El tráfico de Wi-Fi y móviles interfiere con la detección de agujeros negros, amenazando los estudios científicos
Aunque suene increíble, los agujeros negros de galaxias lejanas son esenciales para posicionar satélites y sostener nuestra tecnología diaria. Hoy, el exceso de señales de wifi y telefonía amenaza con bloquear su visión y poner en riesgo servicios claves.

Aunque parezca sorprendente, los agujeros negros en galaxias distantes cumplen un papel esencial en nuestra vida cotidiana. Gracias a su estabilidad y ubicación remota, estos objetos astronómicos se utilizan para definir con gran precisión la posición de la Tierra y sus satélites, garantizando el funcionamiento de tecnologías clave como la navegación GPS, las telecomunicaciones o la predicción meteorológica.
Sin embargo, el auge de las comunicaciones inalámbricas, el wifi y la telefonía móvil están generando un ruido cada vez mayor en el espectro de radiofrecuencia. Esta “contaminación electromagnética” amenaza con obstaculizar la visión de los agujeros negros, y con ello comprometer la precisión de los sistemas que sostienen la sociedad moderna.
Agujeros negros, anclas cósmicas de la geodesia
Para que un satélite funcione correctamente, no solo necesitamos saber dónde está en el espacio, sino también conocer con exactitud la posición de la propia Tierra con relación al resto del Universo.
Esto se logra gracias a la geodesia, la ciencia que mide la forma, la rotación y la orientación de nuestro planeta. Para obtener la mayor precisión posible, la geodesia se apoya en referencias extremadamente estables y lejanas: los núcleos de galaxias activas con agujeros negros supermasivos.
Estos agujeros negros emiten chorros de radiación potentes y persistentes, sirviendo como puntos de anclaje casi inamovibles. Con técnicas como la interferometría de línea de base muy larga (VLBI), se combinan redes de radiotelescopios repartidos por todo el mundo para detectar esas señales y medir con increíble exactitud cualquier pequeño movimiento de la Tierra.
Sin estos faros cósmicos, las correcciones a los sistemas satelitales perderían precisión, afectando servicios críticos como el monitoreo climático, la navegación o la banca electrónica.
Una autopista de radio cada vez más congestionada
El gran desafío hoy es el mismo progreso tecnológico que nos beneficia. El espectro radioeléctrico, donde viajan las señales de radio captadas por los radiotelescopios, está cada vez más saturado.
Antes, la radioastronomía circulaba por autopistas despejadas, pero hoy sufre un verdadero “taco cósmico” que bloquea las señales de agujeros negros, esenciales para guiar la Tierra.
Proteger el futuro de la navegación satelital
La comunidad científica advierte que, si no se protege el acceso de la radioastronomía a las frecuencias necesarias, podríamos ver afectada la precisión de todo el ecosistema satelital. Esto incluye desde la navegación por GPS hasta la sincronización de las redes eléctricas o la logística global.
Por eso, se propone reservar franjas del espectro exclusivamente para la radioastronomía y establecer zonas de silencio radioeléctrico alrededor de los observatorios, además de trabajar con empresas de telecomunicaciones para evitar emisiones que interfieran directamente con las mediciones.
A fin de cuentas, los agujeros negros —tan lejanos y misteriosos— son aliados invisibles de nuestra vida moderna. Garantizar su observación clara es relevante para mantener operativa la infraestructura tecnológica de la que dependemos cada día.
Referencias de la noticia
-The Conversation. Los científicos observan los agujeros negros para saber exactamente dónde nos encontramos en el universo. Pero los teléfonos y el wifi impiden la visión.