Crecen, sus músculos se atrofian y sus huesos se debilitan: los efectos de la microgravedad en los astronautas
Vivir en microgravedad no es tan “ligero” como parece. Aunque el cuerpo humano puede adaptarse, también enfrenta profundas transformaciones que desafían la salud de los astronautas. ¿Cómo? Aquí te explicamos.

En el espacio, el cuerpo humano abandona el entorno que lo moldeó durante millones de años: la gravedad terrestre.
En condiciones de microgravedad, como las que experimentan los astronautas en la Estación Espacial Internacional, el organismo entra en una especie de “reaprendizaje” fisiológico que trae notables consecuencias. La microgravedad es una condición en la que los efectos de la gravedad se reducen drásticamente, aunque no desaparecen por completo.
En este entorno, el cuerpo deja de sentir su peso habitual y funciones que dependen de la gravedad —como la circulación, el movimiento corporal y la distribución de fluidos— comienzan a comportarse de manera diferente. Esta “ligereza” tiene consecuencias acumulativas que deben estudiarse y controlarse cuidadosamente.

¿Qué ocurre realmente dentro del cuerpo? ¿Por qué los músculos se debilitan, los huesos pierden densidad y hasta la visión puede cambiar?
Efectos en huesos y músculos: el cuerpo pierde soporte
En la Tierra, nuestros huesos y músculos trabajan todo el tiempo para sostenernos. En microgravedad, ese esfuerzo desaparece y el cuerpo interpreta que ya no necesita mantener la misma fortaleza. Así, los músculos comienzan a atrofiarse y disminuir su masa, especialmente en las piernas y la espalda.

Los huesos también se debilitan: la densidad mineral ósea puede reducirse significativamente, aumentando el riesgo de fracturas en el regreso a la Tierra. Este proceso se asemeja a una osteoporosis acelerada y requiere rutinas intensas de ejercicio y control médico constante para intentar contrarrestarlo. El desafío es enorme, sobre todo pensando en misiones más largas, como futuras exploraciones a la Luna o Marte.
Redistribución de fluidos y visión: el cuerpo “sube” a la cabeza
En microgravedad, los fluidos corporales tienden a desplazarse hacia la parte superior del cuerpo. Esto provoca el característico “rostro hinchado” de los astronautas y una sensación de congestión. Pero el cambio no es solo estético: este desplazamiento puede afectar el sistema cardiovascular, la presión intracraneal e incluso la visión.
En muchos astronautas se ha observado una condición conocida como Síndrome Neuro-Ocular Asociado a Vuelos Espaciales (SANS), que incluye aplanamiento del globo ocular, alteraciones en el nervio óptico y cambios en la agudeza visual. Aunque la investigación sigue en curso, es una de las principales preocupaciones médicas para las misiones prolongadas.
¿Qué se hace para proteger a los astronautas?
Nada de esto significa que vivir en el espacio sea imposible. Gracias a la investigación científica se han desarrollado rutinas estrictas de ejercicio, planes nutricionales, sistemas de monitoreo y tecnologías médicas avanzadas para mitigar los efectos de la microgravedad.
Cada misión aporta nueva información que permite comprender mejor cómo se adapta el cuerpo humano… y qué tan lejos podemos llegar en la exploración del espacio.
Referencias de la nota
- NASA: ¿Qué es la microgravedad?
- Space.com: ¡La vista lo dice todo! Los científicos se centran en cómo la microgravedad altera la visión de los astronautas.