La contaminación del aire se asocia con un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson, según un estudio

La contaminación atmosférica es responsable por acelerar las enfermedades y causar miles de muertes prematuras cada año en todo el mundo. Un reciente estudio aporta una nueva conexión entre este tipo de contaminación y la enfermedad de Parkinson.

industria emitiendo gases y humos cerca de una ciudad
La contaminación del aire es responsable de exacerbar enfermedades y provocar miles de muertes prematuras en todo el mundo.

A medida que el mundo se vuelve más cálido y más poblado, los motores de nuestros automóviles y de la maquinaria industrial continúan produciendo emisiones contaminantes a gran escala. La mitad de la población mundial no tiene acceso a combustibles o tecnologías limpias, y el aire que respiramos se está volviendo cada vez más peligrosamente contaminado.

La contaminación del aire constituye uno de los problemas ambientales más graves y con un gran riesgo para la salud pública. La exposición a corto y largo plazo a contaminantes del aire se ha asociado con diversos impactos en la salud humana.

La Organización Mundial de la Salud estima que nueve de cada diez personas en todo el mundo respiran aire contaminado debido a la exposición a partículas finas suspendidas en el aire, provocando enfermedades como accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infecciones respiratorias, cáncer de pulmón y muchas otras de las que, poco a poco, vamos tomando conciencia.

Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Instituto Neurológico Barrow encontró que las personas que viven en regiones con niveles promedio de contaminación del aire tienen un riesgo 56% mayor de desarrollar la enfermedad de Parkinson que aquellos que viven en regiones con los niveles más bajos de contaminación atmosférica.

Estudios anteriores han indicado que las partículas finas podrían causar inflamación en el cerebro, una vía conocida para el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Este trabajo se basa en este conocimiento y vincula la enfermedad de Parkinson con la contaminación del aire.

La líder del estudio, Brittany Krzyzanowski, destaca que esta investigación es la primera de su tipo que confirma un fuerte vínculo entre la enfermedad de Parkinson y las partículas contaminantes finas en los Estados Unidos de América.

Principales conclusiones: contaminación del aire y variaciones regionales

El estudio revela que la relación entre la contaminación del aire y la enfermedad de Parkinson no es la misma en todas las partes del país y varía en intensidad según la región. Curiosamente, la mitad occidental de EE. UU. tenía un riesgo reducido en comparación con otras regiones.

El estudio identificó áreas específicas, como el valle del río Mississippi-Ohio y partes de Dakota del Norte, Texas, Kansas, el este de Michigan y Florida, como puntos críticos para la enfermedad de Parkinson.

“Las diferencias regionales en la enfermedad de Parkinson pueden reflejar diferencias regionales en la composición de las partículas. Algunas áreas pueden tener partículas que contienen componentes más tóxicos en comparación con otras áreas”.

Dra. Brittany Krzyzanowski, investigadora del Instituto Neurológico Barrow y líder del estudio.

El estudio geográfico poblacional identificó alrededor de 90.000 personas con la enfermedad de Parkinson a partir de un conjunto de datos de Medicare (el sistema de seguro médico administrado por el gobierno de EE. UU.).

persona portadora de la enfermedad de Parkinson tratando de alimentarse mientras afirma una de sus muñeacas
El georeferenciamiento de pacientes diagnosticados con Parkinson permitió a los investigadores vincular las diferentes características de contaminantes al número de casos.

Las personas con la enfermedad fueron georreferenciadas por barrio de residencia, lo que permitió a los investigadores calcular las tasas de enfermedad en cada región. También se calcularon las concentraciones anuales promedio de partículas finas en estas regiones específicas.

La fuerza del vínculo entre la contaminación del aire y la enfermedad de Parkinson varió según la región, reflejando posiblemente diferencias en la composición de las partículas, como se señaló. Algunas regiones, como la autopista Mississippi River Valley-Ohio, pueden tener una contaminación del aire que contiene componentes más dañinos, como partículas de combustión y metales pesados, que se sabe que son perjudiciales para la salud del cerebro.

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Así, el estudio sugiere que diferentes fuentes de contaminación, como la alta densidad de la red de carreteras y las actividades industriales, pueden contribuir a la variación regional en el riesgo de la enfermedad.

Aunque estudios anteriores sobre la enfermedad de Parkinson se han centrado principalmente en la exposición a pesticidas, este estudio propone que la contaminación del aire también debería considerarse un factor ambiental importante en el desarrollo de la enfermedad.

“A pesar de años de investigación tratando de identificar factores de riesgo ambientales para la enfermedad de Parkinson, la mayoría de los esfuerzos se han centrado en la exposición a pesticidas. Este estudio sugiere que también deberíamos considerar la contaminación del aire como un factor que contribuye al desarrollo de la enfermedad de Parkinson”.

Dra. Brittany Krzyzanowski, investigadora do Barrow Neurological Institute y líder del estudio.

De esta manera, esta innovadora investigación presenta un avance significativo en la comprensión de los factores ambientales que contribuyen a la enfermedad de Parkinson. Al resaltar el vínculo entre la contaminación del aire y la enfermedad de Parkinson, el estudio abre nuevas vías para estrategias de prevención y reformas políticas para proteger la salud pública.

Referencia de ja noticia:
Krzyzanowski, B., Nielsen, S., Turner, J., Racette, B. Fine Particulate Matter and Parkinson Disease Risk Among Medicare Beneficiaries. (2023).