¿A qué "suena" el universo? Así convierten los astrónomos la luz en sonido

La sonificación permite “escuchar” la luz del universo. A través de proyectos de la NASA y del observatorio Chandra, los datos astronómicos se convierten en paisajes sonoros que revelan una nueva dimensión del cosmos.

sonido del universo
En el universo, ocurren tantos eventos que los astrónomos vieron la forma de traducir sus datos a sonidos: una forma de dar acceso a la ciencia.

¿Y si pudiéramos escuchar una galaxia o una explosión estelar? Gracias a la sonificación, los astrónomos transforman datos de luz —rayos X, infrarrojos, visibles— en sonido. Esta técnica no solo acerca el espacio a los sentidos, sino que permite descubrir patrones invisibles y ampliar el acercamiento a la astronomía, combinando ciencia, arte y accesibilidad.

De la luz al sonido: una traducción del cosmos

Cada objeto celeste emite radiación en distintas longitudes de onda, desde los rayos X hasta el infrarrojo. Los telescopios espaciales, como el Chandra X-ray Observatory, captan esa luz y la traducen en datos digitales. El proyecto A Universe of Sound del Chandra convierte esa información en sonidos audibles, en un proceso que los científicos denominan sonificación de datos.

Para lograrlo, los astrónomos asignan a cada tipo de luz un "instrumento” o timbre específico:

  • Rayos X (detectados por Chandra): sintetizadores o tonos metálicos.

  • Luz visible (como la del telescopio Hubble): notas más suaves o de cuerda.

  • Infrarrojo (del telescopio Spitzer): sonidos más cálidos o envolventes.

Los valores de brillo, posición y energía en la imagen se transforman en parámetros musicales como volumen, tono o ritmo. Por ejemplo, una región más luminosa puede sonar más fuerte, o una estrella más energética producir un tono más agudo.

Así, los datos astronómicos dejan de ser solo píxeles para convertirse en una partitura cósmica, donde cada fuente de luz ocupa su lugar en el pentagrama del universo.

En la sonificación del cúmulo de galaxias Perseo, por ejemplo, los astrónomos lograron recrear ondas de presión emitidas por el agujero negro central, equivalentes a un si bemol 57 octavas por debajo del do medio: una nota que jamás podríamos oír sin acelerar su frecuencia millones de veces.

Escuchar el cosmos también es hacer ciencia

Aunque pueda parecer solo una curiosidad artística, la sonificación cumple una función científica real. Al traducir la luz en sonido, los investigadores pueden detectar patrones o variaciones difíciles de percibir en gráficos o imágenes.

El oído humano es especialmente sensible a los cambios en frecuencia y ritmo, lo que puede ayudar a identificar pulsaciones o variaciones periódicas en datos astrofísicos.

Además, esta técnica promueve la accesibilidad científica, permitiendo que personas con discapacidad visual participen activamente en la exploración del cosmos. La doctora Kimberly Arcand, líder del programa en Chandra, explica que “al escuchar los datos, se abren nuevas formas de percepción y comprensión del universo”.

Los resultados son experiencias sonoras donde ciencia y emoción se entrelazan: una supernova puede oírse como una explosión de cuerdas tensas, y una nebulosa, como un coro armónico que se expande lentamente.

Una nueva forma de percibir el universo

La NASA ha integrado estas experiencias en su plataforma NASA +, junto a un documental que muestra el proceso detrás de estas composiciones cósmicas.

Más allá de la divulgación, el objetivo es inspirar y democratizar el acceso a la ciencia: demostrar que la luz puede contarse no solo con imágenes, sino también con sonidos. Escuchar el universo es, en el fondo, otra forma de entenderlo.

Referencias de la nota

Chandra X-ray Observatory: A Universe of Sound.

NASA Science: Escucha el universo: sonificación de datos y documental de la NASA.