Los meteoritos del desierto de Atacama se han convertido en refugios para microorganismos terrestres

En el árido desierto de Atacama, científicos descubrieron que meteoritos recién llegados desde el espacio pueden transformarse en verdaderos refugios para microorganismos terrestres, complicando la búsqueda de señales de vida extraterrestre y abriendo nuevas preguntas sobre contaminación planetaria.

Meteorito en el Desierto de Atacama
Meteorito en el desierto de Atacama, fotografiado por Rodrigo Martínez (Museo del Meteorito, San Pedro de Atacama, Chile).

La vida fuera de la Tierra nos fascina, nos inspira y nos hace mirar al cielo con mil preguntas. ¿Podría haber rastros de vida más allá de nuestro planeta? Los científicos llevan décadas persiguiendo esas respuestas, y muchas veces las pistas vienen viajando en rocas que cruzan el espacio y aterrizan en la Tierra.

Pero cuidado: esas mismas rocas pueden convertirse, al llegar, en auténticos refugios para microorganismos terrestres. Eso ocurrió con el meteorito El Médano 464, hallado en el desierto de Atacama, uno de los lugares más desérticos del planeta.

Una investigación publicada en Astrobiology reveló cómo este viajero cósmico terminó colonizado por microbios chilenos, complicando la búsqueda de señales de vida extraterrestre.

¿Qué encontraron en el meteorito EM 464?

El meteorito El Médano 464 (EM 464), descubierto en 2019 en la cordillera de la Costa de Atacama, es una condrita carbonácea rica en compuestos orgánicos. Aunque llegó del espacio, se transformó en un verdadero refugio para bacterias del desierto.

El meteorito EM 464, tras llegar del espacio, se convirtió en un inesperado refugio para bacterias del desierto de Atacama, revelando lo fácil que es contaminar una roca extraterrestre en la Tierra.

Los científicos analizaron su interior y hallaron concentraciones de lípidos —los ladrillos de las membranas celulares— hasta diez veces más altas que en el suelo cercano.

Meteorito.
Meteorito El Médano 464, hallado en 2019 en la cordillera de la Costa por Rodrigo Martínez, explorador del Museo del Meteorito de San Pedro de Atacama. Crédito: Rodrigo Martínez.

Para averiguar su origen, estudiaron isótopos de carbono, descubriendo que esos lípidos provenían de organismos terrestres. Además, secuencias de ADN coincidieron con bacterias típicas del propio Atacama, confirmando que la roca había sido colonizada luego de su caída.

Refugios microbianos en condiciones extremas

Lo más sorprendente es que la diversidad de microorganismos dentro del meteorito resultó ser mayor que en el suelo que lo rodeaba. Esto demuestra que las rocas espaciales ofrecen un microclima más estable: protegen de la radiación ultravioleta, resguardan la humedad y suavizan los cambios bruscos de temperatura.

Desierto de Atacama.
Expedición de la Universidad Austral de Chile en el verano de 2021 para buscar y recuperar meteoritos en el desierto de Atacama. En la imagen, de izquierda a derecha, los investigadores Kevin Soto y Alexander Corgne. Crédito: Gabriel A. Pinto.

En el duro ambiente de Atacama, donde la lluvia es casi un mito y el sol golpea con fuerza, las rocas se convierten en oasis para la vida microbiana. Incluso el viento ayuda a transportar bacterias lejanas, favoreciendo la colonización de estos meteoritos recién llegados.

Un reto para la astrobiología

Este hallazgo plantea un gran desafío: diferenciar la vida que viene del espacio de la que coloniza las rocas aquí mismo. Los meteoritos, una vez en la Tierra, se contaminan con facilidad, lo que puede confundir a los científicos cuando intentan identificar moléculas verdaderamente alienígenas.

Por eso, las misiones espaciales como Mars 2020 de la NASA son tan valiosas: permiten analizar materiales in situ, sin riesgo de contaminación terrestre. Aun así, el meteorito EM 464 nos recuerda que la búsqueda de vida fuera del planeta requiere un cuidado extremo para no confundir nuestras propias huellas con las del universo.

Referencias de la noticia

-The Conversation. Los meteoritos del desierto de Atacama se han convertido en refugios para microorganismos terrestres.

- G. A. Pinto, M. Á. Lezcano, L. Sánchez-García, R. Martínez, V. Parro y D. Carrizo. (2025). Mayor acumulación de biomasa microbiana en el meteorito El Médano 464 en comparación con suelos adyacentes en el desierto de Atacama. Mary Ann Liebert.