Científicos advierten sobre el "Factor X", un virus letal al acecho por el cambio climático

El cambio climático puede disparar una serie de eventos que, al igual que la caja de Pandora, libere todas las desgracias y males que afecten a los humanos... entre ellos, virus desconocidos y catastróficos.

Factor X
El cambio climático favorece el derretimiento del suelo congelado que puede favorecer que se reactiven una gran cantidad de virus "letales" en estado latente, muchos de los cuales los científicos conocen poco o nada. Ese es el temible "Factor X".

La amenaza es real: es probable que una serie de enfermedades mortales puedan ser liberadas al derretirse el suelo congelado de regiones árticas, algo que ya está ocurriendo.

Las temperaturas más cálidas en el Ártico, como consecuencia del cambio climático antropogénico, está despertando los peores temores en ámbitos científicos. Es que con el aumento de las temperaturas medias globales se está produciendo el derretimiento del permafrost de la región, con el potencial de sacar de su letargo de miles de años, a algunos virus que podrían poner en peligro la salud de animales y humanos.

Los datos no dejan lugar a dudas: en las últimas cinco décadas, la región del Ártico se ha calentado hasta cuatro veces más rápido que el resto del mundo, lo que ha causado un notorio aumento de la temperatura del permafrost. Y con ello está cambiando de manera radical tanto el paisaje como la vida cotidiana. Y a su vez, la degradación de la capa congelada provoca la inestabilidad del terreno y se liberan más gases de efecto invernadero, lo que le da impulso al cambio climático.

Se derrite...

Hace poco más de tres años, el planeta fue golpeado por una devastadora pandemia de coronavirus que se llevó la vida de casi 7 millones de personas, y nos mostró lo difícil que es, en un mundo globalizado, poder limitar el avance de un virus que tiene capacidad de daño.

Permafros en Siberia
El permafrost, también conocido como permahielo, gelisuelo, permagel o permacongelamiento, es la capa de suelo congelado permanentemente, pero no cubierto de hielo o nieve en forma permanente

La preocupación de los expertos radica en que, con el cambio climático y el derretimiento del permafrost en el Ártico, es factible que ciertos virus antiguos que al propagarse, causaron la extinción de los neandertales o los mamuts, sean liberados y reaparezcan estas y otras enfermedades extinguidas como la viruela, o ciertos patógenos que causaron estragos entre nuestros antepasados.

Permafrost:es la capa de suelo bajo la superficie de la Tierra que ha permanecido congelada ininterrumpidamente durante al menos dos años consecutivos y, en la mayoría de los casos, durante cientos o miles de años (en Siberia hay zonas congeladas de 650.000 años de antigüedad). Se extiende por una cuarta parte del hemisferio norte, incluyendo muchas regiones que no están cubiertas de nieve.

Es que en las profundidades del permafrost debe haber microbios, virus y bacterias que estaban en la Tierra mucho antes de que existiera el Homo sapiens. "Existe un Factor X del que realmente no sabemos mucho", declaró Birgitta Evengård, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad sueca de Umeå. "Hay muchas cosas que no sabemos, y lo que muy poca gente ha investigado es el permafrost", añadió Evengård.

El regreso de los virus zombies

Los científicos advierten que, aunque los riesgos de una pandemia provocada por un virus que se mantuvo en estado latente durante siglos son bajos, se subestiman.

Cultivo de virus
En 2022, científicos anunciaron que habían revivido un virus de 48.500 años de antigüedad encontrado en el derretido permafrost siberiano.

Jean-Michel Claverie, profesor emérito de medicina y genómica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Aix-Marseille en Marsella, Francia, analizó muestras de tierra del permafrost siberiano, en búsqueda de partículas virales que sigan siendo infecciosas, los llamados "virus zombis". El problema es que ha encontrado algunos.

Reactivando virus de 30.000 años de antiguedad

La preocupación por el resurgimiento de virus antiguos data de 2014, cuando por primera vez un grupo de investigadores franceses y rusos liderado por Claverie, reactivó un virus gigante que había permanecido latente bajo el permafrost siberiano durante 30.000 años.

En 2016, el año más caluroso en los registros, un brote de ántrax en Siberia afectó a decenas de humanos y más de 2.000 renos, ha sido atribuido al deshielo más profundo del permafrost durante ese verano excepcionalmente caluroso, lo que permitió que viejas esporas de Bacillus anthracis resurjan de antiguos cementerios o de cadáveres de animales.

Pithovirus sibericum
Microfotografía procesada por computadora de Pithovirus sibericum, virus que se aisló y reactivó de una muestra de permafrost de 30.000 años de antigüedad en 2014.

Según Claverie, “virus de enfermedades extintas como la viruela; el siempre presente ántrax, a través de zonas contaminadas con esporas; y también la propagación acelerada de enfermedades ya conocidas en el Ártico actual, como la tularemia, una infección bacteriana grave o la encefalitis transmitida por garrapatas”, se podrían esconder en el permafrost.

Temor a lo desconocido

Para los científicos, lo más preocupante es que el cambio climático nos está acercando a una antigua amenaza desconocida apodada "Factor X" y que refiere a que un patógeno antiguo y desconocido podría tener efectos ‘desastrosos’ para la raza humana.

Ya no queda lugar a dudas que la manera más eficaz de disminuir amenazas inminentes como el “Factor X” es frenar el cambio climático.

Capas del permafrost
Capas del permafrost: capa activa, cuña de hielo, permafrost.

“Si hay un virus escondido en el permafrost con el que no hemos estado en contacto durante miles de años, es posible que nuestra defensa inmunológica no sea suficiente”, dijo Evengård. “Es correcto tener respeto por la situación y ser proactivo y no solo reactivo. Y la forma de combatir el miedo es tener conocimientos”.

La secuencia de registros climáticos de temperaturas del aire, del calor oceánico y la pérdida de hielo antártico tiene alarmada a la comunidad científica que resalta que la velocidad y simultaneidad temporal de este proceso “no tiene precedentes”.

Este territorio desconocido llamado cambio climático antropogénico, nos obliga a proceder con cautela ante la serie de interrogantes que guardan los suelos ya no tan congelados de casi un cuarto de la superficie del planeta, pues esos secretos congelados podrían ser mucho más atemorizantes de lo que podemos suponer.