan, Cole Brokamp, Autumm Heeter, Yaoxian Huang, Jeffrey R. Strawn, Hilary A. Marusak. Air pollution, depressive and anxiety disorders, and brain effects: A systematic review, NeuroToxicology. Science Direct 93 (2022).

Cao, Z., Zhou, J., Li, M. et al. Urbanites’ mental health undermined by air pollution. Nat Sustain 6 (2023).