Ante la ausencia de El Niño, ¿qué otras oscilaciones están modulando la precipitación en Chile?

Ante la ausencia de El Niño y La Niña en 2025, el forzamiento de gran escala de las lluvias viene dado principalmente por la variabilidad intraestacional. La Oscilación Antártica y la de Madden-Julian podrían explicar los episodios lluviosos.

Lluvia intraestacional
Los eventos de lluvia en Chile centro-sur no están simpre ligados con algún forzamiento de gran escala.

El año 2025 se presenta con neutralidad en el Pacífico ecuatorial central. Esto significa, ausencia de El Niño o La Niña; y se pronostica que se mantenga así hasta fin de año. Esto implica que no existe una clara tendencia hacia condiciones más lluviosas o secas en Chile centro-sur, dado que ENSO es los principales moduladores de las precipitaciones.

Pero la ausencia de El Niño y La Niña no significa que no pueda haber cierto forzamiento, principalmente en la escala subestacional, de las precipitaciones. Además del forzamiento de largo plazo dado por la Mancha Cálida, principal responsable de la Megasequía.

Precipitación acumulada a la fecha

Con datos tomados hasta el 16 de junio de 2025 en Santiago y Valdivia, haremos una pequeña comparación de los montos registrados hasta esa fecha con años anteriores. Usaremos el periodo climatológico 1991-2020 como referencia, además de diferenciar años que están dentro de la Megasequía (desde 2010 en adelante) y años con condiciones ENSO similares; es decir, neutralidad.

Santiago se encuentra ligeramente por encima del promedio climatológico (aunque no significativamente) y Valdivia ligeramnete por debajo. En ambos casos, el acumulado a la fecha es inferior al observado durante 2024; pero no por mucho.

Precipitación acumulada
Precipitación acumulada desde el 01 de enero hasta el 31 de diciembre para Santiago (izquierda) y Valdivia (derecha) en 2025 (línea roja), 2024 (línea verde), promedio 1991-2020 (línea negra), años con ENSO similares al 2025 (líneas azules claro), años de la Megasequía (líneas naranjas) y años desde 1961 (líneas grises). Datos DMC.

Otro aspecto interesante que aparece de este análisis, es la gran dispersión que tienen los años con neutralidad (en líneas azul claro), principalmente en Santiago. Es sabido que los años neutros son años sin una clara tendencia hacia condiciones lluviosas o secas en Chile central, y eso se puede ver en los datos. Por otra parte, los años de la Megasequía, en ambas estaciones, se muestran en general como años por debajo del promedio.

En ese contexto, la serie de 2025 en Santiago está aproximadamente en el centro de la nube de años neutros y en el límite superior de la nube de líneas de la Megasequía. Para Valdivia es un poco distinto, este 2025 parece (hasta ahora) estar en el límite inferior de los años neutros y ser similar a los años de la Megasequía.

Por supuesto que la temporada lluviosa está recién comenzando y todo esto puede cambiar.

Forzamiento de gran escala

A una escala intraestacional, la Oscilación Madden-Julian (MJO) y la Oscilación Antártica (AAO) pueden transitoriamente modular las precipitaciones en Chile centro y sur. Particularmente, las fases 7, 8 y 1 de la MJO están asociadas con periodos lluviosos en Chile central, y la fase negativa de la AAO está asociada con periodos lluviosos en el sur del país.

Variabilidad intraestacional
Precipitación media diaria en la zona centro-sur de Chile (arriba), en la zona sur de Chile (centro). Índice de la Oscilación Antártica (azul) y de la Oscilación Madden-Julian (puntos rojos) cuando la MJO está activa (>1). El tamaño del círculo indica la intensidad (panel inferior). Datos NOAA y BoM Australia.

Los periodos en que las fases favorables de la MJO y la fase negativa de la AAO coincidieron durante este 2025 están marcadas en un sombreado gris en la figura de arriba. Se puede ver que no todos los episodios de lluvia en Chile centro-sur y sur coinciden con estos periodos "favorables" para las precipitaciones. De hecho, en Chile central, la estacionalidad domina y durante enero y febrero no se ve afectada por esta variabilidad intraestacional.

Desde marzo, hay dos eventos de lluvia que afectaron tanto a la zona central como la zona sur que estuvieron precedidos de condiciones favorables en la escala intraestacional. El periodo lluvioso a comienzos de marzo y el periodo lluvioso a mediados de junio. Ambos eventos tuvieron varios días con la AAO en fase negativa y la MJO en sus fases favorables para las lluvias.

También es cierto que buena parte de las lluvias del sur del país, entre abril y mayo, ocurrieron con fase positiva de la AAO, demostrando que la AAO no es una condición estrictamente necesaria para la ocurrencia de eventos de precipitación. Tampoco lo es la MJO.

En resumen, el forzamiento de gran escala es importante para explicar las lluvias en Chile pero no siempre existe ese forzamiento. Muchos eventos de precipitación están relacionados con la variabilidad de escala sinóptica, lo que explica por qué en la escala intraestacional la predictibilidad no es tan grande como en la sinóptica.